Inversiones: el costo salarial es muy caro en relación al costo del capital
Hoy nos preguntamos: ¿por qué no vienen las inversiones? Salvo en lo que era habitual en la época de Cristina Kirchner, o sea, no llegamos a superar el 20-21 % en relación al PIB en términos reales. En valores corrientes, dichas inversiones se ubican entre el 14-15 % del PIB. ¿Por qué tan poco?
Los impuestos son muy altos y encima han aumentado más en 2019 y el salario, expresado en dólares, aun la parte que es salario sujeto a aportes (sin contar cargas patronales), es también alto.
Se requiere ordenar estas variables para poder tener un flujo de inversiones que sea el deseable, es decir, alrededor del 30 % del PIB, como tienen muchos países.
Antes de modificar impuestos (sean nacionales, provinciales o municipales, pues hay que pagarlos a todos) se requiere un menor gasto público, para que no haya déficit fiscal cuando, en segundo lugar, se bajen dichos tributos. No es algo fácil de conseguir y tampoco se puede esperar algún milagro, es decir, que se arregle el problema solo. En realidad, hay que pagar el precio de hacerlo, aunque esto es más fácil decirlo que ejecutarlo. Pero habrá que hacerlo.
Con los salarios en términos de dólares, o sea el salario sujeto a aportes dividido por el tipo de cambio efectivo, dicha variable ha bajado con la devaluación de 2018. Sobre la base de 1985 igual a 100, en 2017 estábamos en un valor en dólares de 380 y ahora estamos en un coeficiente de 260, siempre en dólares. Para 2018 y considerando un aumento del salario real en dólares del 2,25 % anual desde 1985, que es algo mayor que el aumento del PIB por año, tendríamos que estar ahora en un valor de 208. ¿Qué implica esto? Esto significa que en 2019 habría que pasar a un valor de 213 del salario en dólares, siempre sobre la base 1985=100. Aún así, habrá que compararlo con el índice de costo de las inversiones, valor que incluso bajó por la desaceleración económica desde hace varios años.
Por un lado ¿habría que corregir el tipo de cambio en términos reales? Si esto corresponde a un 18 %, bajo el supuesto de un crecimiento del salario sujeto a aportes de 2,25 % en dólares en 2019. En otras palabras, el tipo de cambio debería estar este año en un valor cercano a la Paridad Tórica de equilibrio (PTE), o sea en 46-47 $/u$s, para conseguir tener un salario compatible con niveles de inversión esperables. Hay que recordar que es fundamental para esto corregir también el valor de los descuentos patronales sobre el salario, que son muy altos también y que aquí no están computados.
No es bueno entusiasmarse con dejar "atrasar" el tipo cambio, y ya hay muchos gobiernos que han experimentado ese error: los que piensan solo en el corto plazo y no en el problema que podemos tener después. Hasta ahora ha estado bien la política cambiaria, pero ya había llegado a 41,8 $/u$s en septiembre de 2018 y actualmente, después de varios meses, está un 10 % más abajo.
Pensemos en las inversiones y nos dará claridad para ejecutar mejor las variables macroeconómicas: hay que bajar los impuestos y especialmente el impuesto a las ganancias ajustadas por inflación. En Estados Unidos bajó a 21 %, de 35 % que había estado hasta ahora. En Brasil bajaría a 19 % y en Paraguay es del 10 %. Los salarios en dólares no tienen por qué estancarse. Aquí no estamos hablando del salario real, pues en ese caso, habría que corregir el salario nominal por la inflación y compararlo con la productividad por persona ocupada. Esta última variable no ha crecido mucho en las últimas décadas.
En cuanto al costo del capital, el precio tomado es el de "Maquinaria y Equipo Importado" , que incluso se ubica en 2018 en un valor en dólares de alrededor 150 sobre la base 1985=100. A estos valores ya los hemos tenido en la época de la convertibilidad, aunque en aquel momento fueron algo altos. Con la dinámica internacional actual, el valor de estos equipos de inversión ha sufrido las consecuencias de la menor demanda y su precio puede reducirse más en este año. Es un momento bueno para aprovechar la oportunidad que ofrece el mercado internacional.
En 2020 es el momento para hacer estos cambios, dado que en 2019, año de elecciones, no es el adecuado para realizar ajustes de este nivel que, sin embargo, no son muy significativos.