La vejez, en una novela deliciosa
La cadencia de la escritura genera un clima familiar para representar la vida de este nuevo hogar, suerte de paso previo al geriátrico o a la morgue. Sus habitantes pocas veces reciben visitas de sus parientes y los días son una rutina ominosa. Lo mismo sucede con la señora Palfrey, que espera infructuosamente la llegada de su nieto. Tras un pequeño accidente, conoce a Ludo, que se hará pasar por aquel, para acallar los comentarios de sus compañeros. La farsa ayudará a Laura a disimular su tan temida soledad ante los otros, pero, principalmente, ante ella misma. Ludo, por su parte, no sólo obtendrá compañía, cenas gratis y un suéter tejido, sino inspiración para su libro.
Escrita en 1971, fue elegida no hace mucho por el diario de The Guardian como una de las mejores novelas inglesas de todos los tiempos. Elizabeth Taylor, que nada tiene que ver con la actriz homónima, ha sido injustamente olvidada a pesar de su perfecta descripción de la senectud, encarnada en esos personajes entrañables que acompañan a la señora Palfrey en su estadía en el hotel. En el retrato se incluyen sus pensamientos, miedos y enfermedades, pero también la mirada sobre ancianidad de los otros, los jóvenes.
Prohibido morir aquí
Por Elizabeth Taylor
La Bestia Equilátera. Trad.: E. Montequin. 256 págs./ $ 470