La triple estafa de Aerolíneas Argentinas
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Aerolíneas Argentinas es un buen ejemplo de cómo políticos y sindicalistas han creado un sistema donde roban el dinero de la gente de a pie, lo invierten en beneficio propio, les vuelven a robar a todos para cuidar su beneficio, y al mismo tiempo destruyen nuestra capacidad de crecer. Todo en el mismo acto.
En la primera estafa crean una empresa estatal que no es necesaria y que nadie pidió y la usan como si fuese propia, contratando a miles de militantes políticos y amigos en sus filas. Para esto deciden quitarles 10.000 millones de dólares de la cuenta bancaria a los pagadores de impuestos (2 millones de pesos por cada argentino que tiene un trabajo en blanco en el sector privado). Y esta cuenta sigue creciendo, porque a pesar de haber tomado ese dinero, la empresa manejada históricamente por militantes, funciona tan mal que necesita otros cientos de millones de dólares anuales para no quebrar.
En la segunda estafa el mismo conjunto de políticos y sindicalistas aprovechan que se encuentran en los dos lados del mostrador y deciden limitar, restringir o prohibir por la fuerza el trabajo de las otras compañías aéreas que operan o podrían operar en la Argentina. Prohibir el uso de mangas a pesar de estar disponibles, limitar el uso de mostradores de check in, prohibir que otras compañías pernocten aviones en los aeropuertos con mayor demanda, limitar la distribución del equipaje, etcétera, han sido algunas de las estrategias de Aerolíneas Argentinas SA para complicarles la vida a otras aerolíneas manejando los resortes del Estado. En la mayoría de los casos, sin embargo, optaron por prohibir directamente que nuevas compañías puedan operar en nuestro país.
Esta actitud mafiosa destruye la competencia y genera que en la actualidad los pasajes domésticos cuesten entre un 50% y un 100% más caros que en países limítrofes como Chile o Brasil, y un rango similar en pasajes internacionales desde y hacia nuestro país. Si tomamos el rango mínimo y lo multiplicamos por la cantidad de personas que viajan por el país y al exterior, esto genera un sobrecosto de 2700 millones de dólares anuales en pasajes más caros pagados por los usuarios.
La tercera estafa de Aerolíneas Argentinas tiene como víctimas a todos los argentinos, sin distinción. La presión y las interferencias que ejerce Aerolíneas SA en el Estado para sobrevivir a su propia ineficiencia distorsionan el mercado e impiden que millones de personas puedan volar, y que la industria en su totalidad pueda desarrollarse.
La Argentina continúa siendo el país con menor cantidad de pasajeros domésticos de la región, con 0,29 pasajeros por habitante, por debajo de Chile (0,69), Colombia (0,67), Brasil (0,42) Perú (0,37) y Bolivia (0,37).
Estos números muestran que la Argentina pierde todos los años unos 24 millones de pasajeros domésticos, en comparación con el potencial que muestra nuestro país vecino. Se trata de 24 millones (o 12, si queremos contar una persona de ida y vuelta) de potenciales turistas o de huéspedes de hotel; 24 millones de potenciales clientes de restaurantes o de pasajeros de remises o taxis del interior. O, simplemente, 24 millones de personas que se conectan y se unen en menor cantidad de tiempo, y que al igual que ocurrió en el siglo XIX con el tren, al hacerlo generan desarrollo y progreso para los argentinos.
Expresidente del Orsna, licenciado en Ciencias Políticas de la UCA y senior manager in Government de la Universidad de Harvard