La solicitada que casi saca Felipe Solá
De la mano de Daniel Scioli, Felipe Solá quiere volver al kirchnerismo. Esta semana uno de los fundadores del Peronismo Federal sorprendió a todos al declarar que dejó de sentirse parte de la oposición y revelar que mantiene asiduos contactos con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien según dijo, lo visita con su helicóptero en su campo los fines de semana para charlar de política.
El hacker reventó los mails de Solá y descubrió la solicitada que estuvo a punto de publicar a página entera en los principales diarios, hasta que su pudor se lo impidió.
Aclaración: La siguiente solicitada fue imaginada por Diego Sehinkman, autor de la nota. Es manifiestamente falsa y basada en hechos manifiestamente verdaderos.
SOLICITADA
Yo también creo
Creo en vos, Daniel Scioli, que viniste los últimos fines de semana a hablar de política a mi campo. Y también creo en tu helicóptero de la gobernación, cuyas hélices arremolinaron mi alma, haciendo que se me vuelen los últimos escrúpulos.
Creo en vos, Daniel, porque sos capaz de reírte de vos mismo, cuando juntos imaginábamos el titular en los diarios: "En el medio del río se da vuelta Felipe y el Peronismo Federal pierde un miembro".
Creo en mí, cuando digo que dejé de sentirme parte de la oposición. Les aseguro que es uno de los momentos más difíciles de mi vida. Yo sé que mi deber es acompañar, pero yo no puedo acompañar en esto. Tengo que hacer lo que me dicta mi corazón. Que la historia me juzgue.
Creo en el arrepentimiento. Me arrepiento de haber dicho en noviembre de 2008 que la estatización de las AFJP era un atropello jurídico.
Creo en mi gestión como ministro de agricultura de Menem. Y si autoricé el ingreso de herbicidas, fue para homenajear a mi santo: Monsanto.
Creo en esa misma gestión al frente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, aunque me acusaron de vender permisos ilegales de pesca y de ser un dios privado que multiplicó peces para el que pagaba por el milagro.
Creo en el perdón. Por eso perdono a uno de mis peones, al que en un asado se le aflojó la lengua con el vino y dijo "Felipe jué tropa ´e Cafiero, jué tropa ´e Menem, de Duhalde, de Kirchner, casi jué tropa ´e la Lilita ... Si juera novillo, no tendría espacio en el cuero pa´ tanta marca".
Creo en Dios y acepto con humildad que me haya dotado del más paradojal de los excesos: el exceso de moderación.
Ya no creo en Biolcati. Pero ahora creo en Jauretche, cuyas Zonceras en la librería cuestan 45 pesos. Y creo en Aníbal, cuyas Zonceras en la misma librería valen 49. (Acepto con humildad las contradicciones del modelo)
Creo en mi y me acepto como soy, con mis fortalezas y mis límites: Quise abrigar mi sueño presidencial con una campera de gamuza y murió de frío.
Creo en mi coherencia. Hace años le dije a Daniel Tognetti de CQC que para sobrevivir en el poder "hay que hacerse el boludo". Y ya ven.
También creo en mi esencia y en mi don de gente. Estoy preparado para aceptar las críticas que me hagan. Tengo la cuerina dura.
Y finalmente, ¿sabés por qué creo en mí, estimado kirchnerista acérrimo? Porque fui yo el que en el 96 autoricé la introducción de la soja transgénica, que generó la revolución tecnológica en la producción agropecuaria que hoy llena las arcas del Gobierno. Por eso te lo pido: En esta primavera que comienza, dejame florecer otra vez en tu terruño. No me tires glifosato.
Yo creo en vos. Y te pido que sin rencores ni recelo creas en mí.
Te lo pido de rodillas.
Pensá que no seré Dios... pero yo también estuve en todas partes.
FS