Independencia judicial: la clave para una Justicia “más justa”
El Día de la Independencia es uno de los aniversarios más emblemáticos de nuestra nación y lo celebramos cada julio. Este 2023, además, se da en el marco de los 40 años de democracia ininterrumpida en la Argentina. Sin dudas, es un mes que invita a la reflexión y a repensar cómo estamos encarnando esos ideales que fueron los cimientos de nuestro sistema de gobierno fundado en 1816 con la firma del Acta de la Independencia. A preguntarnos también si los conceptos de independencia y de justicia, bases indispensables para la construcción de nuestro país, son debidamente respetados, abordados y legitimados.
La idea de independencia tiene que ver con la capacidad de actuar sin influencias, ni interferencias externas. Por otra parte, si hablamos de Justicia nos referimos a la imparcialidad requerida al momento de aplicar la ley. Por eso, ambos conceptos están estrechamente ligados, porque para resguardar esa imparcialidad es una pieza central de la vida democrática la independencia judicial. Es condición sine qua non para que jueces y juezas, así como funcionarios y funcionarias del Poder Judicial, dispongan de la libertad necesaria para tomar decisiones dentro del marco legal, sin presiones ni intervenciones. Porque de lo contrario, si se trabaja bajo influencia ajena, surgen riesgos como el de obrar a favor de intereses particulares, un accionar que rompe con el compromiso que asumimos desde nuestro rol.
Lamentablemente, en el contexto actual de la Argentina seguimos viendo como las conductas de diversos sectores avasallan y transgreden la división de poderes, avanzando sobre la Justicia y sus competencias, y poniendo en riesgo el delicado sistema de equilibrio de poderes, necesario para un correcto funcionamiento de la democracia.
En esta dinámica entra en juego un factor fundamental como la división de funciones entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. A través de este principio político se determina que los diferentes órganos de gobierno sean autónomos e independientes entre sí, propiciando un equilibrio que a su vez sea garantía de integridad.
Es en este sentido que desde la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional reclamamos el cese de los ataques contra el Poder Judicial provenientes de distintos sectores políticos. Para ello, además de señalar el avasallamiento constante, vamos a seguir llamando al diálogo y a la unión de todos los actores del Poder Judicial en defensa de la democracia y en pos de proteger los principios que tratamos en esta reflexión. Y por este motivo, mañana, a las 13, en las escalinatas de Talcahuano 550, realizaremos un encuentro abierto Sin Independencia, no hay Justicia, entre la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, el Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal y el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires para defender la división de poderes.
Aunque puedan parecer conceptos lejanos o abstractos, impactan directamente en la vida de cada una y cada uno de los argentinos. ¿Por qué la independencia judicial es un valor central de la democracia? Porque de este modo contribuye a proteger los derechos individuales de quienes integran nuestra Argentina y a que haya igualdad ante la ley. Una Justicia independiente e imparcial consolida la confianza, generando así un valor extra en beneficio de la ciudadanía: el sistema “funciona” en tanto se sabe que funciona.
Sobre la base de este razonamiento, concluimos que la justicia tiene un rol fundamental para el correcto funcionamiento de cualquier sociedad, es peligroso el momento en el que se la cuestiona porque genera desestabilización, falta de interés en el cumplimiento de las normas y caos. Por lo tanto, si la independencia permite tomar decisiones sin presiones externas -afirmando que esto garantiza un mayor nivel de imparcialidad-, la independencia del Poder Judicial nos da como resultado una Justicia “más justa”.
Debemos volver sobre la reflexión que nos impulsa a analizar qué está pasando con nuestra vida democrática, retomando los conceptos e ideales que gestaron la esencia de nuestro país para guiarnos en la búsqueda de consensos, velar por la defensa de la democracia, del respeto por las instituciones, por la garantía de los derechos y la promoción de valores; dejando así de lado los personalismos, porque Sin independencia, no hay Justicia.
Presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional.