Reseña: Epistolario, de José Bianco
Las cartas imperdibles de un escritor legendario
Este Epistolario es uno de los libros de literatura argentina más interesantes publicados en 2018. José Bianco ("Pepe", como todos los llamaban), el casi legendario secretario de Redacción de la revista Sur, fundada y dirigida por Victoria Ocampo, fue junto con esta el forjador del gusto literario de varias generaciones. La actividad que desplegó Bianco en su tarea lo puso en el centro del mundo literario americano y europeo. De ahí, la importancia de su correspondencia para la historia cultural de Iberoamérica. Las cartas, de una escritura llana y elegante, como siempre lo son los escritos de Bianco, se devoran porque revelan, a menudo con humor, no solo la intimidad de los corresponsales, despojada de las convenciones y las conveniencias, sino también sus preferencias, aversiones y algunos juicios letales de Pepe sobre colaboradores de mucho prestigio en la revista, como Graham Greene y Eduardo Mallea.
La valiosa obra de escritor de Bianco, las nouvelles "Las ratas" y "Sombras suele vestir" y, sobre todo, la novela La pérdida del reino, se nutre, en clave, de muchas de las personas y las situaciones retratadas en Epistolario. Sus cartas, formidable documento de historia cultural, están dirigidas a treinta y siete corresponsales, entre otros, a Victoria y Silvina Ocampo, María Rosa Oliver, Elena Garro, Mario Vargas Llosa, Adolfo Bioy Casares, Juan José Hernández, Jorge Guillén, Ida Vitale, Virgilio Piñera: una constelación de grandes escritores. Faltan las cartas a Julio Cortázar, Manuel Puig, Octavio Paz y Enrique Pezzoni, al que lo unió un amor apasionado que se convertiría en amistad (toda la correspondencia recibida por Pezzoni fue quemada a su muerte, probablemente por un familiar).
La admirable compilación fue realizada por el investigador y crítico literario estadounidense Daniel Balderston y su colega María Julia Rossi, que también escribieron sendos prólogos. Las notas al pie de página son precisas, ni faltan ni sobran, y resultan, a la vez, eruditas y de una gracia irresistible. Aunque no se menciona quién hizo ese difícil y excelente trabajo, es casi seguro, por el tipo de aclaraciones, que la mayoría se deben a Eduardo Paz Leston y un número menor a Balderston y Rossi. En el epílogo "José Bianco y sus amigos", Paz Leston se explaya sobre el valor que Pepe le daba a la amistad y cuenta parte de la estada del autor en París entre 1946 y 1948.
El cuerpo principal de cartas, "Epistolario", tiene un apéndice con dos partes. La primera está dedicada a la correspondencia de Bianco con Adrienne Monnier, la famosa editora y librera de La Maison des Amis des Livres. También hay cartas a Maurice Sallier y Franz Hellens. La segunda, está reservada a entradas del diario de José Bianco; cuatro, de 1938; y dos, de 1945. En ellas, hay magníficos retratos de Francisco Murature ("el Negro"), un rico e inteligente esnob argentino, de la escritora chilena María Luisa Bombal y de la actriz catalana Margarita Xirgu.
En su prólogo, Balderston señala que en estas cartas, "se pueden apreciar a varios José Bianco, al escritor, al editor, al amigo, al amante". Por ejemplo, las enviadas a Elena Garro, la primera esposa de Octavio Paz, muestran el amor que Pepe sentía por ella. En otro registro, impresiona la actitud directa y sin pelos en la lengua que Bianco adoptaba con Victoria Ocampo en sus cartas. A pesar de que tenían fuertes encontronazos literarios, se profesaban un profundo cariño, disimulado por el trato de "usted". Tras la ruptura entre ambos que se produjo en 1961 por el viaje de Pepe a Cuba, invitado por la Casa de las Américas, el afecto y la admiración mutua supieron triunfar sobre el enojo. Se reconciliaron pocos años más tarde cuando murió la madre de Bianco. Las cartas posteriores son conmovedoras. Los dos admiten el sufrimiento que les infligió aquella separación y Pepe expresa cuánto la quiere, aunque nunca utilice el verbo "querer", demasiado directo para su estilo contenido.
Se podría llenar toda este espacio con citas de Epistolario. Habría sido la mejor reseña.
Epistolario
Por José Bianco
Eudeba. 420 páginas, $ 390