La Argentina y España, una agenda común
Existe, no hay duda, una buena sintonía entre Pedro Sánchez y Alberto Fernández, que debería ser el detonante de un impulso en las relaciones comerciales e industriales entre los dos países. Sánchez es además, el líder de los socialistas europeos, al ser España el país más numeroso de Europa donde gobierna la izquierda y siendo el PSOE el partido con mayor número de europarlamentarios, algo que no debe pasar desapercibido sobre los que tienen la mirada puesta en la ratificación del acuerdo UE-Mercosur. No es fácil dicha ratificación por parte de varios países europeos, toda vez que Mercosur presenta algunas dudas respecto de su estabilidad y de su línea estratégica para los próximos años.
Jaír Bolsonaro no genera confianza en Europa pero su hipotético relevo también genera dudas, si finalmente fuera una vuelta a la izquierda (PT/Lula). La Argentina de Fernández tampoco despierta pasiones en muchos de los socios de la UE, y Sánchez puede ser un buen aliado. Eso también explica el porqué de tantas visitas que se hicieron en los últimos meses entre ambos mandatarios. En un punto ambos presidentes se necesitan.
Mucho se hablará estos días de Mercosur-UE o de Argentina-España, así que yo plantearía a los gobiernos de ambos países y a los analistas entendidos otra cuestión de fondo: las oportunidades que la lucha por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China plantean a dos regiones como Europa y América Latina, y quienes lideren esas regiones pasa a ser clave. El contexto de alta competencia y beligerancia consolida la oportunidad de crear un espacio común entre la UE y América Latina. Un espacio de neutralidad comprometida con Occidente del que podría sacar grandes ventajas situándose como bloque alternativo.
Las inversiones chinas en la región y también en la Argentina han sido muy relevantes en los últimos años y empiezan a incluir sectores estratégicos. Tal y como avanza el mundo, será complicado jugar en los dos lados del mostrador (EE.UU. vs China) sin un costo. Por eso la tercera opción que podrían consolidar la UE y América Latina aporta grandes ventajas. La Unión Europea está también forzada a corto y medio plazo a tener un pronunciamiento más decisivo que está claro se orientará, dentro de la neutralidad, por una mayor sintonía con Estados Unidos con quien comparte modelo, político, cultural, económico y social.
El peso en este sentido radica mucho más en América Latina. ¿Qué pretende la región? ¿Qué quiere la Argentina? ¿Qué quiere América Latina? ¿Cómo puede persuadir la UE, y en este caso Pedro Sánchez, en inclinar la decisión para un lado u otro? Las futuras inversiones chinas en la región en general y en la Argentina en particular, van a condicionar mucho más las decisiones geopolíticas de cualquier país. Máxime cuando Estados Unidos quiere tener otro rol en la región luego de Trump.
Sabemos que las inversiones chinas son muy competitivas en precio y abordan déficits esenciales de la economías latinoamericanas. Pero también sabemos que Estados Unidos podría posicionarse como el gran benefactor de vacunas en este lado del mundo, ante una pandemia que no da respiro. Pedro Sánchez seguramente hable también de este tema con Alberto Fernández. China tiene capacidad de inversión, pero como cualquier inversión requiere un retorno y condiciones para hacerla. América Latina tiene índices de pobrezas espeluznantes y las necesidades que existen no pueden esperar. Es una situación muy delicada que requiere un análisis muy detallado y más geopolítico que nunca. No hay margen de error.
América Latina es la región del mundo más proclive a la inversión europea. La región está muy necesitada de inversiones y desarrollo pero cuenta con un gran potencial de materias primas y una población bien educada y demandante de más desarrollo y oportunidades. Los dos bloques tenemos además una gran sintonía cultural. Compartimos idioma, religión y muchos valores. Los europeos debemos hacer el mismo ejercicio que pedimos a los latinoamericanos: visión de medio y largo plazo, generosidad con los países amigos. Es posible que en otras partes del mundo las inversiones europeas alcancen mejores rendimientos, pero nuestro compromiso prioritario debería estar con los pueblos con los que compartimos un modelo de sociedad. Si no los apoyamos, otros lo harán. Y el día que sea evidente el perjuicio, será tarde para América Latina y para Europa. El análisis de la geopolítica está en su mejor momento para aquellos que disfrutamos de hacerlo.
Particularmente creo que América Latina no debería olvidarse tanto de Europa. Tal vez sus inversiones no sean las más competitivas en precio (y nunca lo serán en comparación de otros países donde el Estado es determinante); pero consta de un capital intelectual, profesional y productiva habida de seguir creciendo y buscando nuevas oportunidades en pos de fortalecer el vínculo entre ambas regiones como mencioné anteriormente. España lo sabe y Pedro Sánchez viene a fortalecer esa decisión.
Fundador y presidente de LLYC