Inteligencia emocional en medio de las crisis
La ansiedad no es algo negativo. Existe una ansiedad positiva que es la fuerza que nos conduce del punto A al punto B. Supongamos que yo estoy tomando un café en el aeropuerto y, de pronto, escucho el llamado para embarcar. La ansiedad es la que me llevará desde la cafetería hasta el avión. Pero una vez que ocupo mi asiento en la aeronave, dejo de "correr". Si continuara corriendo internamente, eso sería ansiedad patológica.
Cuando uno está ansioso, está alerta y esto lo debe llevar a accionar. Veamos algunas ideas prácticas:
1.Pararnos en las acciones concretas
Cuando una persona está ansiosa por una posible amenaza, real o imaginaria, debe "gastar" esa ansiedad dirigiéndola hacia acciones concretas, específicas y saludables. Preguntarse: "¿Qué puedo hacer?". Dichas acciones consumirán la ansiedad de una manera inteligente. Esto implica buscar la información pertinente y profesional sobre el tema. Cuando alguien se mueve por la multiplicidad de comentarios, opiniones y supuestos, queda privado de la capacidad de maniobrar una situación de crisis. Limitar entonces la información a las fuentes confiables y autorizadas es fundamental para lograr desarrollar acciones saludables.
No se trata de sentir o no sentir miedo en una crisis. Algunas personas tienen miedo, mientras que otras no lo tienen. Recordemos que el miedo es una emoción normal y natural que nos indica que existe un posible peligro, real o imaginario, y nos ayuda a elaborar un plan para enfrentar ese desafío que tenemos por delante. Las emociones deben ser aceptadas. Quien experimenta miedo tiene que aceptar su emoción y considerarla como si fuese el viento que empuja al "barco" para llegar a destino. Cuando el miedo es excesivo se transforma en agresión. Detrás de una persona que agrede a otras, hay un ser humano que siente que no posee los recursos internos para enfrentar la situación. Como resultado, actúa irracionalmente.
2.Incorporar los límites
Las crisis revelan la necesidad de establecer nuevos límites. Estos, de ninguna manera, vienen a robarnos la libertad. Las personas con características inmaduras transgreden los límites, se burlan de ellos, pues los viven como un "ladrón". Así expresan su omnipotencia. La inteligencia emocional siempre acepta los límites, los cuales, en lugar de limitarnos, nos liberan, nos potencian y colaboran para construir nuestra salud. Aceptarlos es fundamental en las crisis. Algunas personas son como las cañas y una crisis los quiebra fácilmente; otros son como las ramas y una crisis solo los dobla. Cuanto más flexible es una persona, mayor capacidad tendrá de incorporar nuevos límites a su estilo de vida. Los cambios de hábitos que hemos incorporado en este tiempo los argentinos, y las personas en todo el mundo, nos permiten ir transformando las crisis en avance y crecimiento.
3.Mantener los espacios de placer y de alegría
Cuando un tema se vuelve omnipresente y omnipotente, perdemos la capacidad de gestionarlo. Debemos cuidar nuestra salud, tanto física como psíquica. Y, sobre todo, mantener las fuentes de placer y alegría junto con todos estos cambios en nuestros hábitos. Es decir, aquellas situaciones que nos permiten reforzar positivamente nuestro estado interno. Los cambios son parte de la vida e inevitables. Es por ello que debemos unirnos y transformarlos a nuestro favor para producir crecimiento.
4.Hablar
Como suelo decir: nos sanamos hablando. Procuremos poner en palabras la ansiedad, los malestares, los temores. Busquemos la comunicación con el otro para poder expresar lo que sentimos (y escuchar lo que siente el otro), para contener y permitirnos ser contenidos. Si estamos con alguien en situación de riesgo, controlemos nuestra propia angustia y siempre transmitamos paz mediante acciones concretas hacia quienes nos rodean.
Nadie se salva solo. El trabajo en equipo, la solidaridad, la colaboración, el amor y el respeto por el otro y la unión son aspectos que nos ayudan a atravesar las situaciones difíciles y transformarlas en crecimiento.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com