La encomienda, de Margarita García Robayo. Cuando el pasado viaja en una insólita caja
En La encomienda, quinta novela de la escritora colombiana Margarita García Robayo (Cartagena, 1980), una joven caribeña recibe en su departamento de Buenos Aires una encomienda que le envió la hermana, que vive a 5000 kilómetros de distancia. Si bien está acostumbrada a recibir este tipo de paquetes, este ocupa todo el espacio libre del estar. Ella se resiste a abrirlo y convive con el bulto hasta que, de buenas a primeras, la caja aparece abierta y su mamá, sentada en el diván del living.
La presencia de la madre genera un extrañamiento que se extiende a la vida cotidiana de la narradora. Ella es una mujer algo arisca, que trabaja en una agencia de publicidad, tiene un novio fotógrafo, una gata y el proyecto de aplicar a una beca en Holanda, pero se cuestiona si realmente quiere todo eso. Al igual que en sus anteriores novelas, el gran acierto de García Robayo es abrir la experiencia de los vínculos con el filo de un lenguaje que consigue hacer supurar las cosas no dichas que se acumulan y obstruyen el presente.
En esta ocasión la autora, radicada en la Argentina, abandona el realismo de sus historias anteriores y se aventura en una atmósfera más enrarecida. Las reflexiones alcanzan destellos de lucidez que se contraponen al aturdimiento en que vive la protagonista. ¿Qué es real y qué es ilusión de una mente agitada? Podría pensarse que la narración ronda el realismo mágico; en verdad, propone otra cosa, ahonda en los modos en que la memoria, la imaginación y los hechos del pasado habitan el presente con una materialidad incluso más densa de la de las cosas que nos rodean.
La encomienda, de Margarita García Robayo (Anagrama). 191 págs. $ 2450