La pesadilla perfecta
Al hospital van la enfermedad y los enfermos. Hay una novela de Thomas Bernhard donde el narrador está en el sector de enfermos pulmonares, pero sabe que su amigo está en el pabellón psiquiátrico. Pronto se revela que la distinción entre enfermedades psíquicas u orgánicas es un engaño. Salud y enfermedad son siempre zonas transitorias y contiguas. Hospital Posadas, la última novela de Jorge Consiglio se despliega en esos cardinales.
La novela tiene un argumento simple: la reconstrucción de un pasaje de la vida del narrador a comienzos de los años 80 (ahora un visitador médico algo disperso, entonces un muchacho sin norte salvo su novia), que coincide con la vida de Cardozo, un tipo de los servicios, verdadera metáfora y centro de gravedad de la novela. Pero Hospital Posadas tiene un sinfín de historias que glosan y reescriben el argumento mayor. Así, la punky, el quemero, Ángela, el Dr. Zubiaurre, Mahler resultan digresiones necesarias para afinar -afirmar- no sólo la entonación de la voz narrativa sino también la mirada singular del mundo que construye. El narrador es menos un personaje que una forma de ordenar y calificar; Cardozo, en cambio, es un bruto y un verdugo a la altura del Kincón, de Briante.
El hospital Posadas -uno de los más grandes del oeste, a metros de la autopista- fue otra iniciativa de la Fundación Eva Perón que terminó e inauguró Aramburu. A pocos días del golpe del 76, funcionó en su terreno "El Chalet", un centro clandestino de detención. Dirigentes gremiales y personal hospitalario fueron secuestrados y desaparecidos. Con el hospital tomado, los militares y parapoliciales andaban armados por los exteriores y pasillos. También hay postales con esas imágenes en la novela de Consiglio. Imágenes viejas y acertadas, como diapositivas que retienen el poder de la irrealidad.
Hubo una novela que modificó la forma de tratar los contenidos históricos en la literatura argentina contemporánea. Es Villa, de Luis Gumán. Consiglio releva esa tradición. Tal vez hace 30 años, esta novela se hubiera contado de otra forma, con un realismo donde predominara el relato más o menos directo de los "años de plomo". Ahora esos años, además de un panfleto, son más una mancha de humedad o una exigua telaraña en una esquina del cielorraso, un rictus de la memoria que nada impide ni estorba. Algo que perdura y que se olvida a la vez. Consiglio ha escrito esta novela con esa modulación. El registro de una paciencia sin método, quizás el tono desapasionado con que se escribe la mejor novela negra.
A lo largo de Hospital Posadas se destruye una construcción, un petit hôtel francés. Las dueñas fueron dos hermanas aristocráticas. El narrador observa con atención ese proceso. Lo estudia como algo trascendente y el lector lo estudia con él: es un símbolo. Cualquier construcción puede demolerse, pero también cualquier escombro aloja el germen de su historia, la tentación de reconstruir y descifrar. Hospital Posadas anuda esas contradicciones. Salud/enfermedad. Y también negocios. Porque la violencia que alguna vez era de fuego, ahora está en los negocios laicos. Médicos, laboratorios, vendedores, víctimas, ¿quién no quiere hacer negocios? O al revés, ¿quién podría querer otra cosa? Masotta supo subrayar el adagio de Pavese que dice que todo lo que persigue un hombre es mujeres, dinero, prestigio. Ahora no hay tanta variedad: negocios, negocios, negocios.
Hay críticos y escritores que resoplan cuando sale una nueva novela con hechos de la dictadura. Es comprensible: también la literatura abusó de la injusticia y los muertos. Sin embargo, esa clase de supersticiones muchas veces callan la anuencia con infinidad de películas o series sobre alguno de los traumas estadounidenses: guerras, mafias, extraterrestres. La literatura ocurre o no con buenas y malas intenciones, con temas exóticos o reiterados. Además, a casi 40 años del golpe, no llegan a la misma cantidad los libros que hayan podido devolver al imaginario social las obscenas pesadillas que camufló el pasado. Hospital Posadas es uno de esos libros. Compararlo con Respiración artificial, Villa, Los reportajes de Félix Chaneton o Dos veces junio es una manera de decir que Consiglio ha escrito su obra maestra. Una perfecta e inacabada pesadilla.
HOSPITAL POSADAS
Jorge Consiglio
Eterna Cadencia 304 páginas
$ 220