La jornada de vértigo que abrió otra reelección para los intendentes
La rosca política no sabe de horarios. El Senado bonaerense prevé una sesión clave, mezclada con el último aliento del año, a las 13 del martes 28 de diciembre. La debe complementar la Cámara de Diputados, desde las 15. Buscarán darles una chance de reelección más a intendentes que comenzaron a gobernar, al menos, en 2015. La llegada a la Legislatura de este cronista, cerca de las 12, supone una tranquilidad para el trabajo que se corta de forma abrupta, con un llamado a un senador peronista que no dura ni un minuto. Parece que hay reuniones urgentes y el Senado está por arrancar. A las apuradas, se activan el aviso a los editores en la Redacción, una compra meteórica de un inoportuno anotador faltante y una mirada rápida a una protesta de la izquierda, que denuncia un “presupuesto de ajuste y represión”. Es que el cálculo de recursos y gastos del gobierno de Axel Kicillof para 2022 se trata junto con los cambios a la ley que limita las reelecciones de los jefes comunales. Pero todo resulta una falsa alarma. El Senado no empieza y la jornada de la Legislatura que autorizará nuevas postulaciones en 2023 entra en un letargo que, aunque parezca una contradicción, es vertiginoso.
Para ingresar a la Legislatura se debe mostrar la constancia de las dos dosis de vacuna contra el coronavirus aplicadas. Pero no se puede pasar a los palcos del Senado, por protocolo. Hay que ver el debate en una pantalla. El tiempo se estira como un chicle y la sesión no empieza. Un comunicado de Sergio Massa contra las reelecciones sacude la espera. Sus diputados bonaerenses golpean con una carta al presidente de la Cámara baja provincial, Federico Otermín, para que no se trate el tema.
En el Senado, aparece un proyecto oficialista para que el primer período de los dos permitidos sea el de 2023. “Bajaron un cambio”, dice un senador de Juntos, vía WhatsApp, que tenía el dato de que el PJ iría por la vuelta de la reelección indefinida.
Pasadas las 15.30 y con el Senado en veremos, se impone cruzar un pasillo, atravesar una puerta giratoria y adentrarse en la Cámara de Diputados que, en los cálculos previos, es la sede de una definición voto a voto.
La preocupación se dibuja en la cara de un diputado de Juntos que rechaza los cambios. Explica que en el Senado no empiezan porque esperan que se consiga el número en Diputados. En su despacho, mano a mano con LA NACION, hace cuentas y suma 30 que piensan como él. Falta uno para bloquear el tratamiento del tema, que se habilita con dos tercios de los 92 diputados. Un massista, en cambio, asegura que el número está: su “poroteo” da 31. El vidalista Alex Campbell llega a su oficina. No muestra la misma fe que su colega del Frente Renovador.
En la Legislatura, la desconfianza interna de la oposición hace que se filtren nombres de diputados cercanos a María Eugenia Vidal que ayudarían a que el proyecto fluya. Daniel Lipovetzky, y Martiniano Molina, son algunos. Ambos aprobarán el tratamiento de la iniciativa, como también Fabián Perechodnik, otro legislador cercano a Vidal apuntado.
El radical Maximiliano Abad, jefe del bloque de Juntos y de la UCR bonaerense, camina el pasillo con intensidad. Será una de las voces del apoyo opositor a los cambios en la ley. Habla con César Valicenti, diputado de La Cámpora que preside el bloque oficialista y votará a favor. También con Maricel Etchecoin, de la Coalición Cívica, que está por la negativa. Las cuentas de Abad cierran y su pronóstico de arranque en el Senado tiene horario, las 16.30. Hay que volver a esa Cámara.
Llegan los senadores a borbotones, tras una reunión de labor parlamentaria. Uno de ellos adelanta a LA NACION que se va a votar un proyecto que cuenta como los primeros mandatos los de 2017, 2019 y 2021, para jefes comunales, legisladores, concejales y consejeros escolares. Es lo que necesitan los intendentes para seguir en 2023. La sesión empieza a las 18. Se aprueba el proyecto. A las 20, arranca Diputados. Hay que correr.
Un hombre de seguridad abre una puerta y este cronista termina al lado del estrado, donde Molina espera su jura (se atrasó 20 días porque se contagió Covid-19). El exintendente de Quilmes confirma que acompaña el cambio en la ley.
El massista Rubén Eslaiman pide votación nominal. Quedan expuestos quienes están a favor y en contra, aunque algunos votos no se llegan a oír.
A las 21, la chance de una nueva reelección para los intendentes es ley. Se pasa a cuarto intermedio y, en la madrugada del miércoles, se aprueba el presupuesto, entre otras iniciativas que quedan lejos del radar.