Imágenes de una Argentina soñada
Conocí Un Techo para mi País cuando llegó a la Argentina y me alegra muchísimo la repercusión que está teniendo.
Yo diría que la clave está en el corazón de su propuesta: la casa propia tiene que ver con la dignidad, con tener un hogar, un techo que te cobije, paredes que te abriguen. Esa es una idea fuerza muy potente para los latinos porque habla del calor de la familia y eso sensibiliza mucho.
Antes, la solidaridad estaba más ligada a otros temas y actividades, como dar sangre o donar comida o medicamentos, pero dignificar a través del techo es muy fuerte. Eso hace que las propuestas de Utpmp hayan pegado tanto en Argentina.
Por otro lado, el hecho de que se trate de una casa accesible facilita que pueda sumarse la gente. No necesitás ser arquitecto o ingeniero: los chicos más jóvenes pueden sumar y construir, llevar no ladrillo por ladrillo pero sí madera por madera. Todo eso te hace sentir parte de esa construcción colectiva, y es un sentimiento muy fuerte.
En el mundo de los más jóvenes, los chicos de 18 a 25 años, la idea de reunirse y movilizarse, de comprometerse y participar en un proyecto colectivo, tiene una fuerza tremenda.
Los chicos que están al frente de Utpmp saben muy bien que lo que están haciendo son viviendas de emergencia para salir de la tragedia, viviendas de paso hasta llegar a la casa digna y definitiva que piensan construir en los próximos 5 o 10 años. Y lo van a lograr porque entendieron cómo relacionarse con el Estado. Eso lo ven claro. Y como además tienen entre 25 y 30 años, están muy cerca del promedio de edad del voluntariado, sienten y piensan como ellos.
Utpmp tiene, además, dirigentes muy lúcidos que siguen el pulso de la realidad, atentos a lo que pasa y sensibles al dolor de la gente; son delicados y tiernos para acercarse a lo más pobres. Para mí, las fotos de las multitudes que ellos logran reunir son todas imágenes de una Argentina soñada, el barrio con la universidad trabajando juntos... Una Argentina integrada.
Hablo desde la admiración y desde el aplauso.
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