La pandemia de los excluidos morales
Una nueva forma de sociedad es necesaria pero sobre todo posible. Debemos reconfigurarnos como ciudadanos de un sistema inclusivo en el que todos somos protagonistas de una verdadera transformación social.
Un sistema de "excluidos sociales" y "excluidos morales" trabajando unidos. Los sociólogos definieron a los primeros como aquellos que quedan fuera del sistema económico generalmente después de alguna crisis, como fue en 2001. En paralelo, desde la Cooperativa La Juanita, la experiencia nos llevó a acuñar el término "excluidos morales" para referirnos a aquellas personas a las que aunque les iba bien en la vida, sufrían la necesidad del otro y sentían la responsabilidad de hacer algo por ello. En todos estos años conocí a muchos de ellos. Están en todos lados, son de edades y barrios diversos, no los une ninguna actividad en particular e incluso muchos desconocen que forman parte de este grupo.
Hace más de 15 años, en la necesidad extrema, decidimos negarnos a los planes que nos ofrecía el Estado. Paralelamente, fundamos la Cooperativa. Fuimos pragmáticos, abiertos y creativos para poder salir de la miseria con dignidad. Ese espíritu, esa lógica de trabajo conjunta entre estos dos sectores (excluidos sociales y excluidos morales), forma parte del ADN de La Juanita, porque comprobamos una y otra vez que es la manera correcta de construir integración social.
En estos días de tanta angustia e incertidumbre, el contexto nos convoca para ayudar a quienes peor la están pasando; se requiere que seamos creativos, cuidadosos y muy responsables. Y nuevamente encontramos la fuerza de la acción en la unión.
Hace unas semanas, desde La Juanita logramos unir las necesidades de un grupo de excluidos sociales (24 comedores y las 1000 familias que alimentan diariamente), y un grupo de excluidos morales (fundaciones, bancos, corporaciones, comerciantes como carnicerías, verdulerías y supermercados mayoristas, entre otros) dispuestos a dar respuesta a la necesidad más urgente en estos tiempos de crisis: la de comer.
Todo esto lo logramos desde una organización territorial como La Juanita, cumpliendo con estándares de transparencia de primer nivel, obteniendo precios razonables en las compras y aplicando mecanismos de control en la entrega de alimentos. Demostrar que es posible nos permite consolidar la confianza y el compromiso de los involucrados. Es el clima de la verdadera integración social.
Esa integración social que rompe con la falsa dicotomía entre salud o economía, porque el cuidado de las dos es fundamental para el sostenimiento de los sectores más vulnerables y de los que hoy se suman al universo de excluidos sociales.
Esa integración social que rompe con la falsa dicotomía entre salud o economía, porque el cuidado de las dos es fundamental para el sostenimiento de los sectores más vulnerables y de los que hoy se suman al universo de excluidos sociales
Y quedará un gran desafío posterior a la pandemia: cómo hacer para que todos tengamos la oportunidad de trabajo digno y de acceso a nuevas tecnologías para que no nos encuentre tan vulnerables en medio de la pobreza. No tengo ninguna duda que el nuevo paradigma ya no es crecer desde el conflicto, sino hacerlo desde la cooperación entre sectores. Y en esta nueva etapa los excluidos sociales y los excluidos morales tienen mucho que aportar para una sociedad más humanista.
El mundo ya no funciona como lo conocíamos. Es nuestra oportunidad de instalar un nuevo modelo basado en la acción colectiva, la justicia social y la dignidad. Es ahora el momento en que los excluidos morales podemos hacer la diferencia, incluso desde nuestras casas, con un click.
Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires (Juntos por el Cambio)