La adicción a videojuegos
Uno de los grandes tópicos respecto de los videojuegos, que dio origen a cientos de páginas a favor y en contra referidas a la adicción y a las consecuencias que estos juegos podían generar, ha quedado zanjado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al actualizar la Clasificación Internacional de Enfermedades (IDC, por sus siglas en inglés) e incluir en el listado de patologías a la adicción a los videojuegos como un nuevo trastorno mental.
Según la OMS, este mal se caracteriza por un "comportamiento de juego persistente o recurrente que se realiza principalmente por internet". Y se evidencia en tres conductas características: perder el control sobre la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad; que los juegos pasan a tener prioridad sobre otros intereses de la vida , y que la conducta se mantiene pese a que empieza a traer consecuencias negativas para la persona.
Según explica el Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, el problema aparece cuando el consumo es abusivo y cambia el comportamiento normal de la persona que lo ejerce. "Si el niño o adolescente o el que juega lo hace sin parar y deja de salir con sus amigos, deja de hacer actividades con sus padres, se aísla, no estudia, no duerme y solo quiere jugar, estamos ante signos de alerta de que podría tener un comportamiento adictivo y que hay que buscar ayuda", señaló Shekhar Saxena, director del citado departamento.
Según un estudio alemán presentado durante el V Foro Europeo de Investigadores de Neurociencia, en 2006, los videojuegos crean adicción y actúan sobre el cerebro de la misma manera que otras sustancias que crean dependencia, como el cannabis o el alcohol. Esa fue la conclusión que extrajeron los investigadores tras realizar pruebas a más de 7000 personas y descubrir que más del 10% de ellas desarrollaba una "memoria de adicción" ante los videojuegos. Su cerebro asociaba los videojuegos a sensaciones positivas debido a la liberación de dopamida.
Otra cuestión que debe tenerse en consideración es la referida a los videojuegos con contenidos violentos, ya que pueden influir negativamente entre sus seguidores. Algunos estudios señalaron que, luego de unos meses, aquellos que jugaron de manera constante con ellos aumentaron su tendencia a tener conductas físicamente violentas en comparación con aquellos que no pasaron el tiempo matando a otros de manera virtual.
Por otro lado, los chicos expuestos a este tipo de juegos perciben la violencia física y verbal como una alternativa válida para resolver sus conflictos, por lo que muchas veces pueden reaccionar agresivamente en una discusión.
Resulta entonces necesario mejorar el sistema de calificación de los juegos y poner advertencias más explícitas sobre los riesgos que conllevan. Pero también debe haber un mayor compromiso desde el ámbito familiar. Sería deseable que los padres y adultos en general fuesen más conscientes de los riesgos que los menores de edad a su cargo corren jugando a los videojuegos, limitando la cantidad de horas que pueden hacerlo y conversando sobre la violencia que conllevan, En otras palabras, es imprescindible desterrar definitivamente la conducta de aquellos padres a quienes les resulta más "cómodo" mantener al chico ocupado ante una pantalla que prestarle la debida atención.