La Repregunta. Mónica Serrano: “Si el estado establece la prohibición de consumos cuyas demandas no pueden cerrarse, la presencia de mercados ilícitos va a ser una realidad”
Mientras Los Monos continúan siendo noticia en Santa Fe y el Gobierno envía fuerzas de seguridad a Rosario, la especialista en crimen organizado trasnacional responde la pregunta del millón: ¿la Argentina corre el riesgo de seguir el mismo camino de México?
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“Las respuestas inspiradas en la idea de un punto final al narcotráfico llevan a soluciones coercitivas que lo único que hacen es exacerbar el problema del narcotráfico y no lo solucionan”, sostiene. “La existencia de mercados ilícitos no es resultado de la corrupción sino de insistir en políticas de prohibición cuando la demanda de ese bien no cesa”, desarrolla. “Desde 1985 ningún gobierno mexicano ha podido construir instituciones sólidas que puedan dar la batalla sin ser infiltradas en el esfuerzo. El mercado de la droga genera rentas ilegales; por esa vía hay riesgo de infiltración de instituciones”, alerta. “La vulnerabilidad de la Argentina y Uruguay deriva de la apertura de nuevos mercados de cocaína en Europa. La ruta obvia es por Sudamérica”, explica. “Cuando ha habido esfuerzos para cerrar el mercado de drogas o atajarlo en un lugar, lo único que ocurre es que se traslada a otro lugar. Eso se da en el interior de países como entre países”, analiza. “La pobreza en sí no es lo que explica ni la presencia de mercados ilícitos ni su comportamiento violento”, afirma.
En medio de la violencia desatada en Rosario por el narcotráfico, la especialista mexicana en crimen organizado transnacional, narcotráfico, seguridad y derechos humanos, Mónica Serrano, participó de La Repregunta. Serrano es Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Oxford. Es investigadora del Centro de Estudios Internacionales de esa universidad y es profesora e investigadora del Centro de Estudios Internacionales del respetado Colegio de México.
Serrano dio su mirada experta acerca de las condiciones para el avance del narcotráfico en América Latina. ¿Argentina puede convertirse en México? ¿En qué punto de la evolución del narcotráfico se encuentra? ¿Venezuela se financia con el narco? Punto final al narco, ¿es posible? Prohibición versus regulación tácita. Policía cómplice, política infiltrada, ¿un salto de escala en la evolución del narcotráfico en un país? Violencia narco a la luz del día, ¿un camino sin retorno? Adolescentes y jóvenes pobres, ¿caldo de cultivo para la expansión del narco?
Estos fueron algunos de los temas tratados por la investigadora mexicana. Aquí, la entrevista completa.
-En materia de narcotráfico, ¿Argentina puede convertirse en México? ¿Están dadas las condiciones? Si es así, ¿qué significaría?
-Quiero hacer un paralelismo para ilustrar la manera en que diferentes países se encuentran expuestos al impacto del narcotráfico y de su transformación en “crimen organizado”, un concepto controvertido pero que tiene relevancia para explicar ocurrido en Colombia y en México. Dependiendo de su situación geográfica, de su inserción en la economía internacional y de sus capacidades internacionales, los países muestran diferentes vulnerabilidades ante el posible impacto del narcotráfico. Uno de los factores fundamentales que pesaron históricamente en la inserción de México y Colombia en los circuitos ilícitos de drogas fue su inserción a la economía internacional, economía relativamente abiertas, con sectores de exportación importantes. En el caso de México además, pesan también corredores de inmigración y diásporas mexicanas, lo mismo que en Colombia aunque en menor medida. En el caso de la Argentina y de Uruguay, su vulnerabilidad deriva sobre todo de la apertura de un nuevo mercado de cocaína a la vuelta del siglo en Europa una vez que este merado empieza a mostrar ciertos niveles de saturación en Estados Unidos, un mercado que venía a la baja como consecuencia de la sustitución de los consumidores de drogas a favor de otras drogas, aunque sigue siendo muy importante. Los empresarios ilegales que están detrás de estas industrias y nuevos mercados buscan la apertura de nuevos mercados ahora en Europa. Y la ruta obvia es por el Sur, por Sudamérica y es ahí cuando Argentina y Uruguay se convierten en vulnerables. Venezuela es otro país que muestra su vulnerabilidad: presenta hoy condiciones muy complicadas con una criminalidad fuera de control, desorganizada, con una presencia muy importante de actores inmiscuidos en la organización del tráfico de droga. El tema es la apertura de esas rutas hacia otros mercados, en donde el precio de la cocaína se perfila como sostenible frente a lo que está ocurriendo en EEUU. Esas son las condiciones en las que Argentina se percibe como vulnerable a la penetración del narcotráfico. ¿Puede convertirse en México? Es difícil de prever ese escenario porque aún cuando el mercado europeo es muy atractivo, EEUU sigue siendo el mayor consumidor de drogas con un mercado que en 2016 se valuó en 150 mil millones de dólares, sin contar la droga más redituable de hoy que es el fentanil.
En el caso de la Argentina y de Uruguay, su vulnerabilidad deriva sobre todo de la apertura de un nuevo mercado de cocaína a la vuelta del siglo en Europa una vez que este merado empieza a mostrar ciertos niveles de saturación en Estados Unidos, un mercado que venía a la baja como consecuencia de la sustitución de los consumidores de drogas a favor de otras drogas, aunque sigue siendo muy importante.
Narco en Sudamérica: de la Argentina a Venezuela
-Usted señala la cuestión geográfica, el hecho de que México comparta frontera con el mercado de la cocaína de EE.UU., como un factor condicionante para el desarrollo del narco en país. La ubicación geográfica de la Argentina, ¿no alcanza para preservarla del narcotráfico? ¿Por qué el tráfico hacia Europa tiene que pasar por este Sur tan alejado?
-Hay una serie de variables. La primera respuesta más obvia es que el hecho de que el nodo de producción de cocaína sigue siendo Colombia y hoy también Perú. Los Andes es la región de las Américas que ofrece las mejores condiciones para la producción de cocaína y el cultivo de coca, donde está arraigada hasta por razones culturales, y ahora también económicas. El trasiego hacia el Norte sigue satisfaciendo la demanda en EE.UU. de los consumidores adictos que siguen demandando cocaína. Los jóvenes consumen otras cosas. A la par de que decae el consumo de cocaína en EE.UU., se abre un nuevo mercado en el que participan activamente las organizaciones criminales como el Cartel de Sinaloa, el Cartel del Golfo y el cartel que hoy tiene el mayor poder en México, el llamado Cartel Jalisco Nueva Generación. Son las dos organizaciones más involucradas en la producción de drogas sintéticas, básicamente metanfetamina, la nueva droga que atrae muchísimo sobre todo a los nuevos consumidores. Ese mercado se abre en paralelo a la caída del mercado de la cocaína en EE.UU.
-Mencionó el caso de Venezuela. Hay una lectura que dice que cuando la matriz económico productiva de Venezuela implosionó por las políticas que llevó adelante Hugo Chávez y luego Nicolás Maduro, con fuerte impacto en el sector privado, el estado venezolano, la burocracia de ese régimen dictatorial empieza a financiarse con el negocio de la droga. ¿Es un dato que describe bien esa realidad y el peso que tiene Venezuela en esta cadena de valor del narcotráfico en América Latina?
-No te puedo contestar a ciencia cierta que ése sea el caso aunque es posible que sectores de lo que pueda quedar del estado venezolano pueden estar financiándose con recursos ilícitos. Lo que sí sabemos es que en el caso de Venezuela se conjugan dos condiciones críticas que ilustran esta vulnerabilidad. Por un lado, el régimen de Chávez que jaquea los fundamentos de la organización política de Venezuela, que pone contra la pared a mucha de las instituciones del estado venezolano, con una participación además de los militares muy activas en el nuevo régimen. Por otro lado, coincide con el momento de políticas muy agresivas en Colombia, el Plan Colombia y la Política de la Seguridad Democrática de la administración Uribe, que tratan de cercar los márgenes del mercado de droga en Colombia pero que no consiguen acotar la producción. La producción en Colombia, después de los más de 6mil millones de dólares invertidos por EEUU, están de vuelta en los niveles previos al Plan Colombia. Sí van a lograr con una serie de procesos, incluida la desmovilización de los paramilitares, el acorralamiento de las FARC y además, el esfuerzo previo de desmantelamiento del cartel de Medellín y del cartel de Cali, procesos previos que cuentan con una clarísima participación de EEUU y que siguen la lógica de políticas antinarcóticas. El resultado es que las organizaciones colombianas van a perder terreno frente a las organizaciones mexicanas. El debilitamiento de los empresarios ilegales en Colombia y eso supuso, algo que acompaña a la lógica del narcotráfico históricamente, cuando ha habido esfuerzos para cerrar el mercado de drogas o atajarlo en un lugar, lo único que ocurre es que se traslada a otro lugar. Eso ocurre en el interior de países como entre países.
Prohibición vs regulación tácita: efectos colaterales de la guerra contra las drogas
-México decidió en 2006, en la presidencia de Felipe Calderón, la guerra total contra el narcotráfico, con resultado trágico: se ha cobrado ya cerca de medio millón de vida, según se calcula. El ministro de Seguridad de la Argentina, Aníbal Fernández, esta semana habló de ponerle un punto final a la violencia narco en Rosario. ¿Cuál es la experiencia de México en relación a la idea de punto final a ese tipo de conflicto?
-La propuesta de un punto final es errada y equivocada. El problema de las drogas tiene que ver con la norma de la prohibición impulsada por EE.UU. desde 1909 hasta la fecha, que adquiere una dimensión legal e internacional. Aunque EE.UU. en su discurso no tenga hoy la agresividad que ha tenido en otros momentos con respecto a la guerra contra las drogas, la realidad es que hay una inercia que lleva a la continuidad de esas políticas. La premisa es que se va a conseguir prohibir absolutamente las drogas, con la idea de una solución final. Eso no funciona por diferentes razones. La experiencia histórica sugiere que al no funcionar la prohibición, lo que se requiere es administrar un problema. En general, estas soluciones han dado prioridad a la oferta de las drogas y han puesto menos énfasis en la demanda y de la conciencia de los consumidores. Las drogas son un problema, generan adicción, generan rentas ilegales que generan y por esa vía, el riesgo de infiltración y captura de instituciones. Pero aún reconociendo estas realidades, sabemos que las respuestas inspiradas en la idea de un punto final llevan a o impulsan soluciones coercitivas que lo único que hacen es exacerbar el problema del narcotráfico y no lo solucionan.
La propuesta de un punto final es errada y equivocada. El problema de las drogas tiene que ver con la norma de la prohibición impulsada por EE.UU. desde 1909 hasta la fecha, que adquiere una dimensión legal e internacional. Aunque EE.UU. en su discurso no tenga hoy la agresividad que ha tenido en otros momentos con respecto a la guerra contra las drogas, la realidad es que hay una inercia que lleva a la continuidad de esas políticas.
La infiltración narco en las instituciones: el caso de la policía
-En 2019 fue detenido Genaro García Luna, que había sido secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Calderón cuando se lanzó la guerra contra la droga, por estar involucrado en el negocio del narcotráfico, recibir sobornos del cartel de Sinaloa y ser parte de esa trama ilegal. En la la Argentina, el clan de Los Monos, que pesa en Rosario, tuvo y tiene contactos con la policía. ¿Ese momento en que el narco infiltra las instituciones del estado es un salto crítico en la expansión del narcotráfico en un país?
-La fecha clave en lo que va a ser el diagnóstico de infiltración de instituciones es 1985. En ese momento hay el asesinato de un agente de la DEA, Enrique Camarena…
-Kiki Camarena.
-Ese asesinato saca a la luz un entramado de agencias, incluida una posible rivalidad entre la DEA y la CIA, la agencia estadounidense encargada del combate a las drogas y la agencia de inteligencia. Lo que sí fue claro es la participación de los agentes de seguridad mexicanos, especialmente de la policía encargada en ese momento de combatir el narcotráfico en la Dirección Federal de Seguridad, que estaba profundamente infiltrada. Se desmanteló y de 1985 a la fecha ningún gobierno ha podido construir instituciones sólidas que puedan dar la batalla sin ser comprometidas en el esfuerzo. Hay diferentes posiciones. Hay quienes señalan que la construcción de policías blindadas, honestas y profesionales es algo viable y que lo que se requiere es voluntad política para poder lograrlo. Encontramos eco de esto en las declaraciones del ministro de Seguridad argentino. Sin embargo, hay quienes estudiando el tema de mercados ilegales, incluido el de drogas y también en la historia estadounidense, y hay elementos que indican que una vez que el estado decide establecer la prohibición para el consumo de bienes o de servicios que tienen una demanda que no se puede cerrar esa demanda, la presencia de mercados ilícitos se convierte en una realidad que no puedes soslayar. En esas condiciones, si se insiste en la prohibición en lugar de optar por la regulación y la administración de estos mercados, el riesgo de infiltración va a ser alta. No sólo eso: las medidas a las que van a recurrir los estados, incluyen prácticas y técnicas de policía muy controvertidas: es muy difícil establecer una diferencia de cuándo es que un policía está siendo cooptado y cuándo está buscando infiltrar una organización para poder obtener información que permita a la policía dar el golpe.
El narco y la política: la infiltración vía financiación
-Según explica, 1985 es clave porque implica un salto de escala del narco porque las fuerzas policiales son cooptadas por el narcotráfico. En el caso del funcionario García Luna, muestra que un funcionario político central en la lucha contra el narcotráfico es también cooptado. Cuando el narcotráfico penetra las fronteras de la política ¿es un salto todavía más grave?
-Puede leerse de esa manera. En el caso de García Luna hay indicios claros de corrupción en el sentido clásico. No hay duda de su participación en una serie de compañías de seguridad a las cuales como secretario de Seguridad Pública recurrió para suministrar una serie de recursos que necesitaban para operar. En términos de su colusión con el narcotráfico hay indicios claros, incluidas las declaraciones del que era director de la policía regional de la Policía Federal.
-Más allá de la precisión de ese caso, la idea de que el narcotráfico puede llegar a financiar a los políticos. ¿Es una posibilidad y es real eso en México? En la Argentina ya hay una denuncia contra un senador provincial acusado de estar involucrado con Los Monos.
-Desde luego. Si las autoridades deciden permanecer o seguir operando sobre la base de la prohibición, no le queda sino regular esos mercados. Y regular esos mercados supone riesgos muy altos para la penetración de instituciones y organizaciones políticas por la vida del financiamiento. Pero la condición de la presencia de los mercados ilícitos no es resultado de la corrupción. La presencia de los mercados ilícitos es resultado de insistir en políticas de prohibición cuando la demanda de estos bienes es una demanda que no cesa y que sigue su curso.
Violencia narco a la luz del día: de la clandestinidad a la visibilidad
-Mencionó el caso de Kiki Camarena que fue secuestrado y asesinado finalmente por orden de uno de los jefes narco, Rafael Caro Quinteros, lo que significó otro salto en términos de la violencia: asesinar a un agente de la DEA. Un de los señalamientos que se hace en relación a Los Monos en Rosario es que la violencia desatada a partir de 2013, esa salida de la violencia a la visibilidad pública está reñida con una opacidad que al narcotráfico le conviene para mantener su operación ilegal más productiva. Este salto de la invisibilidad a la visibilidad de la violencia narco, ¿ qué implica en la evolución del narcotráfico en un país?
-Efectivamente, el funcionamiento del narcotráfico y de cualquier mercado ilícito tiende a operar bajo el radar. Las mejores condiciones son justamente de opacidad para que la atención de la policía no sea atraída, haya o no haya vínculos o colusión con sectores de la policía: si no los hay, atrae el riesgo de represión y si los hay, exhibe a policías que están otorgando protección. La opacidad es una de las premisas que acompañan al funcionamiento de los mercados ilícitos. En el caso de México, por ejemplo, el funcionamiento del mercado ilícito de drogas fue durante mucho tiempo relativamente pacífico. No quiere decir que no hubiera habido conatos de violencia pero había una situación donde aparentemente funcionaban una serie de reglas para regular ese mercado ilícito, que contenían la violencia y mantenían algunos de los aspectos más negativos del mercado ilícito para México bajo cierto control.
Narcos y las reglas tácitas que contuvieron la violencia: el caso de México
-¿A qué tipo de reglas se refiere? Porque es interesante la existencia de esas reglas que funcionaban al menos para mantenerlo pacífico, por lo menos en términos de violencia criminal, asesinatos.
-El primero que enuncia estas reglas es un estudioso de estos temas, con vínculos con la policía y con las agencias estadounidenses, Peter Lupsha. Primero, señala que en el caso de México estamos hablando de un régimen autoritario en donde la policía podía operar con márgenes de violencia y con métodos que en las condiciones actuales son sencillamente inadmisibles.
-La democracia no admite ese arrinconamiento más violento del narcotráfico.
-Lo hace más difícil. Dos, era un régimen que además de ser autoritario tenía una estabilidad significativa y una organización y estructura que permitía establecer líneas de mando y una disciplina. El régimen mexicano se caracterizaba ante todo por la disciplina de la elite política y una serie de mecanismos permitía ese ejercicio de la disciplina como las reglas para la selección de candidatos. Esto llevaba a que los actores lo pensaran dos veces antes de recurrir a conductas que podían ser consideradas de indisciplina. Tres, el historiador Alan Knight, un historiador británico estudioso de México, plantea que en México había dos juegos, el juego duro y el juego de la pelota suave, “soft and hardball politics”. Señala que el juego estatal y el juego local era mucho más crudo y violento pero que tenía que actuar según ciertas reglas mínimas: la violencia no podía salir de ciertos rasgos porque afectaba la cara amable de la política nacional mexicana. Traducido al mercado ilícito, indica también que para los gobernadores era muy importante mantener bajo control el comportamiento violento de los narcotraficantes para evitar meterse en problemas. Entonces si se conjugan estas dos cuestiones, por un lado el hecho de que había grandes márgenes de acción para recurrir a la violencia en un régimen autoritario con una lógica política que castigaba situaciones que salieran de control, eso se traduce en una regla que funcionó también entre narcotraficantes que decía “la violencia entre ustedes, mientras no rebase su círculo más estrecho”. Si lo rebasa, esa violencia n será tolerada ni permitida porque tenía consecuencias para las autoridades políticas locales y estatales. Entonces esa es otra de las reglas muy importantes y que va a permitir atajar la violencia. Otra regla muy importante fue no permitir la apertura de mercados de consumo interno. Era un mercado básicamente de exportación.
-¿Y porqué se da entonces el salto a la visibilidad de la violencia rebasando los límites del mercado narco, con amenazas a jueces, con asesinatos de candidatos políticos? En las últimas elecciones en México, hubo 94 políticos asesinados.
-Es una combinación de factores. Uno muy importante es el éxito de las políticas antinarcóticos. En los ‘70 se da la primera campaña de erradicación exitosa, que logra reducir el área de producción de marihuana y amapola y reduce el papel de México como exportador a EEUU. Dispersa a los empresarios de las drogas por todo el país. Al dispersarlos, incide también en las relaciones entre ellos y en su comportamiento en cada uno de sus lugares. Muchas de las reglas que funcionaban entre ellos se ven debilitadas. Por otro lado, a partir del ‘69 o ‘70, cuando viene la primera guerra contra las drogas de Nixon, luego la segunda con Reagan, y de ahí para acá EE.UU. va a ejercer presión sobre México para que responda con mayor voluntad política y agresividad al problema de las drogas. Hay diferentes momentos de presión de EE.UU. claramente en 1985. Lo que sucede es que se desestabiliza ese entramado porque no pueden confiar en las reglas tácitas que habían estado en las bases. La regulación suponía no una protección activa sino cierta tolerancia a la organización criminal de los carteles.
Y junto con esto viene el proceso de democratización que va debilitando el andamiaje que se había traducido en una disciplina de la élite política y sobreviene una mayor desorganización institucional. La desorganización institucional es un factor importante en Argentina en término de lo que es el comportamiento de las policías y la cooperación entre las agencias de seguridad. Se convierte en un factor que abona a un mercado más desorganizado en donde la confianza no se puede dar por sentada ni en la relación entre criminales y autoridades ni en la relación entre criminales.
Hace uno días una nota en el Wall Street Journal mostraba cómo los carteles mexicanos reclutan vía Facebook. Los métodos de reclutamiento sugieren que desde luego las poblaciones pobres en condiciones de marginalidad están más expuestas, con mayor grado de vulnerabilidad pero la pobreza en sí no es lo que explica ni la presencia de mercados ilícitos ni su comportamiento violento
Pobreza y narco: ¿el caldo de cultivo perfecto?
-En la Argentina hay un 42% de pobres. Impacta todavía más en adolescentes y jóvenes, donde el nivel llega al 50%. ¿Eso es un caldo de cultivo importante para el reclutamiento por parte del narco?
-Sí es pero no creo que sea el más importante. Llevamos tres años con (Andrés) López Obrador que inició una estrategia que tiene como base la idea de que la pobreza explica el problema del narcotráfico sin entender que lo que explica el problema es la prohibición y la creación, vía la prohibición, de mercado ilegales altamente redituables donde va a haber empresarios criminales dispuestos a todo. Hace uno días una nota en el Wall Street Journal mostraba cómo los carteles mexicanos reclutan vía Facebook. Los métodos de reclutamiento sugieren que desde luego las poblaciones pobres en condiciones de marginalidad están más expuestas, con mayor grado de vulnerabilidad pero la pobreza en sí no es lo que explica ni la presencia de mercados ilícitos ni su comportamiento violento. Su comportamiento violento es resultado sobre todo de la falta de disciplina en las elites políticas, de entender que es un problema que atañe a todos, que no se puede politizar y que la policía y las fuerzas de seguridad no se deben politizar. Y que las respuestas coercitivas pueden tener resultados negativos, pueden exacerbar el problema en lugar de resolverlo. Hay una relación con derechos humanos. Argentina va a ser el lugar donde se ponga a prueba la fortaleza de mecanismos de derechos humanos para poder detener y resistir estas violencias.
Mirada mexicana, análisis global
▪ Formación. Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Oxford.
▪ Vida académica. Profesora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, Senior Fellow del Instituto Ralph Bunch de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.
▪ Revistas. Editora de la revista Global Governance y miembro del comité editorial de Conflict, Security and Development.