Hoy comienza el Festival Internacional de Cine Ambiental: la ecomilitancia se reinventa
En su tercera edición, se proyectarán 56 películas de 24 países bajo la consigna "Arte y parte del cambio"
"Más temprano que tarde, el glifosato va a quedar prohibido. Estamos seguros. En este momento, tanto en Europa como en Estados Unidos hay un debate muy grande. En la Unión Europea está frenada la renovación de la autorización del uso del glifosato, algo que antes ocurría sin problemas. Se tuvo que posponer tres veces la decisión por la movilización que existe, la última vez hace dos semanas en Bruselas. Hay una carta de 100 científicos que piden que no se reautorice su uso y hay estudios independientes que coinciden con la Organización Mundial de la Salud y demuestran su alta toxicidad". La que habla es Marie Monique Robin, periodista y documentalista francesa que está en Argentina filmando un documental sobre el herbicida más utilizado en todo el planeta para el control de malezas y el que, también, más rechazos genera. Robin difundió en 2008 un trabajo que se propagó a escala global, "El Mundo según Monsanto", en el que alertó sobre los daños ambientales y sanitarios que provoca la compañía multinacional que hoy aparece enfrentada al gobierno de Cambiemos por el pago de regalías.
Junto con la filosofa y ecologista india Vandana Shiva, son las dos grandes invitadas de la tercera edición del Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA) que comienza hoy en Buenos Aires y Córdoba y se extiende hasta el 8 de junio. Premio Nobel Alternativo, doctora en física, militante del ecofeminismo, considerada una "heroína ambiental" por la revista Time y autora de libros como "Las guerras del agua" y "Cosecha robada", Shiva acompañará a Robin en dos presentaciones en Buenos Aires y una en Córdoba la semana que viene. El lunes 6 estarán juntas en la Facultad de Medicina de la UBA en un debate sobre la soberanía alimentaria y el martes 7 en la reunión de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado a la que fue invitado el ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao.
Bajo la consigna "Arte y parte del cambio", se proyectarán 56 películas de 24 países distintos en 10 salas de Capital y Gran Buenos Aires. El FINCA integra Green Film Network, una red que agrupa a alrededor de 30 festivales de cine ambiental del mundo, y coincide con un clima de época en el que el debate ambiental dejó de ser una preocupación exclusiva de las comunidades afectadas para irrumpir en escenarios -hasta hace poco impensados- como el de la entrega de los Oscar en boca de Leonardo Di Caprio. Después de recibir el premio al mejor actor por su papel en "El renacido", Di Caprio dijo que el cambio climático "es la amenaza más urgente a la que se enfrenta nuestra especie" y pidió "trabajar juntos para hacerle frente". "Necesitamos apoyar a los líderes del mundo que no hablan por aquellos que contaminan, sino que hablan por toda la humanidad, por los indígenas, por los millones con pocos recursos que serán los más afectados por esto, por los hijos de nuestros hijos y por las personas que están allá afuera, cuyas voces han sido silenciadas por la política".
Los conflictos ambientales que se repiten en provincias argentinas y ciudades de toda América Latina enfrentan a poblaciones pequeñas con compañías multinacionales que acostumbran a desembarcar sin controles y con la anuencia de los gobiernos. De eso se trata, por ejemplo, una de las películas que más interés ya genera, "Hija de la laguna", en la que el cineasta peruano Ernesto Cabellos narra la lucha de los campesinos que defendían las lagunas de Conga de un proyecto de la minera Yanacocha, en la región de Cajamarca.
"Me impresionaron las imágenes de los que se declaraban guardianes del agua alrededor y elegí contar esta historia a través de los ojos de Nélida, una campesina de los Andes peruanos que considera al agua como su madre, la Yakumama o Madre Agua. Es algo muy presente en la cultura de los Andes, desde tiempos ancestrales, de considerar a la tierra como un ser vivo y saberse parte. Mucho cambiaría si te sintieras parte de un inmenso ser vivo" afirma Cabellos desde Lima, donde vive y trabaja, antes de viajar a Buenos Aires. El tráiler del documental se viralizó y ya tiene más de 10 millones de reproducciones. "Hemos conectado con un descontento global, de indignación por un sistema que pone por encima de todo al lucro, sin importar el daño a las personas y el medioambiente. Mucha gente de distintas partes de Latinoamérica lo ha compartido y nos deja comentarios del tipo ‘esto está pasando en mi tierra’".
Hija de agricultores franceses, Marie Monique Robin destaca la importancia de un testimonio que para los ambientalistas no ha sido tomado en su dimensión real, Laudato Si, la encíclica del Papa Francisco. "Acuerdo totalmente con el mensaje de Francisco. Estamos en un momento muy especial en la historia de la humanidad y no sabemos si vamos a poder salvar esta casa común, como dice él, que es el planeta. Hay que poner el acento en el ser humano", sostiene.
Desde la Asociación de Abogados Ambientalistas, Enrique Viale, coincide. "Laudato Si es una reivindicación de las luchas ambientales que muchas veces fueron menospreciadas y toma el lenguaje de los movimientos sociales. Es una crítica al consumismo, a los agrotóxicos y a la megaminería que incluye un agradecimiento explícito a los que luchan contra la degradación ambiental". De sus 190 páginas, Viale rescata un párrafo: "No podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres".
Abogado de la "Asamblea Jachal no se toca", Viale hace un balance de claroscuros. "Aunque la Corte Suprema le acaba de dar una mano grande a la Barrick cuando devuelve a la justicia provincial de San Juan la causa por contaminación por el derrame de un millón de litros de cianuro en Veladero, son varios los fallos judiciales que a la hora de evaluar el impacto ambiental, citan pasajes de la Encíclica", dice.
Razones para el optimismo
Para Cabellos, hay cosas nuevas que están sucediendo y permiten ser optimistas. "Existen más regulaciones ambientales y una creciente toma de conciencia, en especial de los más jóvenes. No sólo a nivel del activismo, sino también de las llamadas Empresas B, que ya no quieren ser las mejores del mundo, sino las mejores para el mundo". Sin embargo, el director peruano opina que en su país hoy el Estado es muy débil en zonas clave como la Amazonía y no se habla de una cultura de derechos, entre los cuales está vivir en un medioambiente sano.
La directora del FINCA, Florencia Santucho, remarca que la tercera edición buscará hacer foco en la soberanía alimentaria como objetivo común y propositivo. "Es el eje en el que nos interesa para reafirma nuestra propia identidad. En las semillas nativas de cada territorio y en el uso sustentable de los recursos naturales de cada pueblo está la clave Latinoamerica resigna soberanía y salud por producir commodities para los países del Norte que hoy mismo debaten como reducir la toxicidad de sus productos de consumo interno. Las películas de este FINCA apuntan a que tomemos conciencia".
El llamado es urgente y a la vez radical: cambiar de paradigma de cara a un mundo que deberá aumentar la producción agrícola en un 70 % para alimentar a 9 mil millones de personas en 2050.