La ley del aborto, política pública del fracaso
Una vez más, el aborto tiene en vilo al país entero. La historia se repite en un siniestro déjà vu, y, como hace dos años, la vida de millones de argentinos por nacer queda en manos de un puñado de senadores.
Pero esta vez las cosas son peor, porque el contexto de pandemia ha agravado y acentuado las crisis y los dramas que el país no puede superar: la pobreza, la falta de trabajo, la deserción escolar, la falta de acceso a la salud, todas cuestiones urgentes e indolentemente postergadas.
De todos modos, no es el esquema de prioridades lo que vengo a cuestionar, sino algo mucho más concreto; y es la liviandad y la irresponsabilidad con la que se han redactado algunos artículos de esta ley, sin analizar seriamente cuáles serían sus consecuencias en el plano real.
Sí, porque aunque a algunos los sorprenda, todavía somos muchos los que trabajamos en el mundo real, con los pies en la tierra y teniendo que solucionar problemas concretos. Y estas leyes de diseño, inspiradas en ideologías y escritas desde atrás de un escritorio, terminan empeorando las cosas aún más.
Hace ya varios años que conseguir médicos para cubrir vacantes en hospitales y centros de atención primaria puede ser un verdadero desafío. Los sueldos bajos y la precariedad laboral desaniman a cualquier aspirante. Ahora, a los desincentivos históricos, esta ley viene a sumarnos un nuevo: los obstáculos que pone a la objeción de conciencia. ¿Qué medico objetor va a querer trabajar en un hospital en el que, cuando una mujer alegue alguna cuestión de "salud" va a ser obligado a practicar el aborto bajo amenaza de ir preso? Si antes nos costaba conseguir médicos, ahora va a ser imposible.
¿Qué medico objetor va a querer trabajar en un hospital en el que, cuando una mujer alegue alguna cuestión de "salud" va a ser obligado a practicar el aborto bajo amenaza de ir preso?
Me pregunto: ¿Ninguno de los que se llenó la boca hablando del aborto como un tema de "salud pública", se detuvo a pensar esto? ¿O será que su labor se limita a repetir frases hechas y eslóganes, y no tienen la menor idea de qué es lo que realmente pasa adentro de un hospital?
Siempre me he manifestado en contra del aborto. Estoy convencido de que este no es más que la política pública del fracaso. Es el reconocimiento por parte del Estado de su incapacidad para generar mejores condiciones de vida y brindar oportunidades. Pero que, además, con esta ley terminen de destruir el sistema público de salud, es demasiado.
No nos pongan más palos en la rueda. Déjennos trabajar en paz.
Médico pediatra, presidente de la Asociación Civil Concordia y Coordinador de Primera Infancia y Familia del Municipio de San Miguel