La esperanza de vida de las empresas es menor a 12,5 años
De acuerdo al libro de Arie De Geus "The Living Company"(Harvard Business School Publishing. 2002), quien cita un trabajo de Ellen de Rooij el cual efectuó un estudio muy completo en numerosos países, del que resulta que "la empresa, tanto la grande como la chica, multinacional o nacional, tiene una esperanza promedio de vida al nacer de 12,5 años". Las pocas que logran pasar ese rango de años de vida y que también logran sostener una reputación internacional (son muy pocas), pueden llegar en promedio a los 45 años de vida, como es el caso de las que están incluidas en Fortune 500, que inclusive han sido sustituidas unas por otras en muchos casos. De las que llegan a 45 años, algunas alcanzan los 100 años de vida. Por supuesto, hay excepciones, como Stora que tiene más de 700 años: se inició en el año 1288 en Suecia, aunque cambió el rubro de su actividad varias veces. Comenzó en el rubro Minería y ahora tiene 26.000 empleados en la industria de Pulpa de Papel y actualmente cotiza en Bolsa.
La clave es que las compañías van cambiando y son sustituidas por otras, aunque no en todos los casos. En definitiva, no son eternas, por eso es difícil ponerles impuestos que perduren en el tiempo, por lo mismo que dichas empresas pueden ir cambiando o desapareciendo. Este es un tema central a tomar en cuenta en su esperanza de vida.
No tenemos la edad promedio de las que existen en Argentina, aunque sí el número que tiene cada categoría, por lo que podemos efectuar varias deducciones:
El número de empresas muy pequeñas, de 1 a 9 empleados, llega a 517.984; es decir, es el 85% del total, que eran 609.393 en el año 2017. Este número se estima que no habrá cambiado significativamente hasta ahora. Se calcula que las pequeñas y las que no tienen ningún empleado, autónomos y similares, llegan a algo más de 1.000.000 de entidades para ese año.
Puede calcularse que las pequeñas son muy recientes, es decir, que su esperanza de vida es muy limitada. El hecho opuesto, las grandes, con más de 200 empleados por establecimiento, llegaban en 2017 a ser 3.656, solo el 0,6 % del total. Estas compañías grandes, que han pasado por el filtro de la realidad económica y han crecido, pueden tener quizá varias décadas de antigüedad, aunque su peso en el total es pequeño.
Las chicas, que ocupan de 10 a 49 empleados, representan el 12% del total, lo que da una imagen de su importancia en años de vida. Y las medianas, de 50 a 200 empleados, representan solo el 2,4 % del total, pues llegan a 14.625 empresas.
¿Qué conclusión podemos obtener de estos números? Que la antigüedad de las argentinas debe ser muy baja, aunque hay empresas recientes (muy pocas) que han llegado a ser grandes.
Por lo tanto, y considerando las categorías de Arie De Geus, estaríamos seguramente en cifras menores que el del nivel del autor de The Living Company, cuyas firmas llegan a 12.5 años de antigüedad. Esto sin tener en cuenta que muchas de las argentinas, de todo tipo, han cerrado en los últimos años, lo cual indica que el total de compañías se ha reducido, pues las que cerraron fueron más que las que se crearon nuevas.
La influencia del Estado ha aumentado en los últimos años, lo que deja menor nivel de funciones para las privadas, las que seguramente han reflejado esa situación, aunque no tenemos datos de estos cambios; como puede ser el caso de YPF, que ha pasado por distintas dependencias en su evolución. Esperemos que las inversiones se concentren en las empresas, las que podrán así bajar el nivel de desempleo y pobreza de la Argentina, que actualmente es muy alto.