Insólito: Pro vota con los K y C5N defiende a Macri
Semana negra en el Congreso para el oficialismo: los legisladores macristas lo bombardearon y el expresidente agregó mayor confusión
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Créase o no, pero Mauricio Macri le gana a Javier Milei en cantidad de seguidores en X. Hasta ayer, el expresidente contaba con 5.274.981 seguidores, en tanto que el actual jefe del Estado tiene una audiencia de 3.378.439 personas. No es un dato menor teniendo en cuenta que el líder libertario se ufana de ser, más allá de su investidura, un influencer notable. Y sin duda lo es: cuadruplica, por ejemplo, la audiencia del titular de Pro en Instagram. Además, los seguidores del mandatario en ejercicio se expresan con la misma ofuscación que su referente máximo.
Precisamente, en la semana que acaba de pasar, tuvieron a maltraer a Macri, del todo sacados porque el miércoles su tropa en Diputados se sumó a denegar los 100.000 millones de pesos para la SIDE que el Poder Ejecutivo demandaba, en tanto que al día siguiente sus representantes en el Senado votaron a favor de un reajuste del 8,1% para los jubilados. En ambos casos, Pro logró sendas sanciones con otras bancadas opositoras. Llamó la atención que, por primera vez, en solo 24 horas, votara en el mismo sentido que el kirchnerismo. “De llamar a votar a tus legisladores con los kukas para quebrar al Gobierno y fundir al país por caprichos personales no se vuelve”, lo fusiló en un tuit el @GordoDan_, una de las estrellas más ruidosas de las milicias virtuales mileístas.
No pocos interpretaron que se trataba del desafiante segundo acto de lo que pocas semanas atrás había sido apenas un llamado de Mauricio Macri de viva voz, pero sin romper lanzas, para que el oficialismo se aviniera a abrirle las puertas del Gobierno a Pro de manera más orgánica. Como no lo consiguió, lo que pasó en estos días en principio fue visto como la gran vendetta. Dejando a sus legisladores con libre albedrío o, peor, bajándoles línea para que votaran en contra de los intereses del oficialismo, Macri le daba una clase práctica y brutal al oficialismo de lo que podía pasarle al Gobierno si la colaboración legislativa de Pro dejaba de ser automática, como venía siendo desde principios de la actual administración, engrosando de esa manera las escuálidas escuadras parlamentarias de La Libertad Avanza, y pasaba a ser aleatoria e inestable. Si hasta ahora, aun con esa ayuda, a Milei le cuesta sacar leyes, si los de Pro y algunos radicales no colaboran, todo se vuelve más endeble y frágil.
Los inesperados topetazos de Pro parecían demostrar que no está dispuesto a convertirse dócilmente en el furgón de cola de LLA y que tiene espaldas para desmarcarse. ¿Recuperará así una identidad partidaria que viene diluyéndose tras ser barrido en los comicios de 2023? Este reseteo, ¿resultará clave para que en las elecciones de medio término del año que viene se vuelva una alternativa más moderada y atrayente entre las dos puntas ideológicas (populismo, de un lado, y extrema derecha, del otro)?
Pero, una vez más –como antes, con su interna insignificante entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich–, Pro volvió a perderse en su propio laberinto cuando, contradiciendo a sus senadores, Macri salió a encolumnarse detrás del veto que agita el presidente Milei. ¿O sus senadores contradijeron a su jefe?
En cualquier caso, todo resultó muy confuso e ideal para que las conspiraciones tomaran vuelo en las coberturas audiovisuales. Fue llamativo, e inédito, cómo C5N, que siempre ha sido pertinaz crítico del expresidente, en horario central saliera tibiamente en su defensa ante la catarata insultante de fans y trolls de LLA que venía masacrándolo.
Creativos para la maldad, se empezó a hablar del “Pacto de la Milanesa”, un rótulo para las cenas cada vez más frecuentes entre el Presidente y el líder de Pro en la residencia de Olivos, donde siempre degustan ese plato tan preferido por los argentinos.
Del “hace ocho meses que me boludean” –expresión que Macri usó para describir cómo Milei escucha sus reclamos, pero no hace nada para resolverlos–, ¿habrían pasado a acordar algo más concreto que ocasionó tal disonancia en las huestes macristas? Dudoso. Por el contrario, en pocas horas, Milei pasó de las gentilezas verbales públicas que le venía prodigando a Macri a ponerse más áspero. Declaró que no le resultaron satisfactorios los argumentos que le dio para ir en contra del presupuesto de la central de inteligencia. Peor aún: puso en duda su autoridad para manejar a su propia tropa (por el voto de los senadores de Pro a favor del reajuste para los jubilados) y describió como “triángulo de hierro” el que integra junto con su hermana Karina y el superasesor que está en todo, Santiago Caputo, y hacia el cual apunta siempre Macri.
El enredo inquietó a los mercados y desplazó del foco central mediático los delitos y papelones de Alberto Fernández por un rato.