La diplomacia feminista tras el juicio por el caso Pélicot: la vergüenza debe cambiar de lado
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es una buena oportunidad para reflexionar sobre la prevención y el combate contra la violencia de género
- 7 minutos de lectura'
Cada año, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nos brinda la oportunidad de hacer un balance, dimensionando colectivamente los avances logrados e identificando lo que se puede mejorar, y pensar en cómo podemos prevenir y combatir mejor la violencia contra las mujeres.
Este año se inscribe en un contexto muy particular. En Francia, el 2 de septiembre comenzó un juicio sin precedentes ante el tribunal judicial de Avignon. Un hombre está acusado, junto a otros 50, de haber drogado, organizado y filmado la violación de su mujer por decenas de hombres reclutados por internet durante más de diez años. Este caso emblemático de violencia contra las mujeres es mucho más que un simple suceso o una simple noticia y trasciende las fronteras de Francia, como lo demuestra la excepcional cobertura mediática que ha recibido (más de 150 periodistas acreditados, entre ellos 60 corresponsales internacionales). La valiente decisión de Gisèle Pélicot de abrir al público el juicio dio una resonancia universal a su mensaje: de una vez por todas, la vergüenza debe cambiar de lado.
¿Qué dice el juicio Pélicot de nuestra sociedad? Que es una sociedad todavía culturalmente marcada por el sexismo, que es una sociedad donde en muchos lugares todavía existe esta brutalidad de género diaria, esta violencia sexual, y que esta herencia machista está lejos de ser neutral. A través de la relación de dominación que legitima, es fuente de actos aún más destructivos e insoportables, como el acoso y la violencia sexual. Porque la lucha contra la violencia de género, que es la expresión más extrema y odiosa de la dominación de un sexo sobre el otro, es de hecho la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos.
Nuestra situación hasta ahora muestra que algo no funciona en nuestra sociedad. La vergüenza que sufren estas mujeres, una vergüenza ilegítima porque ya son víctimas, esta vergüenza debe convertirse en la de estos perpetradores de violencia y es sobre todo una vergüenza cívica y política, una vergüenza nacional, porque la sociedad al no erradicar estas violencias fracasó en su propia vocación, que es la de educar, civilizar, proteger y este discurso de dignidad, igualdad de derechos, justicia, respeto que lleva la sociedad en todas partes y en todos los tiempos, parece no haber llegado a la conciencia de quienes cometen esta violencia.
Denunciando “la cultura de la violación que hemos tenido como ejemplo durante este proceso”, uno de los abogados de Gisèle Pélicot puso al tribunal (que debe pronunciar su veredicto a más tardar el 20 de diciembre de 2024) ante una verdadera “elección social”. “La violación nunca ha sido objeto de un rechazo tan visceral en Francia, pero al mismo tiempo su difusión nunca ha sido tan fácil”, afirmó, esperando que este juicio permita “cambiar la idea anclada en el imaginario masculino que el cuerpo de la mujer es objeto de conquista”.
La dignidad y la determinación de Gisèle Pélicot nos obligan, nos invita a reafirmar con más fuerza nuestro compromiso de luchar contra este flagelo, en un contexto en el que queda mucho por hacer. Cada año, cerca de 50.000 mujeres y niñas son asesinadas por su pareja o un miembro de su familia, es decir, cinco mujeres por hora. En Francia, 122 mujeres fueron asesinadas este año debido a su género, es decir, una cada dos días. En la Argentina se han registrado más de 170 feminicidios desde principios de año. El delito de femicidio, castigado con prisión perpetua, se incorporó al Código Penal argentino en 2012, particularmente gracias a la lucha de las familias de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, dos mujeres francesas golpeadas, violadas y asesinadas en la provincia de Salta en 2011.
Desde 2019 y de acuerdo con el compromiso del Presidente Emmanuel Macron, que la convirtió en una de sus prioridades, la lucha contra la violencia hacia las mujeres es un eje central de la política exterior de Francia.
En el plano multilateral, Francia apoya la elaboración de normas ambiciosas y posiciones comprometidas en favor del avance de los derechos de la mujer. Abogamos, particularmente, por la universalización del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha de la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como Convenio de Estambul, que es el instrumento internacional vinculante más acabado en la materia.
Hoy, más de quince países de los cinco continentes cuentan con una diplomacia feminista. En 2025, al celebrarse el trigésimo aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, Francia será la sede de la Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas.
La lucha contra la violencia de género hacia las mujeres y las niñas es uno de los cinco pilares de la diplomacia feminista francesa. Nuestro objetivo es luchar contra todas las formas de violencia, incluida la violencia digital facilitada por la tecnología, la violencia en situaciones de crisis y conflictos, y la violencia ejercida contra activistas y organizaciones feministas. Sabemos que la violencia en el ámbito digital, facilitada por la tecnología, afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. Por esta razón, en 2024 Francia puso en marcha el “Laboratorio para los derechos de las mujeres en línea”, una plataforma internacional dedicada a combatir la violencia digital contra las mujeres y las niñas. Se trata del primer espacio de este tipo, que será a la vez un lugar de reflexión y una incubadora de proyectos. La Cumbre de Acción sobre Inteligencia Artificial, que se celebrará en París en febrero de 2025, también brindará la oportunidad de abordar los prejuicios de género y las barreras a los derechos de las mujeres y las niñas en línea.
Este año Francia, junto con los Países Bajos, presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas una resolución sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en el entorno digital. Adoptada el 14 de noviembre de 2024, con un amplísimo apoyo de 170 países, esta resolución reafirma la necesidad de proteger y promover sus derechos en el entorno digital, el derecho a la privacidad y el derecho a la libertad de expresión. Exhorta a los gobiernos y a todas las partes interesadas, incluidas las plataformas digitales, a combatir el acoso y la desinformación.
La violencia contra las mujeres y las niñas también incluye la violencia sexual ejercida en el contexto de crisis y conflictos. Nos negamos a aceptar lo que está ocurriendo en Afganistán, donde la política de segregación de los talibanes está borrando a las mujeres de la sociedad. También condenamos con la mayor firmeza el uso de la violación como arma de guerra, ya sea en Ucrania o en Medio Oriente.
Francia ha hecho una prioridad de la lucha contra la violencia sexual y la impunidad de sus autores. Así, aportamos una contribución financiera al Fondo Mundial para las/los Sobrevivientes de la Violencia Sexual Relacionada con los Conflictos y apoyamos la organización de la primera conferencia internacional de fiscales sobre la lucha contra la impunidad de los autores de violencia sexual, celebrada en La Haya en marzo.
Además de defender uno de los principios fundamentales de la República Francesa, el de la igualdad, el objetivo es promover el papel clave de las mujeres y las niñas para contribuir al desarrollo de sociedades inclusivas y de una paz duradera, en consonancia con los deseos de Gisèle Pélicot y de tantas otras víctimas de la violencia de género.
Embajador de Francia en la Argentina