La iniciativa de ingresar en el Brics
La política exterior de un país debería ser mínimamente consensuada, porque no es para un mandato presidencial, sino que afecta a largo plazo los intereses nacionales. El principal interés nacional argentino es el desarrollo sustentable, y eso requiere convivencia en paz. Nuestro sector político ha propuesto, para el desarrollo, la apertura de mercados para que los argentinos puedan trabajar, producir y vender sus productos o servicios y para la convivencia, actuar internacionalmente desde nuestros valores constitucionales (democracia, derechos humanos, Estado de Derecho) e integrar nuestra región manteniéndola como zona de paz, incluyendo en ese concepto el Atlántico Sur. Creemos que la integración de la región –empezando por el Mercosur y sus Estados asociados– y la defensa de los derechos humanos y la democracia en ella son consensos grandes, importantes, de la política exterior argentina, aunque ahora estén lamentablemente en discusión.
La invasión rusa de Ucrania es un corte en las relaciones internacionales. La invasión busca destruir un sistema de convivencia en paz basado en reglas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El líder invasor dice que quiere cambiar ese mundo basado en reglas, el mundo de la Organización de las Naciones Unidas, de los tratados de derechos humanos, de la Organización Mundial del Comercio, de los organismos multilaterales de crédito, de la búsqueda de estabilidad financiera global, de la lucha contra el crimen organizado y contra el terrorismo, por lo que llama un mundo “multipolar”. Rusia, China y la India serían polos, como los Estados Unidos y Europa. Esta visión parece más propia del siglo XIX que del mundo global. El siglo XIX se movía por la fuerza y la violencia del imperialismo y el colonialismo, con los que las potencias mayores disputaban “zonas de influencia”, que éramos los demás países. En este punto queremos ser muy claros: la única defensa de los países más débiles son las reglas y el derecho, no la fuerza y la arbitrariedad de los líderes de las grandes potencias. No hay interés nacional argentino en favor de debilitar un orden mundial basado en reglas ni en quedar sujetos a los vaivenes de líderes autoritarios cambiantes.
La invasión rusa modificó rápidamente los alineamientos internacionales. China –que creció respetando las reglas globales– se acercó a Rusia. La India reactivó su pacto de defensa cuatrilateral con los Estados Unidos, Japón y Australia, con fuerte acento en el Indo-Pacífico, además de otros acuerdos con Londres y Canberra. Simultáneamente hubo ejercicios militares en la frontera entre China y la India.
En este contexto, el gobierno argentino impulsa nuestro ingreso a la organización Brics (por las iniciales de sus miembros, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), junto con Irán. Sí. Es el mismo país con funcionarios acusados por los atentados contra la embajada israelí y la mutual AMIA en Buenos Aires. El Brics se creó cuando sus fundadores eran potencias medias. Ahora hay superpotencias allí y hay conflictos declarados. Países enormes, como la India o China, no tienen problemas en manejarse en esas aguas. Países como el nuestro, sí. No dominamos las situaciones que surgen.
Optar por integrar una región de paz, como nosotros proponemos, implica un compromiso con ese camino. La paz en la región se basa en la democracia y los derechos humanos. Queremos una integración regional abierta al mundo. Tenemos grandes acuerdos que hacer con China, la India, el sudeste asiático y Europa –junto con Brasil y la región– como una plataforma de clase mundial de provisión de alimentos, energía, minería y servicios, pero no tenemos interés nacional alguno en meternos en juegos geopolíticos y concepciones ideológicas como las del pacto con Irán. Definitivamente vemos con mucha preocupación iniciativas como las que impulsa, inconsultamente, este gobierno.
Pinedo fue presidente provisional del Senado (2015-2019) (Pro) y Cisneros, vicecanciller de la Nación