La lucha contra el aborto no termina
Ya pasaron dos años de la jornada histórica en la que el Senado de la Nación rechazó el proyecto que intentaba despenalizar el aborto. Ese debate mantuvo en vilo a toda la sociedad argentina y el resultado fue el fiel reflejo del pensamiento de la inmensa mayoría de los argentinos.
A 24 meses de ese hito seguimos con la guardia alta. Le pedimos al presidente Alberto Fernández no dejarse llevar por la opinión de sectores minoritarios y radicalizados que pretenden profundizar esta verdadera grieta de elegir entre la vida o la muerte. Aquel "8A" como se lo denomina, se instauró como el "Día de la Lucha Provida", ya que fue entonces cuando los representantes asumieron el rol de votar en consonancia con el sentir del pueblo.
El 8 de agosto fue un antes y un después de la militancia provida, de un año intenso en el que Argentina rompió dos veces el récord de la mayor marcha por la vida; lanzamos el pañuelo celeste como emblema internacional provida y nos constituimos como país emblema de la lucha en defensa de las dos vidas, motivando a otras naciones a asumir igual compromiso en el cuidado y respeto del derecho humano a la vida, especialmente de los más débiles, pero también de las madres.
Esa victoria parlamentaria fue la culminación de una etapa en la que se desconocía cuál era la voluntad real del pueblo argentino. A fuerza de cientos de encuestas se pudo clarificar que entre el 70% y 75 % de los argentinos defendemos la vida y rechazamos, como lo hizo luego el Senado, al aborto.
Este aniversario nos encontró en plena cuarentena, pero el aislamiento no pudo evitar la celebración. A decenas de caravanas en auto a lo largo y a lo ancho del país, para cuidarnos del Covid-19, se sumaron los festejos en las redes sociales y una programación en vivo de la Fundación Más vida, con un millón de seguidores, en la que se contó a lo largo de 4 horas de transmisión con la participación de más de 35 referentes de todas las organizaciones provida, además de diputados y senadores, y personalidades internacionales como Esperanza Puente y Eduardo Verastegui.
Aquel "8 A" ganó la democracia y la esperanza de un país que defienda la vida de todos, respetando los derechos humanos, respetando el primer derecho humano, abrazando su llegada con un Estado presente que cuide a todos, sin importar la raza o condición social. Pero, también debemos dejar en claro que la lucha continúa ganó la vida.