Karina, “la Evita libertaria”
Más que la hermana menor, es una madre. De vendedora de tortas y soleros por Instagram, en 2018, a la mujer más poderosa del país y a la estratega política más influyente. Aunque su hermano la define más coloquialmente: “A mi hermana le encanta la rosca”. Tan extraordinaria es la historia que una importante editorial ya prepara su biografía. Tiene lógica. Porque, aunque en la Argentina el 2025 suena a una eternidad, los hermanos ya piensan en la próxima elección e, incluso, mucho más allá: en 2031.
Lo cierto es que Karina es un misterio del que aún se sabe muy poco. ¿Estamos antes un proyecto sucesorio de los hermanos? ¿O ella es, más bien, la “Marcos Peña” de Milei, ¿una estratega sin ambiciones propias? Los jóvenes liberales la llaman “la Evita libertaria”, no solo por su color de pelo sino por ser una mujer al servicio de un jefe, aunque paradójicamente sea ella “el Jefe” para Milei. El Presidente lo diría así: Karina es Moisés, el gran líder, y yo, Aarón, apenas un divulgador.
Los hechos revelan que su hermana menor siempre fue el sostén emocional presidencial, sobre todo cuando Milei estuvo separado de sus padres. “Karina sigue en contacto con ellos, aunque para eso tiene que pagar el precio de la humillación”, dirá Milei, en la intimidad. Karina lo acompañó en su carrera por el mundo del fútbol, fue su groupie en la banda de rock y, más tarde, la factótum de su exitoso espectáculo El consultorio de Milei, con teatros a sala llena. Recién entonces, años más tarde, empezó a tomarle el gustito al poder.
Como todos, tiene amigos y enemigos. Los amigos la describen como una mujer inteligente, incluso brillante y de una arrolladora capacidad de trabajo. Sus enemigos la señalan como el filtro político y emocional del Gobierno: ella es la que hace ascender o descender a las figuras que orbitan alrededor de su hermano. Un ejemplo es Ramiro Marra, referente en la ciudad. La “Evita libertaria” lo corrió de un plumazo y, en su lugar, colocó a Juan Pablo Scalese y a María del Pilar Ramírez, en la Legislatura porteña.
Sin embargo, otro sector de LLA y del macrismo afirman que la hermana sí tiene ambiciones políticas y que podría competir al frente de la lista bonaerense, en 2025. Lo argumentan: “En 2025, el apellido Milei tiene que estar en la provincia”. La idea es depender cada vez menos del extinto Juntos por el Cambio y sobre todo de Macri. Si lo segundo es cierto, ¿es por eso que compite y desconfía de Victoria Villarruel, por su supuesto juego propio y cercanía con Mauricio Macri? Una dirigente muy cercana a la vicepresidenta lo explica: “Karina, [Santiago] Caputo y Milei creen que solos arreglan el mundo, imposible que entre allí otra idea que no sea las de ellos”.
Macri cayó definitivamente en desgracia frente a ella, que esta semana lanzó la Libertad Avanza en el territorio porteño. Un abierto desafío hacia los Macri y sobre todo hacia Mauricio. El impulso se lo dio paradójicamente Patricia Bullrich, que quedó herida con su antiguo jefe. Patricia nunca se sintió realmente respaldada por Macri, durante la carrera presidencial.
En una palabra, Macri devino una piedra en el zapato. Un dirigente libertario, de los puros, le pone contexto: “Es que él quiso ser el líder de la centroderecha y no pudo. Entonces, a diferencia de Patricia, no viene con humildad a colaborar sino a decir lo que hay que hacer. Impone. Y ellos lo viven como invasivo”. La ecuación para Macri es clara. Si a Milei le va mal, él pagará un costo político. Pero, si le va bien, ¿qué gana? Dilemas republicanos.
Como su hermano, Karina es vulnerable a las teorías conspirativas. Un experto en trabajar sobre su cabeza es Santiago Caputo, el joven creador de la llegada de Milei a la Casa Rosada. Es que Caputo, integrante de la mesa más chica de Milei, no quiere competidores. Si lo dejan avanzar, Macri podría ser uno de ellos. Victoria Villarruel, también. Incluso, el círculo rojo “se hace los rulos” más con ella que con Milei. Karina tiene entre ceja y ceja a ambos. Pobre jamoncito.
Por separado, y también juntos, Caputo y Karina trabajan sobre la cabeza presidencial para meterle fichas contra Macri. La cabeza de Milei es un coto de caza. El ascenso de Karina ocurre en la paradoja de la Argentina política: la derecha, que desprecia al feminismo, empodera a más mujeres que el peronismo, el kirchnerismo y los radicales juntos. Sucedió en los 80 y los 90 con la Ucedé, de Álvaro Alsogaray, cuyas estrellas políticas eran dos mujeres: su hija María Julia y Adelina D’Alessio de Viola. Luego, el macrismo puso al tope de su grilla a Gabriela Michetti, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
El peronismo, en cambio, como toda monarquía, siempre fue el territorio de las viudas poderosas, las “esposas de” los caudillos. Sin embargo, Karina y Cristina tienen una inesperada familiaridad en común: el nombre. Karina Elizabeth y Cristina Elisabet. El destino es caprichoso.