La Tierra se mueve
“Y sin embargo se mueve (eppur si muove)”. Aunque la frase atribuida a Galileo Galilei no haya sido realmente pronunciada por el científico renacentista, tiene la fuerza de un símbolo. No importa tu creencia si las cosas suceden de una manera contraria. No se trata de fe, obviamente incuestionable, sino de ciencia. El papa Urbano VIII ordenó el juicio contra Galilei en 1633 para que el acusado abjurara de su descubrimiento, que refutaba una “verdad” incuestionable para la Iglesia: la Tierra no es el centro del universo, alrededor de la cual giran los cuerpos celestes, incluido el Sol, sino que todos los planetas, también la Tierra, giran en torno al astro rey.
Hoy asistimos a una discusión en términos semejantes. Las primeras investigaciones sobre cambio climático arrancan en el siglo XIX. La curva de acumulación de dióxido de carbono se mide desde 1958 y desde los 80 hay consenso científico en cuanto a los efectos de la actividad humana sobre el clima. Hoy está encima de nosotros: “El cambio climático no es un tema del futuro, está pasando y causa daños irreparables”, advirtió ayer en la cumbre del clima de Bakú la exministra de Ambiente de Brasil, Isabella Texeira.
No la escuchó la delegación argentina. Un día antes, Javier Milei había ordenado que se retiraran.