La Repregunta. Eugenio Díaz Bonilla: “La discusión actual es cómo coordinar empleo decente, dietas saludables y sostenibilidad ambiental”
El economista, que fue director ejecutivo por la Argentina para el BID entre 2003 y 2012, sostiene que deben impulsarse iniciativas conjuntas en la región que resuelvan dilemas urgentes como el crecimiento, la sostenibilidad ambiental y la creación de empleo
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“Nunca antes América Latina estuvo tan fragmentada”, afirma. “El BID no se creó para pelear contra el comunismo o contra China”, plantea. “Si el BID no tiene una visión colectiva, es importante que la CAF sí pueda desarrollarla”, explica. “Los sistemas agroalimentarios representan la mitad del empleo mundial”, analiza. “La discusión actual es cómo coordinar empleo decente, dietas saludables y sostenibilidad ambiental”, resume.
Desde Estados Unidos, el economista Eugenio Díaz Bonilla, doctor en Economía por la Universidad Johns Hopkins, estuvo en La Repregunta. Díaz Bonilla es experto en negociaciones bilaterales, comercio y seguridad alimentaria, pobreza y desarrollo, con vastísima experiencia en organismos internacionales de crédito,
Del BID a la CAF, ¿qué significa que el gobierno de Alberto Fernández haya perdido la presidencia de dos bancos de desarrollo claves en América Latina? Financiamiento y políticas de estado. América Latina, entre la fragmentación y la crisis económica. La influencia de EEUU versus China. La matriz productiva y los dilemas ecológicos: el caso de la prohibición de la cría de salmón.
Díaz Bonilla fue Director Ejecutivo por la Argentina para el BID entre 2003 y 2012. Hoy dirige el Programa para América Latina y el Caribe en el Centro Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés).
Aquí la entrevista completa.
-Uno de los temas de la semana en la Argentina fue lo que se interpretó como una derrota geopolítica financiera de la presidencia de Alberto Fernández: no logró quedarse con la presidencia de la CAF, el Banco de Desarrollo Latinoamericano. ¿Por qué es importante esa posición y ese organismo? ¿Qué significa perder esa presidencia, que no quedó en manos de Christian Asinelli, el candidato del gobierno, y ahora recae en el candidato colombiano Sergio Díaz?
-Diría más bien que se ha ganado un acuerdo de gobernabilidad para una institución muy importante para América Latina. Después de una situación complicada dentro de la región, la posibilidad de que los países miembros de la CAF hayan acordado un esquema de gobernabilidad para este banco es muy importante. Hay cuatro funciones principales de estos organismos. Una es la parte financiera. Pero si uno mira los números, ninguno tiene un peso tan grande en la economía de la región, que ha ido creciendo. La CAF y el BID prestan a la región cerca de 13mil millones de dólares cada uno por año. Para dar una idea, el Banco Mundial está prestando alrededor de 7mil u 8mil millones.
-¿El Banco Mundial presta 7 u 8 mil millones de dólares a toda América Latina?
-Exacto. La estructura de esos préstamos, el período de repago, las tasas de interés son diferentes. Cada uno de estos préstamos no suma más del 0,5 o 0,6 del PBI de Latinoamérica. Es decir, la parte financiera es importante pero no es definitoria. Además, al mismo tiempo, los países le están pagando a estos organismos, es decir que el flujo neto es todavía más bajo. El otro gran aspecto de estos organismos de crédito es la generación de conocimiento, asistencia técnica, apoyo institucional tanto a nivel nacional o dentro los bienes públicos regionales, es decir información y conocimiento que puede servir a la región en su conjunto. La CAF, el BID y el Banco Mundial han estado generando este conocimiento y apoyo institucional para la región y ésta es una función muy importante.
Los bancos de desarrollo y las políticas de estado
-Más que interpretar la pérdida de la presidencia de la CAF como una derrota del presidente Fernández, usted lo interpreta como un éxito de la cogobernabilidad. ¿Se refiere a que la vicepresidencia de la CAF quedó para el candidato argentino Asinelli?
-Esa es una parte. Pero también tiene que ver con las funciones de los bancos. Le hablaba de la parte financiera, conocimientos. La tercera es la continuidad institucional. Muchas de los proyectos que se financian se completan simplemente porque están los bancos detrás: hay un contrato, hay que terminarlo. En la Argentina, me ha tocado ver un gobernador que le dejaba a otro gobernador 400 o 500 millones de préstamos en ejecución y el siguiente gobernador quería cambiar todo. Yo le tenía que decir no, tiene que continuar porque este dinero ya ha sido aprobado, no es plata que uno puede asignar a cualquier proyecto. Imagínese cuando cambian no sólo gobernadores sino ministros u otros funcionarios. Es decir, la continuidad institucional a partir de la continuidad de los proyectos es la tercera cuestión central.
Estamos en una región absolutamente fragmentada, quizás fragmentada como nunca la he visto en toda mi vida. Si uno mira la historia, quizás nunca ha estado tan fragmentada.
-Es decir, estas instituciones garantizan la continuidad de políticas de estado más allá de los cambios de gobierno o de funcionarios, algo difícil de lograr en países como los nuestros.
-Absolutamente. No sólo es un problema de la Argentina sino de toda la región porque hay altísima rotación de funcionarios y cada uno llega con sus ideas. Pero la función más importante y es la diferencia que aporta la CAF e históricamente el BID, aunque ahora está mucho más debilitado, es la acción colectiva, la posibilidad de llevar a cabo programas que tengan que ver con la región en su conjunto. Hay muchos problemas, sobre todo ahora con la pandemia, que no se pueden resolver país por país. Se necesitan mecanismos de acción colectiva para resolver estos temas. Estamos en una región absolutamente fragmentada, quizás fragmentada como nunca la he visto en toda mi vida. Si uno mira la historia, quizás nunca ha estado tan fragmentada.
-¿Por qué señala que América Latina está particularmente fragmentada ahora? ¿Cuál es el punto de comparación?
-Históricamente, la región, aunque ha habido siempre diferentes intereses, se ha manejado con una visión latinoamericana, con una manera de plantear ciertos puntos frente al mundo. La historia de la creación del BID es un caso muy particular en ese sentido. Latinoamérica ha venido argumentando la necesidad de un mecanismo financiero para toda la región. La primera referencia histórica sobre esto está en la tesis de abogado de Juan Bautista Alberdi en 1844. Alberdi plantea la necesidad de un organismo financiero para toda la región. Hasta ese momento, todas las conferencias regionales eran sobre temas políticos y militares pero Alberdi plantea la necesidad de pensar también temas económicos, tener un banco. La región se ha manejado con mecanismos de acción colectiva. Ahora se suman los problemas económicos del ciclo de las materias primas. En los ’70s y ’80s, la salida del ciclo encontró a América Latina con muchos gobiernos militares y llevó a una transición hacia la democracia. Tuvimos un período de crecimiento en los 2000 y después un período muy malo en toda la región. Ya en 2018, 2019 había protestas en Chile, Bolivia, Nicaragua. Era generalizado el malestar. Tenía que ver con esta caída de la actividad económica aún antes de la pandemia.
América Latina, entre la fragmentación y la salida colectiva
-El cuestionamiento a la efectividad del Mercosur por parte de Uruguay o Brasil o los cuestionamientos de otros países a la OEA de Luis Almagro, con un liderazgo demasiado personalista, ¿entran dentro de esa fragmentación que usted señala?
-Sí, es parte de toda esta discusión. La salida de la pandemia no puede resolverla individualmente cada país. Se necesita un trabajo conjunto de toda la región. Tenemos la oportunidad con la Cumbre de las Américas a fin de año, con Estados Unidos como anfitrión. Y el hecho de que la CAF haya alcanzado un acuerdo de gobernabilidad, abre la posibilidad de desarrollar mecanismos de acción colectiva para el tema vacunas, por ejemplo. O cómo vamos a salir hacia delante con la situación económica. Nuestros países han aumentado significativamente el nivel de deuda: cómo se va a manejar este tema de manera coordinada. Ahora existe una posibilidad dentro de las negociaciones del Fondo Monetarios. Se están asignando los derechos especiales de giro. Hay 650 mil millones de dólares de derechos especiales de giro de los cuales alrededor de 400 mil millones de dólares van a países ricos que no necesitarían esta creación de dinero que hace el FMI vía los Bancos Centrales. ¿Cómo se pueden usar estos derechos especiales de giro en la región de manera de multiplicar el impacto? No para usarlos cada uno aisladamente sino a partir de creación de mecanismos de garantía que permitan generar bonos para la recuperación de la pandemia. Esta idea la estamos presentando con otros colegas dentro del IFPRI específicamente en el tema de hambre cero pero puede ser generalizado.
Hemos vistos las declaraciones del presidente del BID, Mauricio Claver, sobre que el BID se creó para pelear contra el comunismo y ahora se va a pelear contra China. Ése no es el marco conceptual con el cual se creó el BID: fue una convergencia sobre crecimiento, sobre desarrollo económico y social. Desarrollo económico y social con democracia es lo único que nos puede ayudar hacia delante.
-¿Por qué tanto interés en pelear por la presidencia de estos bancos de desarrollo?
-El interés es poder manejar estas instituciones con una visión más regional y más de desarrollo. En mi opinión, con la conducción actual del BID no se puede tener una visión regional. Hemos vistos las declaraciones del presidente del BID, Mauricio Claver, sobre que el BID se creó para pelear contra el comunismo y ahora se va a pelear contra China. Ése no es el marco conceptual con el cual se creó el BID: fue una convergencia sobre crecimiento, sobre desarrollo económico y social. Desarrollo económico y social con democracia es lo único que nos puede ayudar hacia delante.
-A partir de Claver Carone, es la primera vez que el BID tiene un presidente estadounidense. Fue el candidato de la administración Trump y continúa ahora bajo la presidencia de Joe Biden.
-No es un tema personal. La región siempre quiso tener un banco en el cual tiene mayoría accionaria pero también, siempre tuvo el liderazgo. Ese fue el acuerdo original que hubo con el presidente Eisenhower. Hay documentos de Milton Eisenhower, el hermano del presidente, que tenía mucha influencia, diciendo que el banco tiene que tener mayoría de los latinoamericanos, tiene que tener un presidente latinoamericano. Eso también era lo que siempre había pedido la región. Por eso cuando se crea el BID, se le daba el nombre crítico de “banco de los deudores” y se decía que nunca iba a funcionar. Pero resulta que al ser un banco de la región, tenía mucha más percepción de lo que estaba pasando y de esa manera, podía ir armando los programas no sólo individuales sino lo que es más importante, los programas con los temas colectivos de la región. Si ahora el BID no tiene esa visión colectiva, es importante que haya un organismo como la CAF que sí pueda desarrollar una visión colectiva tanto para la salud o la economía.
Argentina, ¿país pobre o no tanto?
-¿La financiación que otorga la CAF o el BID es mucho más conveniente para los países de la región en términos de la tasa de interés comparado con el FMI o el Banco Mundial?
-La CAF tiene términos más cortos y tasas un poquitito más altas pero tiene menos costos de transacción, es más fácil preparar proyectos. El BID y el Banco Mundial tienen períodos de repago bastante largos y tasas de interés relativamente bajas. El FMI, la diferencia es que tiene períodos de pagos muy cortos pero la tasa es muy baja comparativamente con la que tendría que pagar la Argentina en los mercados privados.
-Por su historial de deudor incumplidor, ¿el BID o la CAF castigan a la Argentina con la tasa de interés como sí sucede en el mercado privado de financiación?
-No, todos los países pagan la misma tasa excepto los países más pobres que tienen un descuento, o tratamiento especial como en el Banco Mundial, con muy largo plazo y tasas muy bajas. No le suben a los países que tienen problemas en el sector privado sino que le bajan a los países más pobres. Es decir que Argentina en el BID o el Banco Mundial o la CAF paga lo mismo que los otros países de ingresos más altos.
-¿Argentina hoy con la realidad actual, con los niveles de inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, se considera país pobre en la región?
-No, todavía no. Llevamos ya 10 o 12 años en que no estamos creciendo prácticamente nada. Muy malo el segundo período de la entonces presidenta Cristina Fernández, muy malo el período del presidente Macri y ahora obviamente la pandemia ha impactado muy fuerte. Con todo eso, tal como lo mide el Banco Mundial, según el poder de compra comparativo, Argentina todavía está un poco más abajo que Uruguay y Chile pero arriba de otros, sin contar los países del Caribe como Bahamas o Barbados que tienen otra base económica. En la clasificación del Banco Mundial, Argentina sigue siendo país de ingresos medios altos. Uruguay y Chile son de ingresos altos. Tenemos que resolver el problema de crecimiento de 10 o 12 años.
El caso de los salmones: ¿crecimiento versus impacto ecológico?
-Me interesa el tema del crecimiento. Se aprobó una ley en Tierra del Fuego que prohíbe la cría de salmón en esa provincia. Es una industria en crecimiento en todo el mundo y desde el punto de vista del aporte de proteínas alimentarias es muy clave. ¿Cómo lo ve un especialista en seguridad alimentaria y al mismo tiempo experto en comercio internacional?
-En relación a los salmones criados en cautiverio, hay discusiones muy fuertes sobre la calidad nutricional porque tienen niveles de antibióticos que algunos consideran inadecuados. Por otro lado, está el cambio que pueden generar en el medio ambiente local. La gente que tomó la decisión habrá tenido suficientes discusiones sobre el impacto nutricional y el medio ambiente. Hay otras fuentes de proteínas en Argentina, no solamente la parte vacuna. Ha venido creciendo mucho el sector de aves y de cerdos, además de corderos. Además Argentina es exportador de productos vegetales con alta proporción de proteína como garbanzos y porotos en la zona de Salta. Es decir, hay diferentes fuentes de proteínas y si hay realmente preocupaciones de salud con el tema de antibióticos y preocupaciones ambientales por lo que puede significar la disrupción del medio ambiente que generarían estas piletas de salmones, uno tiene que hacer el análisis de costo beneficio y tomar una decisión.
-Toda actividad económica tiene un impacto en el medioambiente. ¿Cómo llegar a ese equilibrio dilemático para generar una matriz productiva que pueda traer divisas y al mismo tiempo cuide el medio ambiente en la región?
-En septiembre está la cumbre de la ONU sobre los sistemas alimentarios. Yo estoy trabajando sobre el financiamiento de la transformación de los sistemas agroalimentarios. Esto está en el centro del debate. La discusión se centra en los sistemas agroalimentarios. A nivel mundial, si uno cuenta todo, desde los insumos, el productor primario, procesamiento, transporte, los supermercados, los restaurantes e inclusive el consumidor que gasta energía, compra electrodomésticos y elementos para producir su comida, si uno cuenta todo eso, el sistema agro alimentario representa cerca de la mitad del empleo mundial. Es decir, los sistemas agroalimentarios son muy importantes para el empleo. Segundo, hay una discusión alrededor de la nutrición o de la malnutrición. En los ’70s, se pensaba que India se iba a morir de hambre porque no iba a haber comida. Sin embargo, hemos llevado el porcentaje de población mundial desnutrida a un nivel relativamente. Un poquito más del 10% de la población mundial está desnutrida cuando hace 50 o 60 años era el 50 o 60%. Estamos hablando de 800 o 900 millones de personas, que es una tragedia. Por otro lado, hay unas 800 o 900 millones de personas obesas y el tercer problema de mal nutrición es la falencia de vitaminas y minerales. Es decir, hay tres problemas de nutrición. La pregunta es: ¿cómo se puede mejorar los sistemas agroalimentarios para solucionar este tema? Otro problema es el tema medioambiental. Entre el 25 y el 40% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial proviene de todo el sistema agroalimentario, desde la producción hasta el desecho. La gran discusión es cómo coordinar empleo decente, dietas saludables y sostenibilidad ambiental. Esa es la discusión que se está dando a nivel mundial, que llegará a septiembre a la cumbre de Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios. De ahí saldría un programa mundial para poder generar esta transformación. También está relacionado con el los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
-En relación a los proyectos de financiamiento en América Latina y a los dichos del presidente del BID Claver Carone sobre China, ¿los proyectos alimentarios que China puede impulsar en la región son un peligro desde la mirada de EE.UU.?
-Hay un tema no trivial. Hay varios niveles. Uno es el nivel político: democracias republicanas versus sistemas de partido único con mecanismos autoritarios. Segundo, estrategias de desarrollo centralizadas, manejadas por el partido o descentralizadas a través de los mercados. China pasó de exportar a hacer inversiones en infraestructura y ahora quiere dominancia tecnológica sobre algunos sectores. El tema es si quiere tener la dominancia tecnológica vía investigación y desarrollo o, la crítica que le hace EEUU y Europa, vía mecanismos que no corresponden dentro de las negociaciones de la OMC y otros organismos. Esa discusión está ahí. Nuestra región tiene que pensar en cómo poder tener mecanismos de democracia y participación republicana, cómo recuperar el dinamismo de la democracia en la región que ha venido debilitada con los problemas económicos y la pandemia. Nos da una opción la posibilidad de que ciertas cadenas de valor que antes estaban en Asia, puedan volver a Latinoamérica. En el caso particular de Argentina, me refiero al sector de los minerales raro pero también a ciencia y tecnología, informática, la industrial más tradicional, actividades que podrían volver a la región y serviría poder hacerlo.
Una mirada lúcida sobre el continente
▪ Formación. Licenciado en Economía por la UBA, luego se doctoró en Economía por la Universidad Johns Hopkins.
▪ Experiencia. Es jefe del programa para América Latina y el Caribe del International Food Policy Research Institute (IFPRI) y fue director argentino del BID.
▪ Publicaciones. Entre otros, Un camino largo y sinuoso. La creación del Banco Interamericano de Desarrollo.