La visita del presidente Obama y la agenda ambiental internacional
Durante la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, uno de los temas de interés tratado fue la agenda ambiental. El cambio climático, las energías renovables y el desarrollo sustentable fueron tópicos analizados por Obama y el presidente Mauricio Macri.
En función de esta nueva relación que comienza a reencauzarse con el país norteamericano, luego de años de estar alineados con países como Venezuela e Irán, hay cinco puntos muy importantes para trabajar, con cooperación internacional, que nos desafían a lograr los objetivos para que nuestro país pueda cumplir con los acuerdos alcanzados en el COP 21 de París.
- El primero de ellos es la Argentina en el escenario internacional. Nuestro país decidió desplegar una acción multilateral integrándose como un protagonista en la agenda global. En este sentido, la actual administración ha dado, con determinación, un impulso a la participación argentina en las políticas internacionales (multilaterales) para enfrentar el cambio climático. La política ambiental será claramente proactiva en relación con dichas iniciativas internacionales, en las que tradicionalmente Argentina tuvo un rol activo en el pasado, pero que ha abandonado en los últimos 10 años.
- El segundo es la Argentina y el cambio climático. Estamos dispuestos a revisar en una dirección proactiva su contribución (INDC), pero este cambio de estrategia deberá realizarse de un modo inteligente, fundamentado en el mayor rigor técnico y no simplemente en un ejercicio retórico. Creemos en la necesidad de buscar un proceso de desarrollo más limpio para nuestro país, aprovechando los beneficios de este cambio estratégico en cuanto a los efectos positivos de desarrollo que se pueden lograr a partir de proyectos de mitigación. Acceder al financiamiento internacional es indispensable para implementar las medidas más costosas. Nuestro sendero de crecimiento y desarrollo debe ser sustentable, interpretando correctamente las tendencias productivas actuales.
- Queremos adoptar las mejores prácticas en energías limpias -incluyendo biocombustible-, como así también, en regulación ambiental. En materia de cambio climático, las decisiones de política pública ambiental afectan la calidad de vida de los ciudadanos, y se ignora frecuentemente que son los sectores de la población más desprotegidos aquellos que sufren los mayores impactos desfavorables de la irracionalidad ambiental. Nuestro país padece, y asiste, a frecuentes inundaciones por desmanejo territorial que expropian los recursos de los que menos tienen. Aun hoy, vastos sectores de la población no disponen de agua potable y conviven con los peores efectos de la contaminación ambiental. Estos temas abren importantes áreas de cooperación entre nuestros países en varios frentes.
- El tercer punto es el Cambio climático y proteccionismo. Debemos resaltar nuestra posición en cuanto a la frecuente conexión que se establece entre cuestiones ambientales y comercio internacional. Es importante evitar la aplicación de medidas restrictivas al comercio en las iniciativas nacionales de los países industrializados. Argentina y el conjunto de países en desarrollo requieren un sostenido proceso de crecimiento de sus exportaciones y una mayor participación en el comercio global para que su sendero de desarrollo sea sustentable. Solo así nos podremos alejar de un estado de permanente volatilidad que conspira contra la estabilidad política. Las medidas restrictivas al comercio como instrumento de adherencia ambiental expresan una práctica de proteccionismo "escondido" y son un detonador para círculos viciosos en el proceso de desarrollo sustentable. Inconscientemente contribuyen a deslegitimar en muchos países una estrategia de desarrollo anclada en la protección ambiental.
- El siguiente punto es la Argentina es vulnerable al cambio climático. Un ejemplo reciente y recurrente es el de las inundaciones en el litoral y en la zona Río de la Plata, la pérdida de recursos hídricos en Cuyo y Norpatagonia, como así también, los cambios de signo contrapuesto en relación con la agricultura, entre otros casos de impactos significativos del cambio climático en nuestro país. Necesitamos elaborar un plan de inversiones —y fijar prioridades de implementación— para encarar la respuesta de adaptación al cambio climático y obtener financiamiento para impulsar las inversiones en infraestructura que tanto necesitamos. En este sentido, los ejemplos abundan, desde el desarrollo de infraestructura "amigable con el clima", para mejorar la capacidad de adaptación de la agricultura, a las políticas dirigidas a proteger la población afectada por riesgos ambientales. Es indispensable mejorar fuertemente la protección de nuestras ciudades frente a las inundaciones y otros cambios, entre ellos, enfermedades de origen hídrico, que van en aumento.
- El último punto es la Cooperación tecnológica y joint-ventures.Existen varias áreas de interés mutuo que merecen ser consideradas con optimismo si tomamos conjuntamente la decisión de impulsar proyectos en común. Entre varias que podemos desarrollar está la smart agriculture (agricultura inteligente) que hace referencia a la investigación científica sobre cambio climático y su protección de ecosistemas como podrían ser los suelos frágiles u océanos. En el mismo sentido, también tenemos ciertamente oportunidades de cooperación en el desarrollo en tecnologías climate friendly para energías renovables y en el diseño de políticas relacionadas. Existe mutuo interés para favorecer la cooperación público-privada, intercambio de investigadores y promoción de desarrollos entre universidades e institutos de investigación de ambos países, así también como el desarrollo de joint ventures (con involucramiento del sector privado) en proyectos concretos de energías renovables.
Hoy somos testigos y protagonistas de un momento histórico: la Argentina volvió al mundo y ocupa su lugar. Un lugar donde no solo nos ocupamos de nuestro ambiente sino del desarrollo sustentable, que es el de la dignidad humana cuidando nuestra casa común.