La hora de la abogacía
La reforma constitucional de 1994 le ha otorgado a la abogacía argentina la posibilidad de sentarse en la mesa del diseño político institucional del Poder Judicial de la república, al concederle representación para integrar el Consejo de la Magistratura de la Nación (CMN).
En esa ubicación virtuosa, interviene con voz y voto en la selección de las personas que han de ejercer la magistratura; el análisis de su conducta y desempeño, con la posibilidad de acusarlos ante el jurado de enjuiciamiento; la administración de los recursos económicos financieros del PJN; la reglamentación de la organización de la justicia.
Asimismo, y en directa relación con estas atribuciones constitucionales, el CMN ha decidido auditorías sobre el funcionamiento del sistema de justicia (entre ellas las de corrupción y narcotráfico); implementó el acceso a la información pública; lleva adelante la formación y capacitación de las personas aspirantes a la magistratura y aquellas que se encuentran en ejercicio a través de la Escuela Judicial, entre otras tantas funciones.
Es en su ámbito que ha de plantearse y decidirse la modernización del Poder Judicial, a través de la incorporación de todas las herramientas digitales posibles, entre ellas y particularmente la inteligencia artificial aplicada a los procesos judiciales; los mecanismos o sistemas de control de gestión para desterrar la lentitud y duración irrazonable de los juicios; la transparencia , acceso a los datos y publicidad en todos los aspectos posibles que se relacionen con la justicia; nuevas etapas en la implementación de las auditorías en materia de corrupción y narcotráfico a los efectos de profundizar el análisis y conocer las verdaderas causas de la ineficacia del sistema en su investigación y juzgamiento.
La abogacía tiene 4 representantes sobre 20 y a partir del fallo de la CSJN integra la estratégica Comisión de Selección, por lo que participa directamente en los concursos de antecedentes, oposición y entrevista para evaluar a las personas más idóneas para la conformación de las ternas que luego serán elevadas al PEN para la designación por el Presidente y posterior acuerdo del Senado de la Nación.
La representación de la abogacía posee una alta legitimación, ya que es producto de la elección directa de los abogados y abogadas de todo el país, con matrícula federal y resulta de una confrontación de ideas, propuestas y valoración de la trayectoria de las personas que se postulan.
Debemos exigir y exigirnos; firmes compromisos con la defensa de la independencia del Poder Judicial; la transparencia en la gestión pública; riguroso análisis de la conducta y desempeño de la magistratura; búsqueda de jueces y juezas con altos estándares éticos, con máxima idoneidad técnica y eficiencia en la prestación del servicio de justicia.
Es la hora de la abogacía, en representación de la sociedad civil y compromiso con la defensa de las instituciones y su gestión eficiente; en pos del resguardo de la república y sus principios y valores fundamentales.
Expresidente del Consejo de la Magistratura de la Nación y postulante por la abogacía en las elecciones del 18 del actual