La Justicia norteamericana logró capturar al testaferro de Nicolás Maduro
Que el cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, es un personaje absolutamente corrupto estuvo siempre bien claro. Que –de mil maneras- saqueaba constantemente a su país, también.
Desde hace rato ya se sabía también quién era su principal "testaferro": el presunto "empresario" colombiano Alex Saab.Un comerciante e inversor, de 48 años, que acaba –felizmente- de ser arrestado en el archipiélago de Cabo Verde, en el Continente Negro.
Allí, se sospecha, planeaba reunirse con funcionarios iraníes para tratar de liberar un buque con gasolina iraní con destino a Venezuela que había sido, de pronto, retenido por las autoridades locales.
Se sabe que, por un período de tiempo, Saab fue un colaborador muy cercano del Ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Assami, también acusado reiteradamente de corrupción y lavado de dinero.
Desde 2019, Saab está siendo acusado, en los EEUU, (junto con su principal socio, Álvaro Pulido) de lavar allí enormes sumas de dinero que le eran suministradas por Nicolás Maduro y por sus asociados más cercanos. Se sospecha que manejaba unos 350 millones de dólares, que fueron invertidos en diversas jurisdicciones. Todas "off shore".
El origen de los fondos arteramente desviados que Saab manejaba, es particularmente indignante, desde que, según el Departamento del Tesoro de los EEUU, se trata de sustracciones realizadas desde 2016 al flujo de ayuda alimentaria que su país recibe a través de contribuciones que llegan desde del exterior para atender a nada menos que dieciséis millones de venezolanos que sufren hambre y padecen una situación inhumana de desnutrición constante.
Si se comprueba de lo que se lo acusa, Saab enfrenta una posible pesada condena de 20 años de prisión.
Saab está siendo, además, activamente investigado en Italia, junto con su esposa, Camilla Fabri, donde ambos han sido acusados, específicamente, de lavar dinero mal habido proveniente del narcotráfico. Saab es –queda visto- un "pescado gordo", atento además a que conoce, en profundidad, los acuerdos de los gobernantes venezolanos con Irán, Turquía y Rusia.
Si se comprueba que ello es efectivamente así, Saab enfrenta una posible pesada condena a cumplir 20 años de prisión. Para él esa es una amenaza real de encontrarse con un futuro mucho más que poco agradable, obviamente.
Lo mismo ocurre, cabe agregar, con los tres hijastros de Nicolás Maduro a los que se sindica como cómplices inmediatos de las maniobras de Saab.
Venezuela reaccionó de inmediato, aparentando estar alarmada, calificando a lo sucedido en Cabo Verde de "arbitrario". No podía decir algo distinto y pretendiendo que Saab es funcionario público con inmunidad soberana, lo que es un disparate.
Saab tenía, además, cabe agregar, el monopolio del tráfico de oro que, desde hace rato ya, es extraído ilegalmente de minas de ese metal que están en el sur de Venezuela, ubicadas mayoritariamente en las selvas del llamado "Arco Minero del Orinoco".
Sus cuentas bancarias en el exterior pueden conducir a precisar y detectar los bienes ilegales de Nicolás Maduro. Entre ellos, los que han aparecido en torno a un peculiar profesor norteamericano de La Universidad de Miami: Bruce Bagley, que –enjuiciado- ha reconocido su carácter de testaferro del déspota venezolano.
Con ese oro, obtenido y exportado ilegalmente, los principales jerarcas venezolanos de la fraudulenta administración de Nicolás Maduro han constituido fondos y organizado empresas en el exterior, a la manera de repulsivo "seguro de futuro". Ello ha sucedido, aparentemente, tanto en Turquía, como en Irán, por lo menos. Pero esas maniobras ya no están en la oscuridad desde que, al menos en los EEUU, han salido a la luz pública.
El autor es exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas