La fórmula de Vidal para acercarse a Macri
Mauricio Macri les agradeció a los fiscales su presencia y los instó a cuidar los votos de Juntos en las elecciones. Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli lo escucharon, igual que el resto de los asistentes a la jornada de capacitación que tuvo lugar el fin de semana pasado en Ituzaingó. Las imágenes de ese mensaje grabado causaron sorpresa. Al menos en apariencias, la convivencia de intereses contrapuestos puede alcanzar niveles de armonía inéditos en el Pro. Rodríguez Larreta reiteró esta semana que está dispuesto a enfrentar a Macri en una PASO para definir la candidatura presidencial.
El expresidente es el respaldo más firme de María Eugenia Vidal, otra eventual competidora. La exgobernadora tuvo este miércoles algo similar a una reparación. El oficialismo no pudo modificar la ley 15008, sancionada en su gestión, que limita el régimen de privilegio a los jubilados del Bapro. La falta de acuerdo con Juntos impidió que la Legislatura sesione. Vidal apeló a Macri a fin del año pasado para interrumpir las negociaciones entre Néstor Grindetti y Martín Insaurralde por este tema. Los mismos que acordaron cambios a la ley 14836 para desvirtuar otra criatura de Vidal: que los intendentes tengan una sola reelección. El de Lanús expresó su ofensa por la misión abortada, sumándose a la Legión de precandidatos a gobernador que adhiere a Patricia Bullrich. De allí desertará Ritondo si Vidal compite por la de presidente. Axel Kicillof tildó a Macri de caprichoso por su posición. Jorge, su primo, rechazó con un comunicado cualquier cambio a la ley mientras se los negociaba en la Legislatura. El ministro de Gobierno porteño ocupa ese cargo pero mantiene el de intendente en Vicente López. También es candidato a jefe de gobierno en la ciudad sin dejar de ser el titular del Pro bonaerense. Esta suma de poder no lo puso en la posición incómoda que tiene desde que se fotografió con Bullrich. Habría mejorado con ella su ventaja sobre Martín Lousteau para suceder a Rodríguez Larreta, pero condicionaría lo que anhela. Ser un candidato de consenso. Es decir, del respaldo del jefe del gobierno porteño.
La irritación de Kicillof llegó a un umbral inesperado. Para defender los cambios a ese régimen previsional, apeló al dictamen de Julio Conte Grand, adverso a los artículos 39, 41 y 42. El Frente de Todos mantiene en la Legislatura un pedido de juicio político al Procurador General que dio impulso a investigaciones como la supuesta asociación ilícita en las que estarían involucrados Pablo Moyano y el fiscal de Tigre, Claudio Scapolán. Igual que el proyecto para cambiar la 15008, ese pedido perderá estado parlamentario en febrero y no podrá ser presentado en los próximos dos años. El período de sesiones ordinarias finaliza en dos semanas. Sergio Palazzo lo advirtió esta semana en la audiencia convocada por la Corte bonaerense para acercar posiciones y que sea la Legislatura la que modifique la ley sin tener que fallar en contra de su totalidad. Es lo que haría antes de fin de año. La Asociación Bancaria patrocina algunos de los amparos colectivos presentados contra la ley.
La decisión de la Corte habilitaría nuevas presentaciones para percibir los montos retroactivos descontados por la ley 15008. Esa posibilidad no está contemplada en el pasivo de 400 mil millones que el Presupuesto prevé en 2023 para el Bapro. Una quinta parte correspondería a su caja previsional. Un escenario en el que tal vez no sea tan descabellada la recomendación de Palazzo a Juntos. Observar como inversión social lo que califica de déficit. Vidal tiene otro enfoque de este asunto.
Le pidió a Macri defender la única bandera vigente de su gobierno. Ese es el corazón de este problema. Para ser candidato a presidente, es indispensable contar con la adhesión de electores en la provincia de Buenos Aires. Una carrera donde, en los cálculos previos, Rodríguez Larreta y Santilli tendrían ventaja. En el informe que Isonomía hizo la última semana de octubre, el jefe del gobierno porteño es el dirigente con mejor imagen positiva (50%). La de su candidato a gobernador (42%) es apenas un punto menos que la de Kicillof. Un lugar alcanzado sin aludir a temas que podrían convertirse en prioridad si fuesen electos. Reproche que recae sobre ellos con frecuencia. A Macri y Vidal se les cuestiona la supuesta candidez para ejecutar reformas estructurales. El dictamen de la Procuración señala la inconstitucionalidad de tres artículos, pero particularmente el 39. Pone al ajuste fuera de la órbita de la provincia y lo introduce en la del Anses. O, más precisamente, en el cálculo que pudo aprobar en su gobierno y que el de Alberto Fernández barrió de inmediato. Esa fórmula acerca a Vidal con Macri.
Susana González celebró la prudencia de la Corte. Por las dudas, aclaró que aludía a la bonaerense, pero no a la Corte Suprema. Cristina volvió a enfrentarse a ella. Desconoció su orden para que el Senado designe a Luis Juez en lugar de Martín Doñate como uno de sus representantes en el Consejo de la Magistratura. González es diputada del Frente de Todos y pidió el juicio político de Conte Grand. Mantiene una estrecha relación con Kicillof a través de Mario Secco. El intendente de Ensenada está acusado de obstruir a otro poder, resistir a la autoridad y coacción agravada en la causa abierta en su contra por irrumpir en la sesión donde la Legislatura aprobó la ley 15008. A Juntos le sorprendió la poca disposición de los intendentes para que se realice la sesión donde podía ser modificada. Les recordó el trabajo a tristeza atribuido a la custodia de la Legislatura para impedir el ingreso de Secco al recinto hace cinco años. Una simbiosis curiosa.
Los intendentes volvieron a reprocharle a Kicillof la supuesta inactividad de Sergio Berni para incorporar choferes civiles en los patrulleros y contar con más policías para combatir el delito. El malestar es tal que podrían romper la promesa de seguir asistiendo a los almuerzos de los lunes mientras el gobernador mantenga al mismo parrillero. Los asados pasarán al conurbano, pero sin Kicillof. En el Ejecutivo sospechan que la sesión no se realizó por la aparente indolencia de Insaurralde. El jefe de Gabinete bonaerense controla la Cámara de Diputados con su presidente, Federico Otermín. El Frente de Todos (42) tenía que reunir 47 votos para lograr quórum. Una mayoría con la que suelen contribuir el FIT (2), Sergio Yelpo (Espacio Abierto), Fabio Brito (17 de noviembre) y Débora Indarte (Unidad para la Victoria). A la ausencia de Indart se sumó esta vez la de Patricia Cubría. Indarte es esposa de Rodolfo Iriart, titular del Correo Argentino que exigió las PASO en el Congreso del PJ. Cubría la de Emilio Pérsico, del Movimiento Evita.
Los intendentes vinculados a Insaurralde le pidieron auxilio económico al presidente hace 15 días. Lo que desató conjeturas, pero también suspicacias. Kicillof le exigió a Insaurralde apartar de su cargo al coordinador de Seguridad del Estadio Único de La Plata, Juan Cruz Reynoso. El estadio depende de la Jefatura del Gabinete. Comisario Inspector, Reynoso emitió una circular para suspender las clases alrededor de ese predio por el acto que ayer lideró Cristina. Esa medida fue dejada sin efecto.
El castigo al oficial podría ser una advertencia. El responsable del Estadio Único es Pablo Vecchio, ligado al club Los Andes a través de su expresidente y estrecho colaborador de Insaurralde, Oscar Ferreyra. A Reynoso lo designó Daniel Scioli. El fantasma que agita Fernández si su reelección queda en ascuas.