La prensa libre en las Américas
Volver la mirada sobre el encuentro de 450 directores de medios y de periodistas que coincidieron en la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) es, como sostiene Borges, una decisión que no puede modificar un solo hecho del pasado o del presente, pero sí tal vez anular sus consecuencias en el futuro.
En momentos en que los periódicos y los medios en general están en plena transformación, experimentando respuestas que les permitan continuar su proceso evolutivo para atraer nuevas audiencias, se hace indispensable localizar esos modelos de negocios. No es una coincidencia, tampoco un dato menor, que Matthew R. Sanders, periodista norteamericano que se desempeña en Deseret Digital Media, la única división digital de un grupo periodístico que incluye empresas de prensa, radio, edición de libros y televisión, haya sido recibido como "el primer presidente digital de la SIP".
Atento a la larga trayectoria de la SIP en la defensa de la libertad de prensa y de los periodistas, Sanders agradeció en su mensaje inaugural la actitud y la valentía con las que sus miembros han enfrentado a las fuerzas de las instituciones corruptas que hieren a la sociedad y extraen recursos para aplastar las libertades individuales. Tras cinco días de sesiones en las que se discutió el comportamiento de la libertad de prensa en el hemisferio occidental, se conocieron las conclusiones. Doce periodistas fueron asesinados en abril de este año y muchos otros fueron víctimas de amenazas de muerte y de agresiones físicas, un trágico recordatorio de lo que significa ejercer el periodismo en el continente. En México se acumulan asesinatos sin que los autores hayan respondido ante la Justicia, en otras palabras, que han ido quedando en absoluta impunidad. Desde 2000, en este país se han cometido 118 asesinatos y han desaparecido 20 periodistas. En Colombia y en Brasil las cifras no son muy diferentes.
El informe revela que las amenazas intimidatorias a los periodistas y a los editores de periódicos ocurren también en Bolivia, Colombia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Panamá y Venezuela. Son agresiones que provienen de narcotraficantes, de bandas peligrosas, pero que no excluyen a las autoridades locales, nacionales y militares, con la tímida inacción de las autoridades de gobierno, cuando no de su activa participación.
Estos casos representan la punta del iceberg porque se llega a matar a un periodista después de amenazarlo, hostigarlo y finalmente agredirlo. En el caso de Venezuela el deterioro de la prensa es cada vez más grave; los medios independientes sufren agresiones, robo de equipos y reiterados insultos de los gobernantes. En cuanto a Cuba, tampoco respeta la libertad de prensa y la nueva inquietud del gobierno es la aparición de medios independientes en la isla. La SIP, junto con la empresa Google, anunció la puesta en marcha de una iniciativa para proteger de ataques cibernéticos los sitios de noticias. El proyecto, denominado Shield, provee un sistema de defensa de múltiples niveles para proteger en forma gratuita sitios de noticias, sobre derechos humanos y/o de monitoreo de elecciones.
El informe sobre la relación de la prensa y el poder político en la Argentina fue celebrado en la asamblea de la SIP como "un giro radical". El documento destaca que con la llegada del gobierno de Mauricio Macri al poder, luego de doce años marcados por múltiples distorsiones en el sector periodístico, "se cerró una etapa de control de la prensa que dejó múltiples distorsiones en el sector periodístico".
Volviendo a Borges, una etapa para recordar, no olvidar. Para no repetir el discurso único. Para no sostener un aparato de comunicación público y privado sometido a un gobierno. Para recuperar el diálogo y el disenso, como enseña la democracia.