La pelea entre Alberto y Cristina inquieta a los intendentes
La presencia de Alberto Fernández en Berazategui esta semana tiene un alto valor simbólico. Dedicó la primera actividad oficial posterior a la del Día de la Independencia a visitar el conurbano, la única región del país donde se invertiría el escenario electoral proyectado por la consultora Aresco en todo el país para las PASO 2023. Con una victoria de Juntos sobre el Frente de Todos por siete puntos. El Gran Buenos Aires le permitiría al oficialismo emparejar la ventaja que la oposición tendría en el resto de la provincia y aspirar a retener ese gobierno.
Igual que la tregua con Cristina Fernández de Kirchner, esa posibilidad depende cada vez más del éxito que tenga en controlar la inflación que golpea principalmente a los sectores de la sociedad identificada como electores fieles del kirchnerismo. Antes de recorrer obras con Mussi, el Presidente lo recibió en la Casa Rosada con Alberto Descalzo y Julio Pereyra. Los intendentes de Berazategui, Ituzaingó y el diputado de Florencio Varela se ofrecieron para mediar con Cristina dos días antes que esa crisis precipite la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Una tensión que los inquieta. Quienes dicen tener detalles de la reunión aseguran que la vieja guardia del PJ bonaerense percibió desorientado al Presidente. Antes que trascienda la renuncia de Guzmán, Mussi instó a la unidad del oficialismo en el acto de Ensenada. Gabriel Katopodis también acompañó al Presidente en Berazategui. La asignación de obras que realiza el intendente de San Martín desde el Ministerio de Infraestructura juega un rol clave en la gestión de sus pares.
A varios les comienza a preocupar la demora de esa cartera en girar fondos comprometidos en programas ambiciosos. Como el de los 11 pasos bajo nivel de las vías del Ferrocarril Roca en Avellaneda, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Florencio Varela y Ezeiza. Esa merma de liquidez repercute en el ritmo de las obras: salvo excepciones, en virtual parálisis. Un fenómeno derivado de la inflación. Su disparada superó cualquier expectativa contemplada en las cláusulas que permiten redeterminar el costo de las obras.
La proyección de un 80 por ciento para este año, llevaría de cinco a nueve millones de dólares el valor de cada uno de esos pasos. Nadie en Infraestructura parece dispuesto a asumir la responsabilidad de reconocer a las firmas constructoras esa readecuación presupuestaria que entrañaría el riesgo de ser sospechado por una supuesta maniobra dolosa. “Como mínimo, te garantiza una visita a Comodoro Py,” reconoció uno de ellos. La obra pública concentra más de la cuarta parte de los 400 mil empleos recuperados por la Uocra tras la pandemia.
Algunos confían en la sensibilidad de Silvina Batakis para que los exceptúe del efecto recesivo que el diferimiento de pago a proveedores tendrá sobre la actividad económica. La posibilidad cierta de esa medida alarma a algunos de los más experimentados. Comprometieron recursos propios para garantizar la continuidad de las obras. Los intendentes suspendieron sin fecha la reunión de este martes por la ausencia de Katopodis, que viajó con el Presidente a San Luis pero que pidió ser esperado para tener parte activa en esa conversación.
Katopodis es reacio a abandonar el gabinete para defender su posición en emunicipio. Andrés “El cuervo” Larroque comenzó ayer a fijar un plazo a la permanencia de Juan Zabaleta. Vocero predilecto de Cristina, el funcionario bonaerense sindicó a Emilio Pérsico como el verdadero ministro de Desarrollo Social. La vicepresidenta reveló en mayo que Máximo le propuso a Fernández que Zabaleta ocupara ese cargo que él iba a ofrecerle a Larroque. Lo que Cristina omitió fue aludir a la cláusula implícita en esa designación. Terminar con la tercerización de los planes sociales. Para hacerlo, Zabaleta debería enemistarse con el Presidente. El Movimiento Evita lidera a los piqueteros ligados al gobierno. Pérsico es uno de sus dirigentes. Pero además, Zabaleta perdería al único aliado para retener el municipio de Hurlingham, que pasó a controlar La Cámpora a través de Damián Selci, que lo suplanta interinamente como intendente. Selci responde a Martín Rodríguez, número dos de Luana Volnovich en el PAMI y acusado por el supuesto desvío de fondos en la delegación Hurlingham de ese organismo.
Zabaleta no estuvo en la reunión de Fernández con los piqueteros que insisten con la creación del ministerio de Economía Popular. El valor que adquiriría su permanencia en el gobierno, cuando la crisis comienza a favorecer las posiciones extremas del Polo Obrero (PO) que gana adeptos entre los seguidores del Movimiento Evita, por simple lógica del mercado ante que por convicción política, en la versión maliciosa de los intendentes. El PO retendría solo el dos por ciento de los ingresos sobre los planes que maneja. El Movimiento Evita cinco veces más.
La sangría oficialista no es capitalizada por la oposición, pese a que algunos seguidores de Macri se ufanen de que “Cristina no pudo haber hecho más para favorecer una candidatura de Mauricio.” Esa probabilidad provoca reacciones sobre Horacio Rodríguez Larreta. “No queremos otro Alberto Fernández” aseguró uno de los dirigentes conjurados en defender la candidatura a gobernador de Diego Santilli, aunque cuidándose de gestos transgresores, como pintar paredes. Una prevención comprensible entre quienes aceptaron la caída del jefe porteño en los sondeos por tercer mes consecutivo. La firmeza que le reclaman llegaría tarde. El despido de Nicolás Massot del Banco Ciudad lo postularía a mártir de la diversidad. Una medida fundada en el confirmado acercamiento de su jefe, Emilio Monzó, a Patricia Bullrich. Massot, agradecido por esos honores. Más paradójico que su caso es el de José Grippo, designado al frente del Ente Regulador de Servicios Públicos. Grippo responde a María Eugenia Vidal, en apariencias distanciada al jefe del gobierno porteño y dispuesta a sucederlo con el aval de Macri. Una posibilidad que Rodríguez Larreta creyó bloquear ubicando a su primo, Jorge, como ministro de Gobierno. Joaquín De la Torre le sugirió al expresidente definir una estrategia para recuperar los municipios de Morón y General Rodríguez y anexar Ituzaingó, Hurlingham, San Martín y Tigre. Tributarían a los de Tres de Febrero, Vicente López y San Miguel. Todos de la Primera Sección Electoral.
Una admisión tácita del senador provincial de las dificultades para avanzar en la Tercera. Es decir, la zona Sur del conurbano. Por 22 votos a 2, el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora votó ayer la ordenanza para licitar el mantenimiento del alumbrado público por diez años con opción a otros cinco por un monto anual de seis mil millones de pesos en cuotas mensuales ajustables por el índice de precios del Indec.
Parece difícil que la actual concesionaria, Servilum, tenga dificultades en seguir prestando el servicio. Pese a contar con una mayoría propia de 17 miembros, Martín Insaurralde instruyó a la intendente Marina Lesci para lograr la adhesión de cinco concejales de Juntos que se referencian con dirigentes de peso. Silvia Sierra (Jorge Macri), Laura Escribano (Patricia Bullrich), Mabel Godoy (Néstor Grindetti), Fanny Vera (Martín Lousteau) y Gustavo Ganchegui (Cristian Ritondo).
El proyecto de ordenanza fue rechazado por dos concejales. Jorge Villalba de la Coalición Cívica y Cecilia Gómez, ligada al exjefe de Gabinete, Guillermo Viñuales, y candidato de Juntos a disputar la intendencia.