La muerte de un delfín
En estos días, en distintos medios y en redes sociales se anunció que en San Bernardo murió un delfín franciscana luego de que fue manipulado por turistas para sacarse una foto. Un año atrás había ocurrido lo mismo en Santa Teresita. No podemos permitir que siga pasando. No podemos permitirnos seguir perdiendo delfines franciscana por la imprudencia de los turistas. Una foto no puede valer más que la vida de una franciscana.
La franciscana o delfín del Plata es de los delfines más pequeños y raros del mundo: mide entre 1,30 y 1,70 metros de largo. Su piel de tonos marrones recuerda el hábito de los monjes franciscanos y por eso recibió este nombre.
La franciscana es una especie vulnerable a la extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza: sólo se la encuentra en la Argentina, Uruguay y Brasil. En nuestro país vive principalmente en las costas de la provincia de Buenos Aires, donde se estima que existen menos de 30.000 individuos.
El principal problema de la franciscana es la pesca incidental: durante años, unos 500 a 800 delfines fueron capturados anualmente en las redes agalleras de los pescadores de la provincia de Buenos Aires. Al quedar atrapados no pueden salir a la superficie a respirar y se ahogan. El 60% de estos ejemplares son hembras, pues maduran sexualmente a edad más temprana y se acercan a la costa para dar a luz, incrementando los riesgos de su captura incidental, ya que esa época coincide con la temporada alta de la pesca costera artesanal.
El potencial de recuperación de la especie es muy bajo: las hembras a los 2 o 3 años tienen una única cría, que queda a su cuidado por uno o dos años. Si la madre muere, es probable que la cría sufra el mismo destino. Es lo que suele ocurrir cuando estos animales se acercan a la playa, confundidos y debilitados.
La franciscana no puede permanecer mucho tiempo fuera del agua. Su piel gruesa y grasosa le proporciona calor, por lo que fuera de su medio rápidamente sufre deshidratación y la muerte.
Para Vida Silvestre, la franciscana es una especie prioritaria. Hace más de 10 años trabajamos junto con diferentes instituciones en su protección. Así, hemos recabado información biológica fundamental para conocerla. Encontramos que alarmas acústicas colocadas en las redes ahuyentan a esos delfines. Es fundamental que los pescadores y otros miembros de la comunidad colaboren cada uno en lo que pueda para que estos animales puedan recuperarse y no los encontremos varados en nuestras playas.
¿Qué debemos hacer si encontramos un delfín franciscana?
- Si está nadando, simplemente disfrutar mirándolo.
- No sacarlo del agua por ninguna causa.
- Ayudarlo a mantenerse a flote si no puede hacerlo.
- Intentar que no se acerque gente. El contacto puede generarle estrés.
- Siempre comunicarse con Prefectura Naval al 106 o la Red de Rescate (0221-425-3863, de lunes a viernes, de 9 a 17).
Ante la repetición de situaciones como las que ocurrieron en San Bernardo y Santa Teresita necesitamos informar sobre la necesidad urgente de cuidar a nuestra fauna marina en general y al delfín franciscana en particular. Es fundamental que las personas ayuden al rescate de estos animales. Cada franciscana cuenta.
Director general de la Fundación Vida Silvestre