Inequidad educativa
Desde hace tiempo sabíamos que nuestras escuelas tenían un serio problema, ya que los alumnos primarios y secundarios no sólo tenían escasos conocimientos, sino que además las desigualdades eran muy grandes. Los resultados del Operativo Aprender 2016 recientemente conocidos ilustran sobre la gravedad de esta situación. Esta evaluación fue la que abarcó más alumnos desde que comenzaron estas pruebas, en 1993, ya que se evaluaron 531.000 alumnos de escuelas primarias y 320.000 de escuelas secundarias.
Los resultados del Aprender 2016 son preocupantes, por ejemplo, en las escuelas primarias estatales, donde uno de cada cinco niños de sexto grado tiene en matemática conocimientos "por debajo del nivel básico". En las escuelas primarias privadas, el porcentaje de alumnos con ese insuficiente nivel fue de uno cada diez. En los adolescentes que acudían al último año de las escuelas secundarias estatales la situación era más grave, ya que nada menos que 11 provincias tuvieron entre el 50 y el 65% de su alumnado ubicado en ese nivel mínimo de conocimientos.
En Catamarca, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, La Rioja, Corrientes, Tucumán, Misiones, Jujuy, Salta y Buenos Aires, más de la mitad de los adolescentes que egresaron del secundario en 2016 no alcanzaron el nivel básico en matemática. Para el resto de las provincias la situación no es mucho mejor, ya que todas ellas tuvieron más del 30% de alumnos en ese nivel de "desconocimiento". En las escuelas secundarias privadas, los resultados fueron también desalentadores, ya que en la mayoría de las provincias el 25% de los alumnos se ubicaron en ese mínimo nivel de aprendizaje.
Son pocos los niños y adolescentes que acceden a los niveles más altos de conocimiento en matemática, denominado "avanzado" en Aprender. En este punto, las desigualdades son bien evidentes, ya que en las escuelas estatales primarias apenas 15 cada 100 niños alcanzan ese nivel, en tanto que en las escuelas privadas lo alcanza el doble. En las escuelas secundarias, casi ninguna provincia logró reunir un 5% de alumnos secundarios de colegios estatales dentro del más alto escalafón cognitivo; la excepción fue la CABA, que arrojó un 9%; en el otro extremo inferior se situaron Catamarca, Chaco, La Rioja, Corrientes, Chubut y Misiones, con cifras inferiores al 1%. En las escuelas secundarias privadas, las respuestas acordes con el nivel "avanzado" fueron de casi un 8%.
Además de presentarse una gran disparidad de conocimientos en todas las provincias entre los alumnos que concurren a instituciones estatales y aquellos que asisten a privadas, también se presenta una gran desigualdad entre las provincias, ya que la CABA, tanto en escuelas primarias como en secundarias, y en ambos tipos de gestión, muestra una mejor performance respecto del resto del país. Esta situación también se extiende a Córdoba y La Pampa para el caso de las escuelas primarias.
Si prestamos atención al nivel socioeconómico de los estudiantes, también se evidencia una gran desigualdad: el 67% de los niños de sexto grado de escuelas privadas provenientes de hogares de nivel socioeconómico alto alcanzó el nivel más alto de conocimientos; este alto nivel fue conseguido por el 46% de los alumnos de ese mismo grado y estrato socioeconómico en las escuelas estatales. El mismo nivel de conocimiento avanzado sólo fue alcanzado por el 20% de los niños provenientes de hogares de nivel socioeconómico bajo que acudían a escuelas estatales y por un 30% de aquellos provenientes de escuelas privadas. Esta desigualdad también se registra en el nivel secundario.
Todo esto nos habla de una gran desigualdad presente y muy escasas oportunidades futuras, lo que debe ser mejorado si queremos una escuela de calidad con igualdad de oportunidades. En todas las provincias de nuestro país, el porcentaje de quienes no adquieren conocimientos básicos en matemática es mayor en las escuelas estatales que en las privadas. Más del 70% de los niños escolarizados que concurren a escuelas primarias y secundarias lo hacen en establecimientos de gestión estatal. Debemos propiciar un mejor porvenir para esos millones de niños, procurando que en el futuro estas evaluaciones no exhiban tan pobres resultados en el caso de alumnos que provienen de niveles socioeconómicos más vulnerables y acuden a escuelas estatales.
Alieto Aldo Guadagni y Gisela Lima