La salud, una política de estado metropolitana
Durante los últimos años en la Buenos Aires metropolitana, los gobiernos de la provincia y de la ciudad abordaron sistémicamente el ordenamiento de la salud pública, fortaleciendo la atención primaria para el acceso universal, equitativo y oportuno. Nos referimos a la Red AMBA Salud, una política aplicada para lograr la atención de la población no cubierta por obras sociales o prepagas, el 50 % de los 17 millones de habitantes de la región metropolitana.
El acto médico, articulado en especialidades, es el punto de partida del sistema integral e integrado para el cuidado de la salud y para paliar las enfermedades que reconocen tres niveles de abordaje: la atención primaria, la complejidad intermedia y la alta complejidad. La atención de la salud demanda estudio y laboratorios para diagnosticar, herramientas tecnológicas de intervención y medicamentos para curar. Diagnóstico y tratamiento son el camino crítico, hacia el bienestar de la población, recorrido en un ambiente de alta y precisa organización, con eficaz aplicación de recursos humanos y presupuestarios.
La Red AMBA Salud se implementa como una verdadera política de estado -integrada en este momento por más de 20 municipios de diferentes colores políticos, coordinados por el gobierno provincial y asistidos técnicamente por equipos de la CABA-, el inicio de una red integral de cuidados progresivos con diferentes niveles de complejidad biomédica y social. Además, prevé la incorporación sucesiva de los demás municipios hasta completar los 40 de la región.
En provincia los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y en CABA los Centros de Salud y Acción Comunitaria (Cesac), desde su función específica inicial en la red, son mucho más que la referencia para la atención médica primara: son centros comunitarios integradores de múltiples acciones destinadas a promover calidad de vida en los vecinos.
Su eje central es un modelo de gestión y atención llamado Gestión Participativa Basada en Problemas, que desarrolla procesos asistenciales y administrativos homogéneos a cargo de equipos de salud nucleares capacitados para el trabajo comunitario. Al 80% de requerimientos de salud espontáneos que se resuelven en la atención primaria, se suman prevención epidemiológica, alimentación y cobertura materno-infantil, además de abordajes comunitarios con implantación local virtuosa que dan cuenta de los condicionantes sociales de la salud.
De este modo, el sistema asume una responsabilidad territorial definida tomando cada centro, por proximidad, grupos de 750 familias y ocupándose de su prevención, atención y resolución de problemas sanitarios, con la dotación de personal óptima conforme a la cantidad de población. Como autoridad local, el municipio tiene un papel preponderante en la articulación de los CAPS con la comunidad y en todos los andariveles de convivencia.
Otro eje del sistema son los propios trabajadores de la salud capacitados en el primer nivel de atención y en forma de equipo. A las especialidades de base y la enfermería se agregan obstetras, nutricionistas, fonoaudiólogos, psicopedagogos, odontólogos, trabajadores sociales, psicólogos, farmacéuticos, ecografistas, auxiliares de farmacia, extraccionistas y promotores de la salud.
La sistematización de procesos, con adecuada programación de turnos y derivaciones, es sostén imprescindible de la atención, contándose con sistemas informáticos cuya piedra angular es la Historia Integral de Salud (HIS) de cada vecino, de enorme importancia para la calidad del servicio y para articular la continuidad en los sucesivos niveles de complejidad cuando fuere necesario. Al mismo tiempo, la HIS es insumo central del padrón sanitario de la región.
Completa el sistema el eje de infraestructura edilicia y de equipamiento, con la cantidad de consultorios e instrumental según las necesidades de la población, para mejorar la accesibilidad y estandarizar los centros. A la fecha, integran la Red AMBA Salud 388 CAPS en el GBA y 43 Cesac en la CABA.
Para el diseño de la Red se tuvieron en cuenta experiencias de otros países, como Brasil y España. Sin copiarlas mecánicamente, fueron ajustadas a nuestra realidad con criterios de posibilidad, inmediatez y conveniencia atendiendo los recursos disponibles. Se exhibe además la firme decisión de conducir con coherencia el área de la salud pública del AMBA.
El abordaje estructural adoptado es posible por la cooperación de municipios, provincia y ciudad permitiendo un aprovechamiento más eficaz de los recursos del sector, en camino de lograr esa sentencia tantas veces escuchada: en salud hay recursos suficientes pero deben ser mejor aplicados.
No podemos menos que aplaudir este proceso sabiendo que, si bien es largo el camino para completar un sistema metropolitano de salud pública que cubra satisfactoriamente las necesidades de la región, se está en muy buen camino, con una verdadera política de estado.
Presidente Fundación Metropolitana