La dimensión imaginaria
Sobre MI MUNDO PRIVADO y VIVIR EN LA SALINA, de Elvio E. Gandolfo
La nueva novela de Elvio E. Gandolfo, Mi mundo privado, comparte el título con aquella película de 1991 coprotagonizada por River Phoenix y Keanu Reeves, cuyo título original era, en realidad, My Own Private Idaho. Pero sólo a esa dudosa traducción castellana se limitan las coincidencias. Lejos del amor gay y las narcolepsias, Mi mundo privado es una equilibrada mezcla de autobiografía, novela y ensayo en la que el narrador, de clara correspondencia con Gandolfo, busca explorar y definir una zona de su conciencia anterior a la escritura, una especie de caja de resonancia a la que, a falta de mejor término, define como su “mundo privado”. Un cúmulo de imágenes, de recuerdos, de razonamientos, de efectos de la lectura y de la escritura, entrevistos en la suspensión de un “sentimiento oceánico”, casi como una visión mística, con la que, sin embargo, convive diariamente.
El libro comparte rasgos con otros similares, de “entretelones” o periféricos respecto de las obras estrictamente literarias: desde un sesentista Último round de Julio Cortázar hasta las ediciones más recientes de los diarios y textos autobiográficos del escritor uruguayo Mario Levrero. Son obras en las cuales los escritores, paralelamente a la creación de libros de género definido (novela, cuento fantástico, artículo periodístico), apelan a un discurso de mayor cercanía con el yo “real” que escribe, y rinden cuenta así de los aspectos patéticos o triunfantes de la cocina de la literatura, de las novelas o cuentos jamás escritos, de las percepciones cotidianas que logran ser aprehendidas por la escritura pero que no decantan en géneros reconocibles.
En su Diario de un canalla, Levrero decía: “No estoy escribiendo para ningún lector, ni siquiera para leerme yo. Escribo para escribirme yo; es un acto de autoconstrucción”. En Mi mundo privado, Gandolfo, acaso más amable con el lector, narra el descubrimiento de ese “interior de mi cabeza”, de esa “totalidad” que se viene gestando desde su infancia y desde la cual emanan ideas, formas del decir, obras imaginarias y obras concretadas, así como un resto de improductividad o retiro del mundo, que el narrador celebra como “escapismo”.
La chispa que dispara la génesis del libro es el cruce entre la gravitación mental de una novela que nunca escribió, El día (la historia de un hombre que cae en la cuenta de que está muerto), y la contemplación de un cardumen de mantarrayas en un documental. “Mi mundo privado se ocultó durante años y años detrás de la conciencia, sin decir una palabra, sin proyectar una imagen, a la espera. Ahora las grandes mantarrayas, que surgen de las aguas del mar, se elevan y caen estrepitosamente, con un gran ‘bang’ y no me han despertado sólo a mí sino también a él.” Lo interesante de la propuesta no es, acaso, el relato de algunos detalles opacos de la rutina diaria (la cocina, la falta de Internet), sino la reconstrucción, como concepto, de esa dimensión imaginaria privada, personal, en la que rebotan las vivencias, sin caer en las oscuridades más previsibles del inconsciente de los neuróticos. La idea misma del “mundo privado” es novelesca, porque contempla la idea de un mundo total, subsidiario de un sujeto, pero ciertamente más desprolijo y desjerarquizado en sus formas de organización narrativa.
El libro entra en diálogo con Vivir en la salina. Cuentos completos, que salió por el sello cordobés Caballo Negro. Esperado durante años por los lectores que conocen la calidad formal y la originalidad de los relatos de Gandolfo, Vivir en la salina permite asistir –a diferencia de Mi mundo privado, que se asoma a la dimensión paralela de la creación y el germen de las fantasías– a la elaboración estrictamente literaria de historias fantásticas o realistas. Representa también, para los neófitos, una excelente oportunidad para recorrer sus cuentos publicados desde 1970 hasta 2016, que atraviesan los años de su participación en la revista El Péndulo (1981-1987), su inicial gusto por la ciencia ficción y otros géneros no miméticos, así como los años de su larga carrera como traductor, poeta y periodista desplegada a dos orillas: en Buenos Aires y Montevideo.
MI MUNDO PRIVADO
Por Elvio E. Gandolfo
Tusquets
174 páginas
$ 249
VIVIR EN LA SALINA
Por Elvio E. Gandolfo
Caballo negro
484 páginas
$ 420