La historia del sistema jubilatorio argentino y por qué está en crisis
La organización de los sistemas jubilatorios fue implementada en 1881 por el Canciller de Alemania Otto von Bismark. El determinó que la edad para alcanzar las jubilaciones sería a los 70 años, pero lo que no aclaró es que la esperanza de vida, en aquel momento, era de 35 años para los varones y de 38 para las mujeres. Así que en realidad esa decisión fue una fuente de recursos para el Estado alemán pues, en promedio, sólo unos pocos superaban dicha edad. El aspecto social de la decisión acerca de las jubilaciones fue consecuencia de que había muchas revueltas socialistas pidiendo ventajas para los trabajadores.
En la Argentina ya existían algunas ventajas para los trabajadores españoles en la época de la Colonia, pero eso no avanzó significativamente hasta que en 1904 salió la primera autorización de un sistema jubilatorio para los empleados públicos de determinados gremios, que eran muy pequeños.
Posteriormente, en la década del 40, época de diversos problemas sociales, también se establecieron algunas ventajas para los que dejaban de trabajar. En esa época, en la que gobernaba el peronismo, ya los que calculaban el sistema jubilatorio, según informes del Indec de aquella época, pedían "que se incrementaran los aportes para cubrir mejor el retiro de la actividad de los beneficiarios", diciendo que faltaba alrededor el "20 % de incremento de los aportes".
El sistema se fue complicando, pues mayormente era un sistema de aportes y para jubilarse había que cumplir con ellos. Se estableció la edad jubilatoria en diferentes edades, hasta que actualmente se estableció en 65 años para los varones y 60 para las mujeres, aunque hay mucha cantidad de beneficiarios que no cumplieron con esta condición. Un caso que resultó muy duro fue la jubilación de los ferroviarios en la época de Arturo Frondizi (1958-1962) cuando muchos se jubilaron a bastante menor edad que los mínimos establecidos.
La esperanza de vida al nacer en la Argentina es hoy de 80,44 años para las mujeres y de 72,06 para los varones, cuando las jubilaciones son de 65 años para los hombres y de 60 para las mujeres, es decir, muy distinto a lo establecido por Otto von Bismark en 1881, cuya relación era al revés, la edad jubilatoria era mucho mayor que la esperanza de vida al nacer.
Todos los gobiernos desde 1955 en adelante utilizaron los fondos del sistema jubilatorio para colocar diferentes bonos del gobierno. El capital acumulado en las distintas cajas había llegado al 20,3 % del PIB en 1955 y prácticamente se agotaron los fondos con el presidente Arturo Illía, donde las cajas quedaron sin recursos.
De esta forma se pasó a un sistema en realidad de "reparto", pues lo que entraba se distribuía entre los jubilados y pensionados, aunque no existía una ley que así lo estableciera en forma explícita. Como en la época de Perón se habían creado diversos sistemas de jubilación según cajas o sectores de trabajo, cuando esta masa de jubilados y pensionados comenzó a ejercer sus derechos, el sistema también sufrió una reducción del valor de las remuneraciones que bajó respecto del salario del trabajador activo.
Posteriormente, se creó un sistema de jubilaciones por aportes de cada afiliado desde 1994 que duró hasta que fue derogado por el gobierno en 2008, año en el que los fondos acumulados en el sistema de capitalización habían llegado al 13,7 % del PIB. A partir de ese momento sólo quedó el sistema de reparto, como única opción del sistema jubilatorio y de pensiones en la Argentina.
El problema es que el número de jubilados y pensionados tanto nacionales, como provinciales o municipales o de diferentes fuerzas de seguridad, se incrementó significativamente porque se permitió que muchos apelaran a las moratorias, un sistema que sólo descontaba de aquel que ya cobraba, así que el 100 % se jubiló u obtuvo su pensión, en muchos casos, con posibilidades legales aprobadas, de jubilarse sin mayores aportes al sistema.
Hoy tenemos cerca de 8.900.000 jubilados y pensionados en la Argentina, cuando normalmente esta suma era de 4.300.000 entre las diferentes definiciones de nacionales, provinciales, municipales y otros y es muy difícil cumplir con las metas de poder pagar a todos según lo que estableció originalmente la ley respectiva.
Por eso ahora se cambió el sistema de ajustes de jubilaciones y pensiones automático por uno de decisión del Poder Ejecutivo, que va a efectuar su primer ajuste en marzo de 2020. Hoy tendrá que sufrir algún tipo de reajuste negativo, aunque es de esperar que esto pueda modificarse positivamente en el futuro.