Justicia y ficción
"Nuestro sistema judicial es percibido como una institución estancada, anticuada, alejada de la sociedad y desinteresada de sus problemas".
(De Germán Garavano, ministro de Justicia.)
Diplomático, Garavano, prefiere ver a la Justicia como una anciana extraviada en sus recuerdos de los viejos buenos tiempos y temerosa de lo que le llega por el televisor. Ojalá.
La Justicia -y todos pensamos en la federal- está viva y solo es anticuada en sus formulismos al llamar señorías a muchos que no llegan a señores y rematar escritos con un "Será justicia" que a veces suena a mal chiste. Y contrariamente a lo que sostiene el ministro, influye en la sociedad y no es ajena a nuestros problemas. Constituye uno de ellos, y no el menor.
El periodismo y la Justicia nos permiten conocer lo que ocurre y por qué ocurre, pero hay un factor que enturbia el panorama por su virulenta capacidad de contagio sobre la Justicia y el periodismo: los servicios de inteligencia, incluidos los exagentes.
Es legendaria su gravitación en los tribunales de Comodoro Py si es preciso desviar ciertas investigaciones introduciendo historias falsas, demorar otras y abrir causas ficticias con el único objeto de espiar la intimidad de algunos personajes. Paradójicamente, cuando la oficina de escuchas judiciales pasó de la ex-SIDE a la Corte Suprema, los problemas parecieron empeorar no solo por las filtraciones de escuchas, sino también por la voluntad de crear en la Corte, a partir de esa oficina, un órgano de investigación criminal con acceso a bases de datos amparadas por el secreto. Otro servicio de inteligencia, hijo de la cohabitación entre Justicia y espionaje.
Conocer la verdad de lo que ocurre se vuelve difícil si la Justicia es permeable a los grupos de poder y sumisa frente a los dictados de los espías, y al mismo tiempo el periodismo repite mecánicamente lo que ventilan tribunales sospechados sin someterlo a su propia investigación, porque los espías y los grupos de poder se valen de la Justicia para contaminar con sus ficciones a los medios y a través de ellos a la sociedad, y en el futuro a la historia.
Donde se erige el edificio de la ex-SIDE, en 25 de Mayo, a metros de la Casa Rosada, funcionó el hotel en el que se escribió una de las ficciones que más nos representan, el Martín Fierro. Por desgracia, las ficciones que de allí salieron después carecen de valor literario, pero también nos representan.