La hora azul
De acuerdo: el amanecer y la mañana nos regalan la ilusión de un principio. Todavía no son las 8 am en Londres y ese principio ya se puso en marcha en la congestión de la calle, con la excepción de la figura congelada en el movimiento que congela a su vez el movimiento en la foto que saca; como sea, es un principio que traerá su medio y su final, y todo eso está contenido ya como posibilidad en la mañana; lo está a tal punto que por la simple luz no podríamos decidir realmente si el día empieza o termina. Esa luz tiene un nombre más hermoso en inglés que en otras lenguas: blue hour. Es, por un lado, la "hora azul", pero también la "hora triste": los crepúsculos de la mañana y de la tarde no son muy distintos para la luz, aunque sólo para la luz. Pero antes de las 8 am todo es posible: a esa hora coinciden el recién levantado con quien no se acostó (¿el fotógrafo a contrapelo?). Es la hora ilusoria: la ilusión del que empieza y la del que cree que las cosas pueden volver a a empezar.