¿Hay equipo?
La primera “renuncia” (la forma elegante de cualquier gobierno para disfrazar un despido) sorprendió a propios y extraños: a solo 48 días de haber asumido, el presidente Javier Milei echó al ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro. Su salida efectiva se formalizó recién el 5 de marzo, aunque el decreto publicado ese día aclaraba que Ferraro renunció con fecha 25 de febrero.
Lo que vino después no hizo más que confirmar las presunciones: el “equipo” con el que Milei llegó a la Casa Rosada no era tal y, salvo algunas figuras de renombre, sus miembros no tenían experiencia en la gestión pública. Tal vez por aquello de que el Estado “es mafia”, como lo definió el propio jefe.
Hubo muchos más casos. En LA NACION, el pasado 21 de julio, el colega Matías Moreno contabilizó 55 funcionarios salidos desde el inicio de la gestión. El caso más resonante fue otro “amigo” muy cercano al Presidente: Nicolás Posse debió dejar la Jefatura de Gabinete el 27 de mayo “por diferencias de criterios”. Osvaldo Giordano estuvo apenas dos meses al frente de la Anses. Ayer fue el turno de Adrián Luque, presidente de Trenes Argentinos. Y hay muchos más, claro.
Tras más de siete meses de gestión, muchas áreas casi no pueden funcionar. La Libertad, ¿avanza?