La Repregunta. Rafael de Hoyos “En América Latina, origen pobre es destino porque la escuela, uno de los mecanismos más importantes para la movilidad social, no está funcionando”
El especialista señala que dos de los grandes objetivos a lograr son impulsar escuelas que además de incorporar alumnos enseñen eficazmente, y lanzar políticas que atiendan a la primera infancia
“Tenemos un sistema educativo que es un reflejo de las desigualdades que se dan por fuera del mismo”, afirma y agrega: “América Latina es la región más desigual del mundo”. “La arquitectura de los sistemas educativos de la región requiere ser equitativa para revertir las desigualdades de lo que sucede por fuera”, desarrolla. “Si queremos que nuestro sistema educativo se vuelva un motor de la movilidad social, tenemos que empezar por los primeros años, por tener un sistema de educación infantil temprana que empareje el piso para todos los niños antes de entrar al sistema educativo”, sostiene y ejemplifica: “Hay buenos ejemplos como el caso de Chile, con el programa Chile crece contigo, o el caso de Colombia, con De cero a siempre”. “No hay una inversión que sea más redituable, en términos de ingresos futuros, que una educación de calidad”, dice. “La mitad que no aprende en América Latina corresponde con la mitad que vive en condición de pobreza”, plantea. “La mayoría de los países de América Latina no está haciendo políticas de primera infancia que no son muy costosas pero que determinan la trayectoria educativa y laboral”, analiza. “Si el mensaje que hemos mandado como sociedad a estas familias es que la gran mayoría de las familias que nace en pobreza muere en pobreza, pues entonces qué más da sí voy a una escuela mejor o peor si el resultado final va a ser el mismo”, alerta. “Desde Tijuana hasta Tierra del Fuego, esta tercera parte es el talón de Aquiles: los aprendizajes en los sistemas educativos de América Latina son muy bajos”, describe.
El economista mexicano Rafael de Hoyos estuvo en La Repregunta. De Hoyos fue economista jefe de la unidad de Educación para América Latina del Banco Mundial. Es socio fundador de Xaber en México, una organización de la sociedad civil enfocada en la evidencia y su aporte para la mejora educativa. Es doctor en Economía por la Universidad de Cambridge.
¿Cuánto pesa el efecto cuna, el origen social de un alumno, en sus chances de aprender a lo largo de la escuela? ¿La escuela puede ser capaz de revertir el destino de nacimiento? La movilidad social, ¿está cada vez más lejos en América Latina? ¿Qué países lograron mejores resultados educativos entre los más vulnerables?
Aquí, la entrevista completa.
-¿La pobreza es destino? ¿La educación puede torcer ese destino o se necesita algo más que la propuesta que insiste con que con la educación se puede todo?
-Ese lugar común que piensa a la educación como puerta de salida de la pobreza no es solo un lugar común. Hay amplia evidencia empírica para sustentar ese postulado. No hay una inversión que sea más redituable en términos de ingresos futuros que una buena educación, una educación de calidad que genere los aprendizajes para hacer a los individuos más productivos el día de mañana. Ahora, cuando nos referimos educación, por muchos años, por décadas, confundimos educación con proveer acceso al sistema educativo, es decir, si aumentamos la cobertura y los años de escolaridad, eso sería suficiente para obtener todos los beneficios asociados a la educación. Pero desde la implementación de pruebas a gran escala que miden los aprendizajes nos hemos dado cuenta de que el proveer acceso no es suficiente para obtener todos los beneficios de la educación. El proveer acceso es una condición necesaria pero no suficiente para que los niños, sobre todo los niños y jóvenes más pobres, se beneficien de la educación. Para que esto ocurra, durante su paso por el sistema educativo, tienen que aprender: me refiero a aprender la habilidades mínimas que nos permiten seguir aprendiendo a lo largo de nuestra vida productiva como la comprensión lectora, las habilidades matemáticas, utilizar operaciones básicas como suma, resta multiplicación y división para abordar problemas cotidianos. Entonces, sí se pueden mejorar las condiciones de inicio a través de la educación siempre y cuando ésta tenga la cantidad mínima necesaria.
“Efecto cuna”. ¿La escuela puede ganarle a la pobreza de origen?
-A partir de su análisis queda claro que una vez que acceden a las aulas, las experiencias educativas que viven allí los estudiantes de menores recursos, que suelen ser los que más tarde acceden al sistema educativo tanto en la primaria, la secundaria o en el nivel preescolar, tiene que ser relevante para construir esas habilidades. Pero hay una pregunta que se instala antes del acceso a las aulas en el caso de millones de niños y adolescentes pobres que en sus hogares no se alimentan bien, que viven hacinados, con niveles de estrés altísimo, cuyos padres se levantan temprano a la mañana y no los pueden cuidar durante todo el día ni asistir en las tareas de la escuela. Cuando existen esos problemas de origen, de cuna, los condicionamientos determinados por la posición de origen de esos niños, y aún suponiendo que hay una buena escuela, con buenos maestros, con aulas donde suceden cosas interesantes en la escuela, ¿la escuela puede revertir el efecto de esas circunstancias de arranque en la vida, puede enseñar en esas circunstancias?
-La respuesta es sí. El problema es la arquitectura de los sistemas educativos de América Latina. No hay que dejar de lado el hecho que América Latina es la región más desigual del mundo. Eso requeriría un sistema educativo que sea el más equitativo del mundo para revertir esas desigualdades que suceden fuera del sistema educativo. Para seguir con tu argumento, los niños que nacen en un área empobrecida donde los padres no tienen escolaridad mínima necesaria, no tienen un vocabulario lo suficientemente rico y en casos extremos padecen desnutrición crónica, estos niños acaban yendo no a las mejores escuelas del sistema educativo, que es lo que necesitarían para revertir esta desigualdad y esta condición desfavorable de origen, sino que acaban yendo a las peores escuelas. Tenemos un sistema educativo que simplemente es un reflejo de las desigualdades que se dan fuera del sistema educativo: nuestros sistemas educativos en América Latina simplemente replican, sino es que exacerban, las desigualdades de origen. Entonces, la respuesta corta a tu pregunta es sí, se puede revertir el efecto cuna pero tenemos que empezar por reconocer que a estos niños que pasaron los primeros años de su vida en las condiciones más adversas, le tenemos que dar los mejores insumos educativos y las mejores condiciones y hoy por hoy estamos dando las peores.
“Ese lugar común que piensa a la educación como puerta de salida de la pobreza no es solo un lugar común. Hay amplia evidencia empírica para sustentar ese postulado. No hay una inversión que sea más redituable en términos de ingresos futuros que una buena educación”
-Quiero ir a un caso concreto porque la gran cuestión es si un niño alimentado de manera deficiente, sin la contención afectiva necesaria, sin acompañamiento escolar en la casa puede, a través de un sistema escolar equitativo, revertir ese destino. Está el caso del Estado de Puebla en México, que usted conoce bien, relevante para pensar cuánto pesa la mejora de nivel socioeconómico en la mejora educativa o si esa mejora de los aprendizajes puede darse aún en condiciones de pobreza. ¿Podría describir el caso de Puebla?
-El caso de Puebla es muy emblemático y no es el único en la región, afortunadamente. También está el caso de Sobral.
El caso del Estado de Puebla, México. ¿Cómo mejoró su educación a pesar de la pobreza?
-Se refiere al municipio de Sobral en Brasil.
-Exactamente. En estos casos, los encargados de formular e implementar la política educativa reconocen que para que estos niños que viven en condición de pobreza y marginación puedan alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje necesitan más insumos, más atención, más recursos del sistema educativo. Para que todos tengamos el contexto, Puebla es uno de los Estados más pobres de la República Mexicana. De acuerdo con las pruebas estandarizadas en México, en 2013, estaba en los últimos lugares, en el antepenúltimo lugar, por su rendimiento educativo. Pero del 2013 al 2017, 2018 pasó al primer lugar
-En los rankings surgidos de las evaluaciones nacionales de matemática y de lengua, en áreas cognitivas clave.
-Exactamente, en las pruebas estandarizadas que miden las habilidades de lectoescritura, comprensión lectora y matemáticas básicas. ¿Cómo es que avanzó tanto Puebla? Lo hizo con algo que hasta parecería trivial. Se conoce como el modelo APA, acceso permanencia y aprendizajes. De lo que se trata es de que el sistema educativo no solamente provea acceso, se encargue de que los niños más pobres estén yendo a la escuela como una condición necesaria. Que una vez que están escolarizados, que permanezcan. Y lo tercero es que aprendan. Desde Tijuana hasta Tierra del Fuego, esta tercera parte es el talón de Aquiles: los aprendizajes en los sistemas educativos de América Latina son muy bajos. Lo que hicieron en Puebla es muy parecido a lo que hicieron en Sobral: tomaron las pruebas estandarizadas no para hacer rankings ni para señalar quién no está desempeñándose adecuadamente sino para identificar aquellas escuelas que necesitaban una mayor atención y mayores recursos del sistema educativo. Estas pruebas ayudaron a generar un diagnóstico en las escuelas que tenían peores desempeños, que son también las escuelas que concentran las poblaciones más pobres y marginadas. Una vez que tienen un diagnóstico, lo transforman en un plan de mejora y le dan continuidad. Éste es el otro talón de Aquiles, la otra gran restricción que tenemos en América Latina: no hay continuidad en la política pública y cada vez que hay un cambio de gobierno, es como si empezamos de cero. Desafortunada, a finales de 2018, en Puebla hubo cambio de gobierno y el nuevo gobierno no le dio continuidad a lo que ha sido un caso exitoso.
La escuela en América Latina, ¿máquina de reproducción de la pobreza?
-Puebla tenía un PBI per cápita que era un tercio del PBI per cápita de Ciudad de México. ¿Cuánto de esa mejora educativa de este Estado pobre tuvo que ver con mejora de condiciones salariales o mejora de los niveles de pobreza? ¿Hubo alguna variación en las condiciones de vida como para que eso haya influido en la mejora educativa?
-No, la respuesta es no. De hecho, desafortunadamente, si se ve la evolución del ingreso per cápita en México, desde los últimos 15 años está prácticamente estancado con un crecimiento de entre 1 y 2% anual. No es como el caso de Perú donde vimos unos incrementos en los resultados de Pisa importantes pero también coinciden con un período en donde la economía peruana estuvo creciendo a tasas muy altas. Este no es el caso de México; no es ciertamente el caso de Puebla. Ni en niveles ni en tasa de crecimiento se puede decir que Puebla ha sido éxito desde el punto de vista económico pero en el plano educativo, el caso Puebla es por mucho la mejor experiencia que hemos tenido en México en los últimos 10 o 15 años.
-Los casos de Puebla en México y el de Sobral en el Estado de Ceará, cuya capital es Fortaleza, en Brasil, ¿permiten sacar conclusiones en relación a que este efecto cuna, las determinaciones del origen socioeconómico de un estudiante, la pobreza en la que nace, no necesariamente condiciona su derrotero educativo si hay un buen sistema educativo, que funciona efectivamente a la hora de enseñar y de que los estudiantes aprendan?
-La respuesta corta es sí. La respuesta no tan corta es que uno no puede dejar de lado el hecho de que estos ejemplos son más bien la excepción y no la normal. Si uno analiza lo que ha sucedido con la movilidad social, es decir la posición en la distribución del ingreso en la que nacen los latinoamericanos y la posición en la distribución del ingreso que tienen en su vida adulta o en la que mueren, no hay mucha movilidad social en América Latina. Si no hay mucha movilidad social desde el punto de vista de las familias que están en condición de pobreza o en condición de marginación, si el mensaje que hemos mandado como sociedad a estas familias es que la gran mayoría de las familias que nace en pobreza muere en pobreza, pues entonces qué más da sí voy a una escuela mejor o peor si el resultado final va a ser el mismo. Esa falta de movilidad social es en gran medida el fracaso de los sistemas educativos de la región.
Una buena educación, ¿asegura la movilidad social?
-Detengámonos en ese punto. Se podría plantear esta idea: imaginemos, como se dio en el caso de Puebla, que hay un sistema educativo que finalmente logra enseñar a los chicos de sectores muy pobres. Una cosa es que logre ese objetivo de consolidar aprendizajes y de desarrollar habilidades matemáticas y de lectoescritura y otra que garantice la movilidad social ascendente. Una sociedad tiene movilidad social ascendente por varios factores, no sólo el educativo: puede ser que un sistema educativo está haciendo bien su parte como en Puebla pero hay una sociedad que no premia el título secundario y que cada vez se diferencia más con títulos de nivel universitario o que las redes de contacto de los de los sectores mejor posicionados no logran abrirse a estos sectores. Es decir, ¿puede haber otros factores que impiden la movilidad aunque el sistema educativo esté haciendo bien su trabajo?
-Sí, es cierto, el sistema educativo y los aprendizajes no son los únicos factores que determinan los ingresos futuros y tu productividad y crecimiento económico pero sí están entre los factores más importantes. Si tuviéramos sistemas educativos que aseguraran aprendizajes para el grueso de la población con una especial atención en los hogares pobres, entonces deberíamos ver mucho mayor movilidad social. Hoy por hoy tenemos sistemas educativos en donde la mitad, o quizás más después del Covid, de los alumnos pre-covid estaba yendo a la escuela pero no aprendía lo mínimo necesario, no comprendía textos, no sabían hacer operaciones matemáticas básicas para resolver problemas medianamente fáciles y cotidianos. Y en toda América Latina, esa mitad que no aprende corresponde casi a la perfección con la mitad que vive en condición de pobreza. Entonces, lo que tienes es que origen es destino aunque no debería serlo. En América Latina, origen es destino porque uno de los mecanismos institucionales más importantes para que origen no sea destino, que es el sistema educativo, no está funcionando.
-Este panorama coincide con esta idea ya casi clásica que Pierre Bourdieu, sociólogo francés, dejó en claro en su libro Los herederos, en la década del ‘60: mostró que en Francia, el sistema educativo no lograba producir esa movilidad del hijo del obrero que había hecho el recorrido del sistema educativo, que tenía altas probabilidades de ser también obrero en su vida laboral.
-Y eso en Francia que tiene mucho mayor movilidad social que la que observamos en América Latina. En América Latina, si realmente queremos que nuestro sistema educativo se vuelva un motor de la movilidad social, tenemos que empezar por donde tú ya bien lo dijiste, por los primeros años, por tener un sistema de educación infantil temprana que empareje el piso para todos los niños antes de entrar al sistema educativo. Hay buenos ejemplos como el caso de Chile, con el programa Chile crece contigo, o el caso de Colombia, con De cero a siempre. Son dos programas de educación infantil temprana que incorporan mejores prácticas, que han mostrado su efectividad a través de evaluaciones de impacto.
Una buena educación, ¿empieza antes de entrar a la escuela? El caso Chile
-En la Argentina, Chile siempre resulta un país interesante para analizar por los sesgos y los prejuicios que hay en parte de la opinión pública respecto de Chile, con esta idea del “modelo neoliberal” heredado de la dictadura de Pinochet pero que ha mostrado resultados de reducción de la pobreza enormes y mejoras educativa muy interesante. ¿Cómo es el programa Chile crece contigo?
-Chile crece contigo más que un programa es una política que articula muchos programas. Como lo indica el nombre, los niños desde que nacen, sobre todo aquellos que viven en condición de pobreza, entran a un registro que le dice al Estado chileno cómo se va desarrollando el niño o niña durante sus primeros mil días y qué tipo de intervenciones necesitan para que sus niveles de desarrollo tanto cognitivo como físico y socio afectivo estén en niveles aceptables. Garantiza la nutrición, garantizan que el niño tiene acceso a material educativo didáctico, garantizan que haya una trabajadora social que visitar los hogares, sobre todo los hogares en condición de pobreza, para que la madre sepa la importancia de tener una interacción con el niño o niña al verlo a los ojos o de la lactancia materna. A pesar de que no son cosas muy costosas, son cosas que hoy no se están haciendo en la mayoría de los países de América Latina pero que en gran medida determinan la trayectoria educativa y laboral de los latinoamericanos que viven en condición de pobreza
-Volvemos al principio. Antes de atravesar la puerta de la escuela y acceder al aula, hay condiciones sociales previas que el sistema educativo no puede corregir pero sí puede hacerlo una política pública como la que describe. Más que una política educativa, una política de mejora de las posiciones de origen para poder aprovechar luego las oportunidades que ofrece la escuela.
-Exacto. Ahora, tampoco hay que ser determinista. El hecho de que no hayan recibido una educación infantil temprana de calidad y de que entran al sistema educativo con estas deficiencias de origen, no significa que no pueden revertirse esas realidades. Es mucho más difícil revertir estas deficiencias de origen cuando no se ataca el problema de raíz pero no quiere decir que no se pueda una vez que ya se ingresó a la escuela. Por eso el caso exitoso de Puebla y de Sobral. En Puebla, no hubo una política de educación infantil temprana y sin embargo, pudieron revertir estos resultados de aprendizajes bajos.
-¿Cuáles son los sistemas educativos de América Latina que han hecho un mejor trabajo en esto de inclusión de los sectores populares no solo a la hora del acceso a las aulas sino también a la hora de garantizar la calidad en los aprendizajes?
-Cuando uno lo ve en términos de los cambios en el tiempo, podría señalar Chile. Digo los cambios porque los niveles de desigualdad todavía son muy altos comparados con otros países como por ejemplo Argentina o Uruguay. El contexto en el cual está inmerso el sistema educativo chileno es más desigual que el contexto uruguayo. Pero el avance que ha tenido el sistema educativo chileno, y también su economía, es el más exitoso. El sistema brasileño también es un sistema educativo exitoso. No me refiero sólo al caso de Sobral sino a todo el sistema educativo brasileño con una distribución de fondos y recursos fiscales que premia los cambios positivos en aprendizajes pero tomando en cuenta que las condiciones son distintas para los distintos Estados en en Brasil y promoviendo así la equidad. Los datos nos permiten identificar a estos dos países como casos de éxito en la región.
Evidencias para educar mejor
▪ Formación. Doctor en Economía por la Universidad de Cambridge; también estudió en las Universidades de Essex y Sussex.
▪ Actividades. Socio fundador de Xaber en México; fue Economista Jefe de la unidad de Educación para América Latina del Banco Mundial.
▪ Publicaciones. Entre otros, escribió Out of school and out of work: risk and opportunities for Latin America’s ninis.