La prenda tradicional que se convirtió en símbolo de la resistencia de Ucrania
El tercer jueves de mayo se festeja el día de la camisa típica ucraniana, la vyshyvanka; este año la conmemoración estará teñida por la tragedia de la guerra
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Además de cubrir, proteger y ornamentar a las personas, la vestimenta, sin dudas, se vuelve parte fundamental de una cultura. En la ropa, los accesorios y el calzado se plasman la mirada, las formas de vida y los sentimientos de los habitantes de un territorio, y son esas manifestaciones las que también funcionan como soporte de los recursos ancestrales transmitidos de generación en generación. La vyshyvanka es una de esas maneras de decir, de expresar emociones, dibujadas mediante el hilo, en punto cruz, sobre la fragilidad de la tela. Aunque su traducción signifique “bordado”, el empleo coloquial del vocablo se hace expansivo y es utilizado para hacer referencia a la sorochka (blusa o camisa) que llevan los ucranianos y ucranianas con reminiscencias al año 6000 a. C. Tal es la fuerza que tiene la prenda que incluso es la razón de una celebración propia que se realiza el tercer jueves del mes de mayo (este año es el 19) con conmemoraciones en Ucrania y en todo el mundo.
Tal es la fuerza que tiene la prenda que incluso es la razón de una celebración propia que se realiza el tercer jueves del mes de mayo (este año es el 19) con conmemoraciones en Ucrania y en todo el mundo.
“Es nuestro símbolo de amor, libertad e independencia”, expresó Lesya Voronyuk a instancias de la creación del “Día Internacional de la Vyshyvanka”. Iniciativa que surgió cuando la estudiante de la Universidad Nacional Yuriy Fedkovych en Chernivtsi decidió asistir a clase con ese atuendo típico y así ese gesto iniciado en 2006 se transformó en una acción contagiosa, replicada a lo largo y lo ancho de todo el planeta por hombres, mujeres y niños que quieren honrar la patria de sus antepasados. La jornada para el encuentro es elegida adrede un día de semana; con la idea de, justamente, mostrar que ese indumento forma parte de la vida cotidiana de aquellos que viven en Ucrania además de los miembros de la diáspora. Y aún –en el panorama desolador de este año– en medio del conflicto con Rusia, el homenaje se llevará a cabo.
Un símbolo
“En tiempos de paz, se organizaban flashmobs, ferias, concursos y conciertos en diferentes ciudades –explica Yuliana Charakha Montano, agregada cultural de la Embajada de Ucrania en Argentina–; ahora, en tiempos de guerra, las autoridades recomiendan no organizar eventos masivos, pero cada ucraniano puede usar la camisa bordada en su casa y celebrar con la familia”. “Se convertirá en un símbolo del indomable espíritu ucraniano, una declaración al mundo entero de que somos un pueblo libre”, añade.
“Lo principal es recordar la unidad de Ucrania, mostrar que es el código genético de cada descendiente, porque es un patrón, como el ADN”, esgrime, a propósito de los diseños bordados, Guillermina Chiodin Guimpel, presidenta de la Asociación Civil y Cultural Ucraniana de Rosario. “Vamos a cualquier lado con la blusa puesta”, reconoce quien heredó las tradiciones de su abuelo oriundo de Jersón y actualmente está trabajando en una serie de actividades que contemplan una muestra y un taller en el marco de la Semana de Ucrania (entre el 19 y el 21 de mayo) que se hará en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Expresiones textiles
Explica Chiodin Guimpel que la vyshyvanka funciona como terreno textil donde se materializa la representación de cada una de las veinticinco regiones geográficas (óblast) que conforman el país; expresiones de formas geométricas (rombos, diamantes, cuadrados, triángulos), líneas onduladas, además de asteriscos y árboles de la vida, etcétera. Diferenciadas, a su vez, por los colores: el rojo puede leerse como amor, lucha y luz; el negro como tristeza y protección contra el mal; el azul como cielo, aire y mundo de los espíritus; el amarillo como cosecha, luna y estrellas; y el verde como primavera y renovación vital.
También existen motivos florales: hojas de roble y amapolas. Y, por ejemplo, en la región de Poltava predominan los tonos suaves, pasteles y los calados; en Crimea, son distintos a los típicos ucranianos, con contrastes y primacía de ramas y flores, y en Kyiv es usual la diversidad de color y los racimos de uvas, entre otros. “Para nosotros, conmemorar el ‘Día Internacional de la Vyshyvanka’ en medio de la guerra, es un triunfo más, una muestra de nuestra cultura”, reflexiona e inevitablemente recuerda el Holodomor (hambruna) padecido entre 1932 y 1933, durante el periodo de Iósif Stalin, cuando millones de personas fueron despojadas de alimento y también de la religión y el idioma. Por eso la población escondía las vyshyvankas bajo tierra con la convicción de preservar ese legado aún vigente.
“En este tiempo de invasión rusa, la vyshyvanka es la máxima expresión silenciosa de la identidad étnica y cultural ante el mundo”
“En este tiempo de invasión rusa, la vyshyvanka es la máxima expresión silenciosa de la identidad étnica y cultural ante el mundo”, expresa Andrés Wasylyk, hijo de ucranianos, dirigente de los scouts que forman parte de la Asociación Ucrania Plast Juvenil. “Habla por sí sola”, agrega en torno al orgullo que representa vestirla y cómo es que eligen los motivos que van a portar en la prenda. En definitiva, es la carta de presentación para contar quiénes son, de dónde vienen y cómo se sienten. “El mensaje que se transmite, en este momento bélico, es ‘Ucrania vive’, expresión de supervivencia, valentía, resiliencia y enorme fraternidad ante el enemigo y las circunstancias”, concluye.
Apoyos
El poder simbólico de esta pieza textil, considerada como un amuleto, no solo es llevado por nativos o descendientes de ucranianos el tercer jueves de mayo, sino que, desde el comienzo de la guerra, aparecieron personalidades de diversos ámbitos que manifestaron su apoyo a través de las redes sociales. Por caso, en marzo, la reina consorte de España, Letizia Ortiz, en un acto público en Pamplona, primero, y la princesa Leonor, heredera de la corona, en una visita a un centro de refugiados en Madrid, después, se mostraron con su sorochka. También con el hashtag “stand by Ukraine” la super modelo Maye Musk (madre de Elon Musk, el magnate ultramencionado por la compra reciente de Twitter) apareció en su cuenta de Instagram ataviada con una vyshyvanka confeccionada por la firma Kris Maran.
Más allá de estas expresiones del aquí y ahora, celebridades como el rockero Jim Morrison y la actriz Dita Von Teese se exhibieron con esta camisa en distintas épocas. También la escena fashion contemporánea viene prestando atención a esta prenda artesanal al menos desde 2015, en línea con las preocupaciones emergentes de la moda que busca recuperar saberes ancestrales. Así, se la vio a Leandra Medine (pionera entre las influencers) vistiendo una de esas blusas, y a Anna Dello Russo, la editora de moda italiana a cargo de Vogue Japón, quien hizo lo propio en reiteradas oportunidades; ambas con creaciones de Vita Kin, la marca que propone llevar la herencia ucraniana a las pasarelas. Lo mismo la empresa fundada por la diseñadora Oksana Polonets, que difundió las opciones de vyshyvanka moderna, tanto para hombre como para mujer, a modo de preparación para el próximo jueves, jornada donde, y más que nunca, los bordados se volverán expresión sostenida de la nación y el sentimiento ucraniano más allá de las fronteras.
Otros atuendos que refuerzan la identidad
Huipil. Típica de los pueblos originarios mexicanos, la prenda caracterizada por los coloridos bordados continúa presente en versiones diarias y para días especiales.
Boina. Más allá del cliché, que la considera como una referencia ineludible de la bohemia francesa, también fue un elemento identitario de la resistencia ante la ocupación nazi.
Poncho. El “salteño”, en rojo y negro, es uno de los más emblemáticos. Fue el atavío que en el siglo XIX vistió el ejército de Los Infernales, liderado por Martín Miguel de Güemes.