¿La motosierra llegó a la AFIP?
El principal estandarte del actual presidente Javier Milei al momento de efectuar su campaña presidencial fue que iba a “terminar con la casta”. Finalmente aclaró dicho concepto, al señalar que iba a terminar con la “casta política”, lo que evidentemente tendrá que reformular en un futuro ya que parece que la “casta” está solamente en el Poder Legislativo.
En primer lugar, a diferencia de su predecesor, ha cesado en las embestidas contra el Poder Judicial, hecho que celebro. Sin embargo, ha hecho una particular y sectorizada interpretación de quien es casta. El Poder Ejecutivo se encuentra plagado de funcionarios que parecerían serlo y, sin ir más lejos, la postulación del polémico juez Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia no arroja más que certezas a que Milei interpreta arbitraria y caprichosamente ¿quién? o ¿qué? es la casta.
El mejor ejemplo de ello es la AFIP, la que cuenta con una dotación total de 22.028 agentes. A raíz de un pedido de acceso a la información pública que formulamos con otros diputados, hemos tomado conocimiento que, en 2023 se nombraron a 2506 personas en la planta permanente de dicha administración. Resulta más llamativo que, de esos nombramientos, 1959 personas ingresaron durante el periodo 2023 y fueron llamativamente afectadas a un puesto de planta en el mismo año.
En este sentido, pese al nombramiento de Florencia Lucila Misrahi, el funcionamiento del organismo no se ha modificado ya que se ha mantenido la estructura conformada por personas de confianza de la anterior gestión, en especial de Sergio Massa y Guillermo Michel.
Resulta paradójico y contradictorio que el excandidato a presidente Sergio Massa cuente con más poder real dentro de AFIP y especialmente en la Aduana. Ello se debe a su estrecha relación con Guillermo Michel, quien se ocupó de que a múltiples funcionarios de su confianza en puestos estratégicos. Una de ellas fue Rosana Lodovico, quien asumió como Directora General de Aduana, logrando mantener con ello toda la estructura jerárquica de la gestión anterior (massista kirchnerista).
Otro de los casos es el de Lucas Nejamkis (quien se habría desempeñado como privado de Jaime Stiuso), encargado de mantener el control absoluto de la Aduana oficial y paralela. No deja de llamar la atención que dentro de los nombramientos se encuentra el de Adriana Pintabona, una mujer cuya nula experiencia profesional -era comminuty manager del exDirector General- le fue suficiente para asumir como Subdirectora General de Servicios al Contribuyente.
Tomas Iriarte asumió, por pedido de Michel, como asesor en un puesto clave de la Subdirección General de Coordinación Técnico Institucional. Esto sería lo que le permitiría a la dupla Michel-Massa tomar conocimiento del contenido de todos los expedientes que competan a la Administradora Federal.
Con esta conformación de Aduana, y con la viuda de Damián Sierra (exempleado aduanero que habría prestado colaboración a Jaime Stiuso para su salida del país), Susana Tirabassi, como agregada en la repartición de Ezeiza, el massismo mantendría el control de la caja negra y blanca más importante del país.
A estos se agregarían los funcionarios de la gestión de Ricardo Echegaray, quienes también tiene gente en los lugares clave: Karina Vernier, ex Subdirectora General de Operaciones Impositivas Metropolitanas -también imputada en causas penales- en la actualidad es adjunta y mano derecha de Gabriel Ramírez, el Director General Impositiva.
Resulta extremadamente llamativo que esta gestión no convoque a personas que se encuentran “castigadas” desde hace años dentro del organismo por haber tomado parte, desde su función, en sectores que dieron aportes fundamentales a la lucha contra la corrupción durante el gobierno de Mauricio Macri. Tal es el caso de Jaime Mecikosvky, quien permanece a modo de castigo en la Oficina de Gestión de Stock, es decir en el ostracismo. La condena a Lázaro Báez y los consecuentes procesamientos en las causas de “Hotesur” y “Vialidad” de Cristina Fernández de Kirchner, no hubiesen sido posibles sin los aportes efectuados en consecuencia de la labor profesional de este contador, quien aún humillado, continuó defendiendo la labor de otros funcionarios en las auditorías ad hoc que la otrora Administradora Federal. Todo lo cual la ex administradora, Mercedes Marcó del Pont, intentó tachar de nulidad sin éxito alguno por prueba “mal” habida.
Dicha situación es motivo de alarma, por lo cual hemos efectuado un nuevo pedido de acceso a la información pública para que la AFIP nos informe si se ha auditado las designaciones ya que todo esto me lleva a concluir que lamentablemente en AFIP no existe “La casta”, no llegó la motosierra, ni la licuadora, ni Macabeos 1.19, y que siguen teniendo el poder los mismos de siempre.
Diputada nacional de la Coalición Cívica