Karina, Macri, la UCR y la mirada hacia 2027
Antes de ganar las elecciones, Javier Milei eligió como adversario político -al cual confrontar sin piedad- a la Unión Cívica Radical (UCR). Ya como presidente, él y sus militantes en las redes sociales parecen atacan al partido centenario hasta el agotamiento. La UCR es para el mundo libertario esa Internacional Socialista doméstica a la que se desprecia bárbaramente.
Son pocas las veces que se lo escucha a Milei hablando mal del kirchnerismo. Sobre la situación procesal de Cristina Fernández de Kirchner prefiere no opinar, y si bien es correcto sostener que sea la Justicia la que se expida para condenarla o no de manera firme, no deja de llamar la atención que sobre este tema el Presidente se mantenga en modo “más que neutral”. Ha tenido buen diálogo con Alberto Fernández y hasta le ofreció cuidar a su perro Dylan mientras el expresidente permanece en España. Por otra parte, el presidente Milei elige designar a Ariel Lijo para que forme parte de la Corte Suprema de Justicia, un juez que se mostró muy benevolente con todo el entorno presuntamente corrupto del cristinismo.
En este orden de cosas, el Pro “halcón”, cerrando filas detrás de Mauricio Macri, tuvo sus vaivenes postelectorales. Así, desde que Juntos por el Cambio (JxC) quedó fuera del juego, el macrismo se alineó incondicionalmente al gobierno de Milei. Dos miembros del Juntos por el Cambio (uno solo del Pro), fueron incluidos de inmediato en el gabinete libertario: Patricia Bullrich como ministra de Seguridad y el radical Luis Petri como ministro de Defensa. El resto del Pro, “halcón” y “paloma”, casi en su totalidad se alineó explícitamente en materia parlamentaria e implícitamente en materia gubernamental a La Libertad Avanza (LLA). La movida macrista sugería para muchos, que el Pro fuera parte destacada del nuevo gobierno libertario con cierta cantidad de cargos políticos y una presencia promisoria. El Pro se presenta frente a la LLA como la UCR debió presentarse frente al Pro en 2015: como un partido que puede aportar trayectoria y territorialidad a otro partido que no tiene ni una ni otra.
Pero Karina Milei parece más astuta que Mauricio Macri, y el macrismo parece más astuto que lo que fue y es el radicalismo. De tal manera, la hermana del actual presidente no solamente se opuso a que el Pro cope el espacio de la LLA, sino que comenzó una cruzada, a nivel nacional y en el bastión macrista porteño, camino a la conformación del partido libertario.
Todo esto ocurre en un contexto donde las cuentas macroeconómicas parecen seguir el camino de la estabilización, con un dólar controlado y un escenario fiscal y monetario que empieza a encuadrarse. Pero este encuadre se está logrando a costa de un ajuste descarnado que llevó a un sinceramiento de precios y un aumento de tarifas en extremo vertiginoso, que hizo que en la era Milei la inflación ya alcance el 79,1%. “No hay plata” dice el Presidente, mientras los precios escalaron hasta el cielo, la recesión se torna preocupante, el desempleo empieza a ascender, el ajuste por el momento no lo paga la casta, los jubilados vienen soportando más malaria aún que la terriblemente soportada durante los cuatro años de Alberto Fernández y CFK, los sectores medios siguen descendiendo estrepitosamente en la pirámide social y los sectores pobres continúan formando fila bajo la línea de indigencia.
En la oposición observamos hoy que la Coalición Cívica abandonó el bloque parlamentario que había conformado con el peronismo federal y cordobés, ese peronismo federal y cordobés que aun no cuenta con una performance competitiva en términos electorales. Permanece la izquierda, que sigue captando no más que en un 3% de apoyo electoral; persiste el kirchnerismo, que se presume, según diversos sondeos, sigue representando aproximadamente a un cuarto del electorado; está el Pro de Rodríguez Larreta que no queda claro si cuenta con más personas que él mismo, porque “las palomas” del Pro volaron todas inmediatamente a alinearse con LLA apenas asumió Milei. Está el radicalismo. Y está el Pro “halcón” macrista.
Frente a este escenario, la hermana del Presidente se apura a armar LLA a nivel nacional y en CABA, a no apostar a una alianza con el macrismo que se devoró a la coalición Cambiemos nueve años atrás. Frente a este escenario, Mauricio Macri advierte que el electorado de LLA se parece demasiado al del Pro, y por eso, si no se unen, es posible que una de las dos fuerzas sobre. Y la que sobre termine siendo cooptada por la otra. Y esa fuerza que sobra puede ser el Pro.
En una entrevista reciente en televisión, el diputado macrista Cristian Ritondo, negando una eventual desaparición del Pro, afirmó que el partido tiene " más de 20 años de vida”. Lo dijo en alusión a la posibilidad de ser furgón de cola de un minipartido con 7 senadores, 38 diputados y 0 gobernadores.
Así, Mauricio Macri reúne a los suyos, suponiendo con lucidez que LLA puede entrometerse con su electorado y que, luego del tremendo ajuste de Milei y más allá del objetivo de “déficit cero”, a éste no se le caiga más adelante una sola idea para armar un programa económico de mediano/largo plazo. Macri presume que en ese caso podrían venir tiempos de alternancia, donde un opositor conquistará el poder nuevamente en las urnas.
El kirchnerismo hizo demasiados mamarrachos como para ser elegido dentro de tres años y medio. Juntos por el Cambio era la opción al kirchnerismo y a LLA, pero ya no existe más. Sí existen sus exsocios, entre los cuales los mayoritarios son el Pro y la UCR. El Pro empieza a reunirse con los suyos, tal vez vuelva a captar a sus filas al solitario Rodríguez Larreta, lo une una exfórmula presidencial a Pichetto y un histórico vínculo con Schiaretti. La UCR, con sus 133 años de vida, cuenta con 5 gobernadores, casi 500 intendentes y una cantidad considerable de diputados y senadores nacionales y provinciales, y es la fuerza elegida por Milei como blanco de críticas y como nítida oposición, pero el partido centenario no la ve.
Politóloga y Profesora de la UBA