La ciudadanía sabrá poner las cosas en su lugar
Desde que se sucedieron los acontecimientos referidos al tratamiento del proyecto de ley sobre bienes personales en la Cámara de Diputados de la Nación, que integro como parte de la bancada Pro de Juntos por el Cambio, retumban en mis oídos, quedando fijas en mi mente, las inmensas y ejemplares palabras del senador Esteban Bullrich, dichas desde lo más profundo de su ser, que he decidido tomar como ejemplo para el desarrollo de mi actividad legislativa en estos años en los que estaré representando, y cuidando cada día, la responsabilidad que los votantes me han conferido.
Nos dijo a todos los argentinos Esteban: ¨Hoy, en este recinto del que me honra ser parte, vengo a hacer algo que va en contra de cada fibra de mi cuerpo. Nada de lo que soy me indica que este es el camino que quiero seguir, pero creo firmemente en la idea de que el interés público siempre, siempre, debe estar por encima de los intereses personales¨.
Ver en profundidad el legado que nos ha dejado el senador Bullrich es una medida exacta que achica o ensancha la distancia entre los actores de la política y los intereses de nuestros mandantes, los ciudadanos que nos votan, que miran con atención si cuidamos o enajenamos su decisión electoral.
A partir del 10 de diciembre de 2021 se inició una nueva etapa de control ciudadano, que debemos tener en cuenta quienes ejercemos cargos públicos.
Percibo con satisfacción que la Cámara de Diputados es hoy una especie de recinto con paredes vidriadas que hace traslúcida nuestra acción, quedando supeditada a la mirada ciudadana. Nos recuerda permanentemente que la casa de la acción legislativa ha dejado de ser una mera oficina anexa de los caprichos y arbitrariedades del modelo kirchnerista.
Los legisladores que defendemos los valores del mandato republicano, que implica la división de poderes, la defensa de la democracia y la libertad, debemos entender que estamos cada día siendo observados por ciudadanos alertas que despliegan la lupa con la que miran a la política. Y alentar la participación de la sociedad civil ejerciendo el control sobre los actos de gobierno, atentos en el uso de los recursos públicos y la eficacia en la gestión. Responsabilidad que cada día se expresa más nítidamente, interpelándonos a quienes ejercemos la acción política.
Es aquí donde se despliegan en toda su dimensión las palabras de Esteban Bullrich, subrayando el compromiso público por sobre los intereses personales.
En estos años duros de pandemia hemos perdido mucho por la torpeza de un gobierno obcecado en sus errores. Muchos compatriotas perdieron alegrías, vidas, trabajos, educación, esperanza. En muchos casos vieron dañada torpemente su dignidad.
Luego de tanto encierro, tantos derechos conculcados y libertades secuestradas, hubo un 14 de noviembre y con esa gesta republicana sin más estridencia que la de las urnas, las mayorías ciudadanas se dieron una nueva oportunidad. Cargaron nuestros hombros con esta hermosa responsabilidad que debemos desempeñar a conciencia, de lo contrario no somos dignos de esa representación.
Millones confiaron en la fuerza política que integro para que cuidemos con energía los valores del esfuerzo, del mérito, del trabajo y la honestidad. Vieron una salida en esta idea que trazamos quienes nos propusimos representarlos.
Hoy la vida publica exige absoluta integridad. Compromiso sin equívocos de parte de quienes somos servidores públicos en el Congreso Nacional, para interpretar y representar a quienes nos votaron y ejerciendo respeto a quienes eligieron otras opciones.
En cada acto electoral le pedimos a los fiscales que se queden hasta el último minuto, cuidando las urnas. Sabemos que cuidando el voto de todos los argentinos, nos alejamos del autoritarismo que sufren los hermanos en Venezuela, Nicaragua o Cuba. Es un deber que los diputados cuidemos ese voto cada día en ejercicio del mandato.
Estamos construyendo un gran equipo en la Argentina, los ciudadanos que se expresan con su voto, los fiscales que los cuidan el día de la elección, y los legisladores que atesoramos el voto durante cuatro años, en cada proyecto de ley que se concreta para ratificar la república .
Si no estamos dispuestos a cuidar ese voto quienes asumimos esta inmensa responsabilidad el 10 de diciembre, entonces seamos honestos y demos un paso al costado para que alguien más cumpla cabalmente con esa responsabilidad.
La política tiene un desafío en estas horas y debe aceptar el reto. De lo contrario la ciudadanía -como lo hace siempre- pondrá las cosas en su lugar.
Exviceministro de Seguridad de la Nación, diputado nacional por Juntos en la provincia de Buenos Aires