La seguridad en tiempos neo-K
La seguridad ciudadana se puede construir de modos diversos, con enfoques que varían, entre otros factores, según el equipo que se cargue al hombro la responsabilidad de diseñar y ejecutar la política pública en esta materia. Aun así, a pesar de los matices que podrían ser distintos entre una gestión y la siguiente, en cualquier país serio que se precie de considerarse "seguro", la continuidad de los programas y acciones que dieron buenos resultados no se pone en duda. Aquí, hoy, lamentablemente, con el cambio de gobierno asistimos a la más increíble desacreditación no sólo del trabajo bien hecho en la gestión 2015-2019 a nivel ministerial en general, sino también del accionar de una fuerza de seguridad clave para la protección y tranquilidad de los argentinos como es la Gendarmería Nacional.
Patricia Bullrich, extitular de la cartera abocada a la seguridad interior, apoyó siempre a las fuerzas federales, en el entendimiento de que sus integrantes eligieron con compromiso y responsabilidad estar ahí donde se los necesita, colaborando con el mantenimiento del orden público, salvando vidas, son quienes colaboran para dar batalla contra las mafias y el crimen organizado, alejando al narcotráfico de todos pero en especial de nuestros jóvenes, defendiendo y llevando tranquilidad a cientos de miles de familias en sus barrios.
El expresidente Mauricio Macri dijo en un homenaje a miembros de las fuerzas, caídos combatiendo el delito: "¿Cómo podemos pensar en vivir en una Argentina más segura si no cuidamos a quienes nos cuidan?". En efecto, yo también me lo pregunto.
Durante los 4 años de Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad de la Nación, las fuerzas federales han sido reconocidas en su rol y actividad, obteniendo sus miembros el respaldo institucional que durante mucho tiempo se les negó, pero además, el lógico y coherente apoyo que debían recibir acorde a las funciones que la normativa vigente les da, de modo de poder desempeñar sus tareas eficaz y eficientemente.
¿A dónde quiere llegar la actual ministra, la antropóloga Sabina Frederic, con su planteo de revisar el accionar de la Gendarmería no solamente en el caso Maldonado (luego de que decenas de peritos aseguraran que el joven se ahogó) sino también en el peritaje del caso Nisman que estableció que el fiscal fue asesinado? ¿Qué gana con esta actitud? ¿No era que querían cerrar la grieta?
Y en esa misma línea me pregunto: ¿en qué ayuda a la unión de los argentinos el tsunami de derogaciones de medidas de la gestión anterior, que van desde suspender el uso de las Taser hasta, incluso, desconocer el éxito del Servicio Cívico Voluntario, eliminándolo? Esta decisión de desandar el camino bien transitado, ¿responde a razones ideológicas, a necedad, incapacidad o despecho? ¿Será que ella encarna la reivindicación neo-kirchnerista (que de nuevo por cierto tiene poco) por la que quienes estando ahora en el gobierno creen que todo lo que dio tan buenos frutos debe ser volado de un plumazo tan solo para mostrar que "volvieron")?
Ministra Frederic, le recomiendo leer el libro con el resumen de la gestión saliente para corroborar la excelente tarea que se ha realizado en ese ministerio en los 4 años de gobierno macrista. En sus páginas encontrará una valiosa síntesis de todo lo que se hizo desde el 10 de diciembre de 2015. Ciertamente soy de las que piensa que la de Bullrich fue la mejor gestión de seguridad en la historia de nuestro país. Los resultados están a la vista, no sólo en lo que refiere a la lucha contra el narcotráfico (superando los cien mil procedimientos, en los que se incautaron, entre otras sustancias, más de 800 toneladas de marihuana) sino también en lo que hace a la baja de todas las modalidades delictivas (por solo mencionar un ejemplo, se logró reducir la tasa de homicidios a 5%, incluyendo una reducción del 12% específicamente en la cantidad de femicidios). Asimismo, es de destacarse que en la gestión que la precedió se hicieron y publicaron los informes del Sistema Nacional de Estadística Criminal, que antes no existían… desde 2008 que la Argentina dejó de tener el referido documento, que obliga la ley, con el procesamiento de la información sobre la criminalidad en todo el país.
Ministra, lo mire por donde lo mire, sea a la luz de los resultados o leyendo el libro que presentó su antecesora, va a encontrarse con decisiones correctas, políticas exitosas, y, sobre todo, una verdadera intención de cuidar a los argentinos. Ojalá, en lugar de a ver como desguazar o eliminar propuestas y programas bienintencionados y eficazmente implementados, pueda dedicarle energía y tiempo a estudiar el impacto positivo en los indicadores de seguridad que tuvieron esas medidas. En este año que recién inicia es mi deseo que la "Argentina unida" sea algo más que un slogan y que sus decisiones trasciendan lo ideológico, teniendo como norte lo principal en lo que hace a su función, que cada habitante de nuestro suelo esté y se sienta seguro.
Legisladora de la Ciudad de Buenos Aires Juntos por el Cambio