La amenaza a Nik: la libertad de opinar es toda nuestra
La respuesta social fortalece la democracia, por más que desde algunos sectores del gobierno se siga intentando eliminar el disenso o reprimir la crítica
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La gravedad de las amenazas implícitas en la réplica de Aníbal Fernández a una opinión del editorialista gráfico Cristian Dzwonik, Nik, encierra varios aspectos que quedaron expuestos a medida que el ministro procedía a dar explicaciones sobre su conducta.
En primer lugar, debe analizarse por qué un funcionario se dedica a perseguir a un periodista, por qué tiene información privada sobre su familia y acceso al material que circula como comunicación interna de la comunidad educativa a la que pertenece. “Él vive poniendo la ORT, me han llovido los dibujitos que hizo de la ORT, tengo amigos profesores en la ORT” dijo Fernández sobre Nik. Difícilmente los dibujitos en cuestión lluevan a manos ministeriales, ¿Qué objetivo tenía ese envío específico y quien lo efectuó?, ¿Con qué fin le enviaría alguien caricaturas de Gaturro en frente de una escuela a un ministro de Seguridad? ¿Qué tipo de seguimiento da el estado a la comunidad educativa ORT? La gravedad del manejo de estos datos, no solo contraviene la ley de protección de datos personales, sino que implica una violación directa de la ley de inteligencia a la que el máximo funcionario de la cartera de seguridad está compelido a respetar.
En segundo lugar, debemos recordar otras amenazas del funcionario. En 2017 Fernández le advirtió por Twitter al escritor Federico Andahazi “Te voy a ir a buscar no lo dudes” ante un comentario suyo sobre causas judiciales. En otra oportunidad trató a la periodista Silvia Mercado de macrista en “estado de extinción”. Contra Jorge Lanata y Nicolás Wiñazki fueron explícitos también sus ataques durante 2016. A Mirtha Legrand la fustigó con frases vinculadas a su edad en el año 2015 y a Diego Cabot más recientemente, durante el 2019, lo atacó por la investigación de la causa de los cuadernos. Es decir, la conducta prepotente contra los periodistas y medios no sorprende, lo que preocupa es el traspaso de la barrera ética infranqueable que cruzó al involucrar a la familia de alguien que publica una crítica al gobierno.
La respuesta social fortalece la democracia, por más que desde algunos sectores del gobierno se siga intentando eliminar el disenso o reprimir la crítica
Por último, debe repararse en la falta de arrepentimiento del ministro. “Redacto muy bien, no vi nada de lo que me dijeron y no me arrepiento”, “No es la primera vez que debatimos con Nik” agregó, sosteniendo esto último, como si la intimidatoria respuesta fuera parte de una discusión. La asimetría entre un funcionario que concentra el monopolio de la fuerza de policía del Estado y un ciudadano es evidente. La delimitar la competencia de ministro en funciones, es obligación del Presidente, quien lamentablemente da por terminado el tema al igual que el Jefe de Gabinete, que dice no compartir la actitud pero creer en la “disculpa”. Sin comunicación oficial, sin sanción hacia el abuso de poder que el funcionario ejerció con su amenaza y su acoso declarado hacia Nik, el gobierno en su conjunto parecería ratificar la legitimidad del ciberpatrullaje, la manipulación de datos personales de los ciudadanos y el intento continuo de restringir opiniones en las redes sociales.
Por ello, es importante el repudio masivo ante los exabruptos de Fernández. “Con los chicos no”, aseguró NIK, con la libertad de expresión no, agregaron organizaciones como Fopea, la Academia del Periodismo, Adepa y Led. Con las instituciones no, expresó la oposición exigiendo la renuncia del funcionario. La respuesta social fortalece la democracia, por más que desde algunos sectores del gobierno se siga intentando eliminar el disenso o reprimir la crítica, el debate público es vigoroso y son muchos los ojos que se posan sobre los abusos o desvíos cometidos. Ese es el valor más importante de una sociedad democrática, la capacidad de control, límites y contrapesos que los ciudadanos son capaces de imponerle a sus gobernantes. No debemos perderlo nunca, por más que intenten amedrentarnos, la libertad de opinar es toda nuestra.
Expresidenta Comisión de Libertad de Expresión Cámara de Diputados