La estrategia sanitaria argentina contra el Covid: las lecciones de Clausewitz
Existen diversas maneras de evaluar si una estrategia está siendo exitosa o no al implementarse. Esto es relevante para evaluar la planificación sanitaria utilizada contra el Covid-19 en la Argentina, incluyendo su crítico componente internacional. En efecto, pocas veces ha sido tan relevante la definición de la política exterior expresada por el excanciller brasileño Celso Lafer -traducir necesidades internas en posibilidades externas-, como en el caso de la actual pandemia.
Un enfoque valioso para evaluar los componentes de la estrategia sanitaria actual es el incorporar la visión del famoso estratega militar Carl Von Clausewitz, que en su obra maestra “De la Guerra” (1832), dedicó un capítulo entero a la “Estrategia en general”. Este capítulo habla sobre los diferentes elementos que la componen -incluyendo los físicos, aritméticos y morales-, pero siempre recordando que estos elementos deben ser considerados como parte de un todo, y que es vital comprender la interrelación entre ellos.
En la confluencia entre lo físico y lo aritmético, Clausewitz consideraba que, en términos de estrategia, la superioridad numérica era el elemento más común en el caso de las victorias. Es en este aspecto crítico donde se pueden observar importantes debilidades en la estrategia sanitaria. Asumiendo que las vacunas que se podían adquirir necesitaban dos dosis, y que hay que vacunar a un 70% de la población (45 millones) para lograr la inmunidad de rebaño, la cantidad mínima a adquirir eran 63 millones. Pero si analizamos todas las vacunas compradas, fueron apenas 48,5 millones, lo que sólo alcanzaría a vacunar al 54% de la población con dos dosis por persona. Más aún, una buena estrategia debe asegurar que las cantidades con las que uno dispone lleguen al lugar apropiado en el momento adecuado. Así, un elemento estratégico relacionado es la concentración de fuerzas en el punto decisivo, en este caso los centros de vacunación. Esto no se ha cumplido durante meses, dada la prolongada demora de la vacuna de AstraZeneca en llegar desde México, y que al ser 22 millones, representan un 45% de las vacunas contratadas. Así, de las vacunas totales compradas solamente se han entregado un 37%.
En cuanto a elementos estratégicos de tipo moral, Clausewitz da importancia a la perseverancia, la audacia y a la astucia. Si en esta crisis mayúscula la primera prioridad era la salud, claramente han faltado la perseverancia y la audacia necesarias para sobreponerse a las consideraciones ideológicas e intereses económicos, y adquirir como mínimo las 63 millones de vacunas. Por ello es imposible justificar -dadas las muertes resultantes-, la no compra de 12 millones de vacunas de la empresa norteamericana Pfizer, o la compra mínima hecha a través de la iniciativa Covax de las Naciones Unidas. Este último caso es el ejemplo acabado de una falta total de audacia, demostrada por las tímidas explicaciones de funcionarios del Ministerio de Salud, al justificar como más conveniente del punto financiero el comprar solamente 2 millones de vacunas. En un escenario mundial de enorme y enérgica demanda por estas vacunas, la Argentina decidió no pedir 20 millones más a la que tenía derecho. Como mencionaba Clausewitz: “cuando la audacia se enfrenta a la timidez, es muy probable que triunfe, dado que la timidez implica falta de equilibrio”.
La estrategia sanitaria tampoco se ha destacado en términos de astucia, un elemento estratégico escencial según Clausewitz, complementario al profundo conocimiento de los elementos que están en juego y la interrelación entre ellos. Esto lo admitió el jefe de Gabinete al decir que había sido un error el confiar en una producción de vacunas como estaba en los contratos, y el subestimar los cuellos de botella en la producción. Chile y Uruguay, actuando con un mayor sentido de urgencia y/o pagando más, lograron asegurar dos dosis por habitante para el 93% y el 76% de sus poblaciones, respectivamente. En el caso de Chile, esto le permitió construir una reserva estratégica --la diferencia entre el 70% mínimo necesario y el 93 % conseguido), un elemento importante para Clausewitz que puede permitir contrarestar amenazas no previstas y/o prolongar la vacunación.
La estrategia sanitaria argentina si se destacó por la sorpresa, otro elemento valioso para Clausewitz, con la contratación de la vacuna Sputnik V, que se convirtió en un factor crítico al representar el 52 % de las vacunas entregadas hasta el momento. Este ha sido un ejemplo también del dilema que enfrentan, como dice Kissinger, los hombres de Estado: que cuando su margen de acción es mayor, poseen una mínima cantidad de información. Cuando han juntado la información suficiente, su margen de acción ha probablemente desaparecido. Pero lamentablemente, según Clausewitz, los efectos de la verdadera genialidad no se observan tanto como resultante de las formas novedosas de actuar -como la compra de la Sputnik V-, sino en el éxito final de la estrategia implementada.
Un elemento a evitar para Clausewitz era la suspensión de la acción en todo tipo de enfrentamiento. En términos militares afirmaba que como dos elementos incompatibles, los enemigos deben continuamente destruirse mutuamente, y que deben seguir interactuando hasta que uno de ellos desaparezca. Cada minuto inactivo en términos de vacunación ha fortalecido al enemigo implacable: el Covid-19.
Finalmente, para Clausewitz, la habilidad de los líderes era un elemento principal. Así, afirmaba que solamente en los altos niveles de la estrategia se manifiestan las complicaciones intelectuales y la extrema diversidad de factores e interrelaciones. A este nivel hay pocas diferencias entre estrategia, política de Estado, y el arte de gobernar, y cuya influencia se nota más en cuestiones de cantidades y escala, que en las formas de la implementación. Lamentablemente, ante esta pandemia el gobierno se ha equivocado en forma continua y manifiesta en términos de escala y cantidad.
Especialista en relaciones internacionales; miembro consultor de CARI y de Cippec