La música tiende puentes
Un aplauso cerrado siguió a los acordes finales de la obra de Franz Liszt con la que José David Rocha cerró el concierto que ofreció hace unos días en la residencia del embajador de Alemania en Buenos Aires, Jürgen Christian Mertens. Antes, la Sonata n°15 en re mayor de Beethoven y dos de las baladas del Opus 10 de Johannes Brahms habían convencido al auditorio: el pianista, de 18 años, había ganado el tercer Concurso de Piano Siete Lagos / Kaio Schommer Preis con toda justicia. El concierto, que resultó una suerte de oasis en medio del ajetreo de la semana, fue tanto un modo de celebrar una nueva edición de este concurso de piano como de honrar también la tarea que viene desplegando la Asociación Filarmónica de los Siete Lagos en el sur del país.
Todo empezó casi por casualidad, cuenta Andrés de la Cruz, presidente de la Asociación. En 2010, el violista argentino Germán Clavijo (integrante de la London Symphony Orchestra, que el próximo fin de semana se presenta en el Colón) llegó a Buenos Aires de Europa con un quinteto internacional. Andrés, cuyos hijos pequeños habían estudiado con Clavijo, ofreció su casa para los ensayos. En el verano, los invitó al sur. Allí iban a dar un concierto, pero cuando De la Cruz se encontró con el inquieto Andrés Badessich en Bariloche, lo que iba a ser una presentación mutó en festival: sumaron a la cantante Susanna Moncayo y a la guitarrista Dolores Costoyas y, con seis conciertos en Villa La Angostura y Bariloche, en enero de 2011 nació el Festival de los Siete Lagos.
Desde entonces les interesó la misión educadora. Aquel primer año los miembros del quinteto dieron clase a 16 chicos de la zona, número que fue en aumento año a año. En 2015 sumaron talleres intensivos para jóvenes músicos de todo el país que viajan a La Angostura a fines de enero para entrenarse con los maestros, muchos llegados del extranjero, que integran el programa de conciertos del Festival. Ya han pasado por allí un total 322 chicos. Entre los locales, cuenta Andrés, hubo pequeños instrumentistas de los barrios altos que nunca habían estado a la orilla del lago.
El concurso de piano se sumó hace tres veranos por iniciativa y con el apoyo de Hildegard Stausberg, periodista alemana amante de la música y del sur argentino, amiga de los Badessich. Corresponsal durante muchos años del diario alemán Die Welt, Hilde estudió becada en la Argentina de los años 70 y tiene una mirada lúcida y cercana sobre nuestra historia política. Ahora, lo que la trae al país es la música y la promoción de jóvenes talentos, como José David Rocha, para quien -según anunció durante la presentación del concierto en la embajada- está organizando presentaciones en distintas ciudades de Alemania.
A la hora de hacer el balance de estos casi diez años de vida del Festival de los Siete Lagos, De la Cruz, acompañado en su tarea por su esposa, Anna Rothenfusser, dice: "Con la música, las diferencias quedan de lado. Aporta mucho vínculo a la comunidad, y una convivencia más rica y emotiva. La música construye puentes".
Ni más ni menos, lo mismo hace la organización que preside.