La carta abierta de Juan Manuel Urtubey
El pirata informático se infiltró en los documentos privados del gobernador de Salta y encontró un documento revelador. No se sabe aún dónde iba a ser publicado.
Soy Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, y sé que mi decisión de desconocer el fallo de la Corte sobre el aborto en casos de violación causó mucho revuelo. Por eso quiero contarles algo de mí. Para que me conozcan mejor y no me prejuzguen.
Lo único que le pedimos a las futuras mamis que no quieren serlo, es una autorización del juez. Eso sí. No vengan con certificados ni testimonios falsos. Hagamos las cosas por derecha.
Como veo que hay muchos que están tratando de etiquetarme sin éxito, me permito ayudarlos. Si tuviera que escribir sobre mi persona, lo haría de esta manera: "Hay más novedades para este boletín: en la República Argentina, un joven salteño, bien formado, bien parecido y bien hablado, proveniente de la aristocracia más conservadora y católica de su provincia, ahijado político y sobrino de sangre del menemista Julio Mera Figueroa, primero "golden boy" de Juan Carlos Romero y luego converso al kirchnerismo, gobernador desde el 2007 a la fecha, dice identificarse con el proyecto Nacional y Popular pero a la vez pone distancia del Gobierno Central y hasta desafía a la Corte abortando el aborto. Damas y caballeros, nace una nueva tipología política: el feudoprogresismo".
Díganme así que no me ofende: feudoprogresista.
Coincido en muchas cosas con el Gobierno pero en otras no. Por favor, entiendan que los salteños eligieron un gobernador, no un delegado del poder central. Algunos ejemplos: me le planté a Moyano cuando dije que es un piantavotos. Estoy contra los piquetes. He criticado el manejo del Indec. ¿No soy perfecto? Apenas me conozca un poco más, al establishment se le va a hacer agua la boca de urna.
Algunos dicen que hasta soy un poco gorila. Aunque algún opositor mío en Salta decía irónicamente: "Gorila, Urtubey, no puede ser. Los gorilas viven en los árboles. Y él, además de autorizar la tala de muchas hectáreas de bosque, tiene dos hermanos con importantes empresas de desmonte. Ningún gorila va a atentar contra su propio hábitat, y menos después de ver a Tartagal hundida en el barro por causa de la deforestación. ¿O sí?"
Tengo autocrítica. Algunas veces -pocas pero suficientes- hablo sin pasar por la aduana del cerebro. Como cuando en enero de 2011, después de que murieron por desnutrición tres chicos de pueblos originarios, se me ocurrió decir que los aborígenes desnutridos no van al hospital "por una cuestión cultural". Está bien, la pifié. Pero al menos sepan que conmigo la desnutrición infantil bajó en Salta del 16 por mil al 12 por mil.
Quiero recordarles que saqué el 55 por ciento de los votos. Así que la gran mayoría valora mi gestión. Después, como siempre, estará el que critica. Por ejemplo, por promulgar una ley de educación provincial que sigue manteniendo como obligatoria -como lo es desde 1886 en Salta- la enseñanza de religión en la primaria y que destaca a la Iglesia Católica como responsable fundamental en la educación. Quiero ser claro: no me pidan esfuerzos. Si a Salta viene a casarse una pareja gay, no será arroz lo que yo le tire en la cabeza a los novios.
Yo me propuse en mi campaña que "Salta la linda sea también Salta la justa".
Lo que no puse en el eslogan porque me pareció obvio, fue que "justa" de mi justicia.
Para ir cerrando, creo que no es para dramatizar: Lo único que le pedimos a las futuras mamis que no quieren serlo, es una autorización del juez.
Eso sí. No vengan con certificados ni testimonios falsos. Hagamos las cosas por derecha.
Los saluda Atte.
JMU
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