La vulnerabilidad de las mujeres valientes
Parecen blindadas, dan la sensación de que nada rompe ese falso equilibrio que las sostiene
Como siempre, estas columnas son el resultado de una charla con amigas. Me gusta descubrir el lado más vulnerable y el más fuerte de las mujeres. Me da placer escucharlas. Tomo café, me encuentro a comer, hablo por teléfono. En fin, uso todos los recursos que están a mi alcance para intercambiar sentimientos.
También mis amigos varones son una muy buena fuente de consejos e impresiones.
Esta semana, después de un desayuno 8.30 de la mañana surgió este tema de la vulnerabilidad de las mujeres valientes. Y uno bien puede preguntarse qué significa ser una mujer valiente. Y muchas coincidimos en que son aquellas que no dependen de un varón para sobrevivir, que no especulan con sus afectos, que son capaces de ponerle freno a la relación de dependencia y de hacerle un piquete a las humillaciones. Aunque en ello les vaya la salud. Porque convengamos que si hay algo que les gusta a los hombres es "ir por todo". Les da placer sentir que hay dos mujeres o más peleando por ellos. Una les parece poco. Y con dos casi se dan por satisfechos.
Dan la sensación de que nada rompe ese falso equilibrio que las sostiene. Parece que se llevan el mundo por delante. Pero no...
Hay jefes que actúan como maridos o como amantes. Y en estos casos. ¿cuál sería la mujer valiente? Por empezar no es tan fácil. Además no todas las mujeres somos iguales. Hace mucho tiempo, la mamá ya mayor de una amiga frente a las infidelidades del famoso marido médico, hombre de muy buen aspecto y "pirata" hasta límites insospechados, le contestó a su hija que la cuestionaba: "Mirá mi amor, es mejor un poco de marido que nada de marido". Esta frase quedó en mi memoria marcada a fuego y creo que se puede aplicar en muchas ocasiones.
Seguramente la mamá de mi amiga que hoy Dios tiene en su gloria tenía sus razones. Era de una generación en la que la separación era impensada, donde el miedo a la soledad de una mujer estaba siempre latente. Hoy todavía hay mujeres que no pueden alejarse de la costumbre de esperar...de esperarlo. Y podríamos agregar varios miedos distintos.
Pero volvamos a las mujeres valientes. Las mujeres valientes parecen blindadas, dan la sensación de que nada rompe ese falso equilibrio que las sostiene. Parece que se llevan el mundo por delante. Pero no...Cuando se quiebran son las más femeninas de las sufrientes. A muchas de nosotras nos parecen valientes aquellas mujeres que pueden superar situaciones humillantes, que les corroen la autoestima, situaciones con el menor desgaste afectivo. Lo interesante de las mujeres valientes es que se animan a ser vulnerables. Se dan la posibilidad de quebrase en mil pedazos. No se hacen las distraídas y pagan el precio correspondiente. Porque bien vale preguntarse: Perdón, pero, ¿tanto vale un hombre? Esa pregunta que quizás no tiene respuesta es la que hace vulnerables a las mujeres valientes. La consigna podría traducirse en "Es mejor vivir que sobrevivir".